Demasiadas huelgas en el sector de salud de Cataluña

En plena situación de emergencia sanitaria por la pandemia del Covid-19, se han convocado en Cataluña tres huelgas de personal médico: la de los médicos de atención primaria del Instituto Catalán de la Salud que por suerte fue desconvocada; la de los Médicos Internos y Residentes (MIR) que ha finalizado con un acuerdo después de tres convocatorias y 12 días de huelga en un mes y, en tercer lugar, la que se convocó el pasado 27 de octubre organizada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos contra la contratación excepcional de facultativos y la movilidad funcional y geográfica del personal médico que establece el Real Decreto ley 29/2020, para hacer frente a la crisis sanitaria previendo la falta de profesionales en determinados servicios, niveles asistenciales o ámbitos territoriales. El seguimiento de la misma ha sido prácticamente nulo en Catalunya.

No entraré a valorar la oportunidad ni la dimensión ética de las convocatorias de huelga en situaciones de emergencia tan graves como la que estamos sufriendo, pero personalmente, tres huelgas en tan poco espacio de tiempo me parecen de una absoluta inoportunidad hasta el punto que ponen en cuestión el deber deontológico de atender a los pacientes. Tanto el derecho a la huelga que asiste a los profesionales, como el de protección de la salud de los ciudadanos, entran en colisión. Creo sinceramente que en situaciones excepcionales este conflicto entre derechos debe resolverse siempre a favor del derecho a la protección de la salud. Sería de gran ayuda en situaciones epidémicas o catastróficas, como la pandemia del Covid-19 que nos asola, que los colegios profesionales estableciesen un marco deontológico para el ejercicio del derecho a la huelga como lo han hecho en relación a otros derechos fundamentales, por ejemplo, como el ejercicio a la libertad de expresión en relación a la utilización de las redes sociales.

Me gustaría ahora hacer una serie de reflexiones y puntualizaciones sobre la huelga de los MIR que como señalé anteriormente ya ha finalizado con acuerdo después de días de negociaciones convulsos y mediáticos. En Cataluña las organizaciones empresariales y el Instituto Catalán de la Salud y no el Servicio Catalán de la Salud, son quienes negocian las reivindicaciones de los huelguistas, no como ocurre en otras Comunidades Autónomas que la negociación se lleva a cabo directamente por el correspondiente servicio autonómico de salud. Dichas organizaciones no son competentes para regular los contenidos de la formación especializada ni el tiempo de dedicación a las actividades formativas asistenciales y no asistenciales que establecen los programes formativos de las diferentes especialidades, razón de más por la que no han podido negociar algunas reivindicaciones de los MIR, como la dedicación de un determinado porcentaje de jornada a la formación no asistencial.

Es por ello que, con el beneplácito de la autoridad sanitaria, se ha ofrecido la constitución de una Comisión de Seguimiento de Formación Sanitaria Especializada, que estará compuesta de forma paritaria por representantes de los MIR y de la administración y las comisiones de docencia. Ya se ha producido un primer contacto oficial entre el Departamento de Salud y los representantes de los MIR para su constitución.

En el capítulo formativo se ha ofrecido también una ratio de adjuntos colaboradores docentes y residentes de 4:1 en todos los ámbitos asistenciales, la garantía de que el personal residente no cubrirá puestos de trabajo estructurales y la financiación de la asistencia a un congreso durante la residencia.

En el capítulo del tiempo de trabajo y descansos la oferta empresarial era clara: garantía del cumplimiento de la jornada máxima anual obligatoria (2.187 horas anuales sumando jornada ordinaria y complementaria de atención continuada); máximo de cuatro guardias de promedio al mes y solo una de ellas en fin de semana; garantía del descanso diario de 12 horas y del descanso semanal de 36 horas ininterrumpidas; y el exceso de jornada sobre las 2.187 horas será voluntaria y no podrá sobrepasar las 150 horas.

En lo que a la retribución corresponde, la situación de partida para la negociación era compleja puesto que la retribución de los MIR está regulada en un conglomerado de convenios colectivos de trabajo -sectorial y de empresas- y en el acuerdo de condiciones laborales del personal estatutario del ICS. La retribución de los facultativos en formación en las tablas salariales de los distintos ámbitos de negociación colectiva no coincide.

No obstante, la administración sanitaria catalana está dispuesta a establecer un salario mínimo garantizado para todos los médicos en formación. Por ello se ha ofrecido un incremento del 5% a partir de noviembre de 2020 y a partir de 1 de enero de 2021 una retribución básica -sueldo más complemento de grado de formación- que sumada al precio hora guardia que ya se está abonando en todos los centros sanitarios docentes catalanes supera la retribución del resto de comunidades autónomas. El incremento medio propuesto y acordado es del 7,9%.

La propuesta de la parte empresarial fue finalmente aceptada por el sindicato convocante de la huelga y por el comité de huelga. Por ello y para el bien de un sistema sanitario especialmente estresado, nos podríamos haber evitado los últimos cuatro días de huelga ya que el preacuerdo -definitivo después de su ratificación el pasado lunes 26- seguía al dedillo la propuesta empresarial presentada el domingo 18.

Al final afortunadamente se acabó imponiendo la cordura, desconvocándose la huelga de los MIR en Cataluña, algo que era absolutamente necesario al menos por dos razones. En primer lugar, porque la oferta que se puso sobre la mesa de mediación de la huelga era, objetivamente hablando, muy buena. En segundo lugar, por respeto al derecho a la protección de la salud de los pacientes, algo más necesario que nunca en los tiempos de pandemia que nos toca vivir.