Un nuevo horizonte para alcanzar la normalidad real en 2021

Comienza la desescalada con muchas dudas y pocas certezas. La normalidad tal y como la conocimos antes no llegará hasta comienzos de 2021, momento en el que se espera la llegada de una vacuna. Mientras tanto, habrá que confinarse mentalmente para que las esperanzas y las ganas de volver a disfrutar del día a día no frustren el trabajo y los muertos que ha costado doblegar la curva. Poco a poco volverá la actividad, pero no podemos pensar en la normalidad, no es tiempo aún para ello y viviremos meses bajo el yugo de un virus que nos cogió desprevenidos porque no se supo dimensionar su peligro.

Pero el coronavirus debe dejar de infectarnos la mente como hace con los pulmones. No podemos cerrarnos a que sólo hablemos de una cosa porque si lo hacemos estaremos menospreciando un sinfín de problemas de salud que sufren millones de personas en nuestro país. Tampoco podemos olvidarnos de los problemas que estaban entre nosotros antes del patógeno, como las resistencias a los antibióticos, la falta de médicos en el Sistema Nacional de Salud, o los avances que se estaban logrando en muchas áreas terapéuticas, como puede ser el cáncer. No hace tanto tiempo los Consejo Interterritoriales solo hablaban de CAR-T y de aumentar plazas MIR y ahora, mientras, también es cierto, se soterraba el mal responsable del resto: la falta de una financiación suficiente para el sistema que los ciudadanos queremos tener.

Ahora comienza a nacer el miedo a un nuevo rebrote en otoño. Son muchos los expertos en salud pública o epidemiología que lo han puesto sobre la mesa. Sin embargo, esta vez no nos cogerá por sorpresa. Habrá tratamiento que sin ser soluciones mágicas mejorarán las perspectivas de los enfermos. Tendremos material necesario para que ni miles de profesionales sanitarios estén desprotegidos ni para que ningún ciudadano que lo necesite tenga que esperar a que llegue un respirador. Y sobre todo, ya nadie jugará con la posibilidad de que sea una especia de gripe más contundente.

Ahora que ya comenzamos la desescalada tocará ser prudentes para que ese rebrote del que hablan algunos expertos no se produzca antes de tiempo -si es que llega a producirse-. La salud pública es una cuestión de la sociedad y cada uno de nosotros tenemos que tomar consciencia de que las medidas propuestas responden a un conocimiento científico. Menospreciar al virus es una de las cosas que más daño hizo a las sociedades europeas y que vamos a pagar con creces durante este año. No hagamos que errores no forzados vuelvan a sumirnos en otra etapa oscura de confinamiento que nos haga desconfiar de que una recuperación total está más cerca que ayer.