Crioablación: cirugía a base de frío para la arritmia más común

La desconexión de las venas pulmonares que provocan alteraciones en el ritmo cardiaco entraña menos riesgos cuando la técnica se basa en el frío

La fibrilación auricular (FA) es la alteración del ritmo cardiaco que se produce con mayor frecuencia en las personas que han superado los 50 años. Se estima que en España puede representar aproximadamente el 20-25% de todas las visitas a las consultas de cardiología. Es la primera causa de ictus -infarto cerebral-. Los pacientes con fibrilación auricular tienen un riesgo cinco veces mayor que el resto de la población de sufrirlo. Los pacientes con FA pueden experimentar síntomas como palpitaciones rápidas o irregulares, fatiga; pueden experimentar una menor capacidad para realizar ejercicio, pero también es posible que no sean conscientes de que padecen esta condición. Se calcula que hay un millón de personas con FA en España.

Jesús Paylos, que desarrolla su trabajo en el Hospital Universitario HLA Moncloa de Madrid, ha sido pionero en España en tratar a pacientes que sufren FA con la técnica de crioablación con catéter-balón. Este especialista indica que “al contrario de lo que pudiera pensarse, el origen de la fibrilación auricular no está en la aurícula -la cavidad del corazón que da nombre a esta enfermedad-, sino en las venas pulmonares”.

El impacto de la FA en la salud tiene además su eco en los sistemas sanitarios. En Europa se calcula que esta dolencia acarrea un coste anual de 13.000 millones de euros. Los ingresos hospitalarios por esta causa han aumentado un 20% en los últimos años.

“La piedra angular del tratamiento de esta arritmia consiste en desconectar eléctricamente las venas pulmonares, responsables de una actividad eléctrica anormal, de la aurícula izquierda. Para ello, es necesario producir una lesión anatómica circunferencial que aísle eléctricamente las venas pulmonares de la aurícula izquierda, que impide el paso de esos impulsos anormales”, explica el experto.

La lesión producida por frío es una lesión con menos riesgos -añade- ya que, a diferencia del daño producido por calor en los tejidos, no produce la proliferación de fibroblastos, unas células que son la base del tejido cartilaginoso. La proliferación de fibroblastos guarda relación con estenosis -estrechamiento- de las venas. Es una de las diversas complicaciones que esta técnica ayuda a evitar.

El primer procedimiento de crioablación de venas pulmonares en España lo llevó a cabo el equipo de este médico en 2008. Desde entonces los resultados han seguido mejorando. En octubre de 2018, presentaron la serie de pacientes más grande hasta el momento tratados en España en un único hospital con un seguimiento a largo plazo. Los datos, que se dieron a conocer en el Congreso Nacional de las Enfermedades Cardiovasculares, muestran un porcentaje de éxito del 98% a diez años. Son pacientes libres de arritmia y que no habían necesitado medicación en ese periodo.

En una reciente reunión del Comité de Innovación del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), se abordó la FA con un planteamiento similar. Los expertos subrayaron el incremento del riesgo de ictus en pacientes con esta condición, así como las probabilidades de desarrollar insuficiencia cardiaca, que son tres veces mayores entre quienes padecen FA. En ese contexto, Ignacio Fernández-Lozano, de la unidad de arritmias del Hospital Puerta de Hierro, explicó las diferentes terapias de la FA y los beneficios de la crioablación. Entre sus ventajas, destacó que se trata de una técnica más rápida y que genera menos complicaciones, lo cual permite optimizar recursos, aportando eficiencia al proceso terapéutico.

Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS, señalaba: “Avanzar en salud requiere avanzar en eficacia, eficiencia y efectividad de la mano de la innovación; es necesario que los especialistas conozcan los avances en los distintos tratamientos, que los decisores analicen la aportación de valor de dicha innovación en un entorno de viabilidad presente y sostenibilidad futura, y que las compañías que investigan y desarrollan sean parte implicada, ya que pueden aportar fórmulas válidas para lograr ese objetivo de forma global. El sector sanitario privado está realizando un esfuerzo en este sentido”.