La sanidad privada recupera su actividad tras su aportación al Covid

La patronal solicita incluir al sector privado en el real decreto con los criterios de reparto del fondo sanitario de 10.000 millones de euros. En una reunión con el ministro, éste último se comprometió a dar una respuesta antes del 15 de junio.

Una vez superada la fase más crítica de la pandemia y ante una disminución notable de la presión asistencial por COVID-19, la sanidad privada, que atiende a 12 millones de pacientes en España, ha iniciado la reprogramación médico-asistencial de carácter presencial para atender consultas ambulatorias, urgencias y cirugías. Para ello, la mayoría de los centros que se encuentran libres de casos de COVID-19 han acondicionando desde hace semanas sus espacios y dispuesto protocolos de dirección médica para evitar riesgos de contagio tanto a pacientes como a personal sanitario. Aunque en los meses de confinamiento se han visto reforzados procesos de atención asistencial vía telemática o mediante consultas telefónicas, en las últimas semanas, al hilo del proceso de desescalada, se ha incorporado la atención presencial.

Los nuevos procesos integran de forma generalizada medidas que se aplican tanto en consulta como en urgencias y quirófanos: se ha producido una separación en circuitos limpios y seguros de Covid-19. También se incrementan las medidas de higiene y desinfección y la obligación de uso de mascarillas y guantes para los facultativos. Además se realizan test diagnósticos de forma generalizada a todos los pacientes que van a ser operados o en los paritorios. Las citaciones a los pacientes se producen con mayor distanciamiento entre consultas para evitar aglomeraciones en espera. Asimismo, se han creado nuevos espacios para favorecer un mayor distanciamiento social y se limitan las visitas a los pacientes ingresados. Además, siempre que la exploración física lo permita, se mantendrá una distancia de seguridad.

La recomendación general a los pacientes, salvo casos de total necesidad, es acudir a consultas sin acompañantes y con una puntualidad mayor para limitar el contacto con otros usuarios. E incluso se valoran cuarentenas preventivas en casos necesarios. Por lo general, el temor al contagio del coronavirus ha disminuido la visita a los médicos y especialistas pero ha aumentado la complejidad de los cuadros clínicos debido al aplazamiento de la visita médica para el seguimiento, diagnosis y tratamiento de una diversidad de patologías comunes.

Para Carlos Rus, presidente de la patronal ASPE, en los últimos meses se ha vivido una situación sin precedentes debido a la pandemia. “Las medidas de confinamiento han ayudado a controlar pero estamos en un momento en el que el resto de enfermedades deben ser atendidas ante el riesgo de complicaciones del cuadro clínico”. Por su parte, desde la Fundación IDIS también inciden en la importancia de recuperar la actividad. “Vivimos tiempos en los que la necesidad ha hecho que todos pongamos una especial atención en controlar y tratar de solventar esta compleja pandemia producida por el SARS-CoV-2 (COVID-19) y en este momento también en ser conscientes y poner en práctica lo que podemos hacer y no hacer en las distintas fases de desescalada y reconstrucción, pero si importante es este aspecto, tan relevante o más es recuperar la normalidad asistencial en su más amplio sentido ya que de lo contrario podemos ahondar en los graves problemas y retos que afronta nuestro Sistema Nacional de Salud”, afirma Marta Villanueva, directora general de IDIS.

No en vano, la patronal ASPE se ha reunido con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y le ha solicitado una batería de propuestas a las que el responsable de la cartera se ha comprometido a contestar antes del 15 de junio. El sector de la sanidad privada quiere ser considerado de forma previa en los criterios de reparto que fijará el real decreto del fondo autonómico sanitario de 10.000 millones de euros que el Gobierno ha anunciado hace semanas que pondrá en marcha. La razón no es otra que el parón que se ha sufrido durante los meses de marzo y abril de la actividad no relacionada con el covid-19.

Un estudio de la patronal realizado sobre 124 centros sanitarios privados (que representan el 41% de camas hospitalarias de todos los centos privados) durante ese periodo refleja que han asumido el 16% de los pacientes diagnosticados o con sospecha de COVID (19.289) y el 14% de los ingresos en UCI (1.536). A nivel de actividad, todas las áreas asistenciales se han visto afectadas de forma significativa debido a la gestión de la pandemia: concretamente las intervenciones quirúrgicas descendieron un 83%, las pruebas diagnósticas un 79% y las urgencias un 73%, las consultas un 67%, los ingresos hospitalarios un 58%, las determinaciones de laboratorio un 57% y los ingresos UCI un 52%.

Ahora la reactivación del sector es crucial para su viabilidad. Ellos son conscientes y se han esforzado en adecuar sus centros sea cual sea su naturaleza. Es el caso, por ejemplo, de Asisa Dental. Esta compañía ha desarrollado un protocolo para garantizar la máxima seguridad de sus pacientes y empleados en el momento en el que se produzca la reapertura de sus clínicas cerradas por la emergencia provocada por la extensión de la COVID-19. De hecho, ya se aplica este protocolo en los procedimientos que realiza en las clínicas que permanecen abiertas para atender urgencias.

El grupo HLA trabaja desde finales de abril en el acondicionamiento de sus instalaciones para que la asistencia se pueda prestar en las mismas condiciones que se hacía antes de que llegara la pandemia. Los centros cuentan con nuevos procesos asistenciales que permiten establecer circuitos seguros para los pacientes, prestando especial atención a la población vulnerable y de riesgo. Además, se han establecido accesos seguros y controlados de pacientes a los centros y se han diferenciado los espacios para pacientes con COVID-19 y para pacientes con otro tipo de patologías.

También Quirón fue reconocida por Aenor en la mayoría de sus centros. La compañía de sanidad privada ha recibido un certificado de Protocolos de Actuación Frente al COVID-19 para sus centros Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, Hospital Universitario Infanta Elena, Hospital Universitario Rey Juan Carlos y Hospital Universitario General de Villalba. Este sello distintivo, que reconoce y acredita el trabajo y el compromiso de los cuatro hospitales, los identifica y confirma como espacios protegidos frente a la pandemia del coronavirus tanto para su personal como para los pacientes, alineándose con los estándares más exigentes. Estos centros se convierten en pioneros en este logro a nivel nacional dentro de la sanidad pública.

La importancia de que se recupere la actividad asistencial cuanto antes en la red privada (también en la pública) es capital en algunos pacientes. El retraso en acudir al especialista o urgencias durante la pandemia puede suponer un serio empeoramiento de la salud de pacientes con patologías de todo tipo ya que impide un diagnóstico y tratamiento apropiados, además de un incremento en costes por ese deterioro de la salud. “Demorar estas consultas empeora su evolución y pronóstico. Los pacientes pueden acudir con seguridad a nuestros hospitales, porque contamos con las mayores garantías de calidad y seguridad, ”, afirma director corporativo asistencial y de investigación de Vithas, David Baulenas.