La factura del cáncer en Europa se acerca a los 200.000 millones

Un nuevo estudio sobre el coste del cáncer en toda la Unión Europea más Islandia, Noruega, Suiza y Reino Unido se ha dado a conocer en el encuentro anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO).

La factura total del cáncer en 2018 fue de 199.000 millones de euros. El coste total de la atención en oncología oscila entre los 160 euros per cápita en Rumanía hasta los 578 euros per cápita en Suiza (ajustando en función de las diferencias de precios entre países).

Los tratamientos para el cáncer están evolucionando a ritmo de vértigo. El coste de las nuevas terapias y su valor son cada vez más protagonistas, pero no siempre se tiene en cuenta su impacto en un contexto más allá del de su coste en los sistemas nacionales. Por eso, un equipo de investigadores suecos del Instituto Karolinska ha presentado en el congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), celebrado virtualmente esta semana, un trabajo sobre el coste de los medicamentos contra el cáncer y el acceso a los mismos en el continente europeo. Su análisis ha empleado datos de 208 y se ha extendido en el pasado hasta el periodo comprendido entre 1995 y 2014.

La factura sanitaria del cáncer en 31 países (los 27 miembros de la Unión Europea más Islandia, Noruega, Suiza y Reino Unido) se obtuvieron a partir de datos y estimaciones oficiales de cada país. A estos añadieron datos sobre venta de medicamentos obtenidos de la consultora especializada IQVIA.

Los autores han calculado las pérdidas en términos de productividad por mortalidad prematura a partir de datos proporcionados por Eurostat y la Organización Mundial de la salud. También han tenido en cuenta las pérdidas por morbilidad (enfermedad), así como los gastos derivados de cuidados informales (traslados para la atención sanitaria, contratación de ayuda en el hogar y otras variables de costes indirectos) basados en estudios anteriores.

De la factura total de 199.000 millones, 32.000 millones corresponde a medicamentos. Los costes informales fueron de 26.000 millones. La pérdida de productividad fue tasada en 70.000 millones, de los cuales 50.000 se deben a mortalidad prematura y 20.000 a morbilidad.

Entre 1995 y 2018, la incidencia del cáncer ha aumentado en un 50%, de 2,1 a 3,1 millones de casos en Europa.

La mortalidad, no obstante, solo se ha incrementado en un 20%.

La factura sanitaria del cáncer se ha duplicado, de 52.000 millones a 103.000 millones en ese periodo, mientras que la proporción de gasto en atención sanitaria dedicada a oncología respecto al gasto sanitario total se ha mantenido estable, entre el 4% y el 7%.

Los autores atribuyen un ahorro considerable a la posibilidad de tratar el cáncer de forma ambulatoria -sin ingresar a los pacientes en el hospital-.

El gasto en medicamentos contra el cáncer ha sido algo más de tres veces superior entre los ejercicios de 2005 y 2018. De esta cifra habría que restar los acuerdos confidenciales que suponen precios menores entre fabricantes y pagadores (gobiernos nacionales, locales o grupos hospitalarios, entre otros).

Se ha apreciado en este estudio un declive de las pérdidas de productividad por muerte prematura a lo largo del tiempo, que se asocia a reducción de la mortalidad en la población activa en el ámbito laboral.

Los autores han advertido que existen enormes diferencias entre países en cuanto al gasto en atención al cáncer, y que el acceso a las nuevas terapias es difícil o incluso muy difícil en ciertas partes de Europa. La desigualdad se debe sobre todo al músculo financiero de los países, más que a diferencias en la epidemiología del cáncer, han advertido estos expertos.

Este congreso da fe del creciente interés de los oncólogos por los aspectos económicos del cáncer, con varios cientos de estudios al respecto. Puede no parecer mucho en un congreso en el cual se han llegado a presentar 12.000 trabajos en un solo año. Algunos no tienen una sesión específica sino que son póster que se exponen y que tienen menos eco, pero el caso es que este tipo de análisis no deja de ganar peso en todos los encuentros científicos, y este está entre las cumbres científicas de todo el mundo.

Sí ha tenido su propio hueco para una sesión otro trabajo sobre la economía del cáncer, desarrollado en colaboración por investigadores estadounidenses (de la Universidad de Harvard) y europeos (de la Universidad de Zúrich).

También incluye comparaciones. Según sus autores, Estados Unidos debería tomar ejemplo de los europeos a la hora de negociar los precios de los medicamentos.

El precio de lanzamiento inicial de los nuevos medicamentos contra el cáncer es mucho más elevado en Estados Unidos (donde el precio es libre) que en países europeos como Alemania, Suiza o Inglaterra. El caso es que esa disparidad no hace más que aumentar cuando, al entrar al mercado, las instituciones europeas negocian descuentos.

El proceso es inverso en Estados Unidos, donde la norma es que los precios suban con el paso del tiempo. Los autores sugieren a las autoridades estadounidenses que tomen nota y “adopten los principios que se emplean en Europa para negociar”.

Otros estudios en esta línea de investigación divulgados en ASCO incluyen un modelo de simulación de cuánto puede ahorrarse sustituyendo medicamentos biológicos por sus versiones biosimilares en pacientes con cáncer y el análisis de las ya célebres inmunoterapias -medicamentos que ayudan al propio sistema de defensas del organismo- no solo por su eficacia sino por su coste y atendiendo a estrategias para mejorar el acceso a los mismos. En un caso concreto, los oncólogos-economistas han sugerido que la racionalización de las dosis es una estrategia que puede aportar ahorros de más del 9% en el pago de estos medicamentos.