Ocho mitos sobre la sanidad digital caídos por el Covid-19

La pandemia se ha llevado por delante ideas preconcebidas sobre qué puede hacerse y qué no con las herramientas digitales que ahora nos hemos visto obligados a usar como nunca antes

Hace muy poco pensábamos que es imprescindible estar en la consulta para que el médico pudiera diagnosticarnos. Es la primera de ocho ideas preconcebidas sobre la salud digital que el nuevo coronavirus ha cambiado para siempre. Los expertos vaticinan que con el apoyo de las consultas virtuales se producirá una reducción de hasta el 50% en el número de visitas presenciales que requerirán los pacientes. Ha sido una estrategia clave para evitar aglomeraciones en los centros de salud durante los peores momentos, pero también una forma de cuidar la salud que es segura y evita la saturación de los servicios. Las teleconsultas han venido para quedarse.

Tampoco es verdad que los pacientes no sepan autoevaluarse. Apoyándose en aplicaciones móviles, cada vez más personas controlan su estado de salud, eso sí, bajo la supervisión de los equipos médicos, que reciben alertas en tiempo real con datos relevantes. Otro mito caído es que los productos para el cuidado personal se compren mejor en persona, ya que casi un tercio de los españoles ya adquiere estos a través de internet. Amazon ya no es un bazar para regalar. Las aseguradoras de salud se han animado a poner paquetes de salud en este tipo de plataformas, como Sanitas Health Pack. Además, los medicamentos, de los cuales se creía que no llegarían a los domicilios por esta vía, están al alcance de cada vez más personas en la comodidad de su casa.

Otra -y van seis- idea preconcebida es que el dermatólogo tenga que valorar en la consulta todos los problemas de piel, con desarrollos tecnológicos como impresoras holográficas, facilitan evaluaciones en remoto. Por otra parte, para administrar vacunas se ha visto aumentar la demanda de pediatras y personal de enfermería que acuden a los domicilios cuando hay restricciones a la movilidad. Incluso en medicina reproductiva se han reducido los desplazamientos recurriendo a la telemedicina con la supervisión de equipos experimentados en este campo.