No es tiempo para padecer enfermedades distintas al Covid

Los médicos llevan meses insistiendo en un drama que se difumina por la cruda realidad que cada día destapa la pandemia. El resto de enfermedades que sufren los españoles ha quedado en un segundo plano. El sistema sanitario está colapsado porque es incapaz de absorber la demanda asistencial que tenía en 2019, porque hoy, si no sufre Covid o se enfrenta a una operación de vida o muerte, es usted un problema secundario, postergable. Hasta ahora no había cifras que evidenciaran las observaciones de los profesionales sanitarios, solo aquellos medios que tratamos de reflejar el mundo sanitario en nuestras páginas sabíamos no solo que no mentían, también que ni siquiera exageraban para llamar la atención. El descuido hacia otras patologías es una realidad que cada día se agrava un poco más. En este medio somos conscientes y desde hace varios números dedicamos un espacio a observar cómo empeoran los pronósticos de enfermedades donde el diagnóstico precoz y la asistencia continua son imprescindibles para el control de la enfermedad y una posible recuperación.

Los números son claros. En líneas generales, el tiempo medio para someterse a una cirugía es de casi seis meses (170 días), lo que implica un aumento de casi dos meses respecto al año anterior. Son datos intolerables y de los que tardaremos meses en recuperarnos, muchos meses, quizá incluso la métrica adecuada sean los años. Hasta el mes de junio, había 691.508 pacientes en lista de espera para someterse a una operación, 20.014 más. Los problemas más graves se dan en Traumatología con 180.706 personas, 9.172 pacientes más que el año anterior; seguida de Oftalmología, con 140.587 pacientes; y de la Cirugía General y de Digestivo, 126.682 pacientes. La oncología también ha perdido gran parte de sus opciones de mejora en el abordaje de la enfermedad: el diagnóstico precoz es una quimera hoy.

La vacuna del coronavirus viene para poner fin a este drama. Ojalá lo consiga, pero no podemos pensar que el día que se autorice por parte de las autoridades sanitarias será agua bendita a aplicar de un día para otro. Se comenzará a vacunas con cautela, solo a los grupos de riesgo. Esto es así por un doble motivo: por un lado, no habrá dosis suficientes para todos los españoles hasta bien entrado el año que viene. En segundo lugar, no hay que olvidar que el salvoconducto que tendrán los antígenos es para uso de emergencia. A mediados de 2021 quizá ya haya alguna aprobación completa, pero hasta entonces, el volumen de vacunación irá en consonancia con la virulencia de la pandemia. Esto quiere decir que en enero no se podrá hacer un borrón y cuenta nueva, las listas de espera seguirán estando lastradas por el coronavirus. También dependerá de nosotros, como sociedad, el estado del sistema sanitario en enero y febrero. Hay que ser muy cautos con las fiestas que vienen. Nos jugamos vidas.