En insuficiencia cardiaca, la ciencia manda vigilar los niveles de hierro

El último congreso de la Asociación Americana de Cardiología (AHA) ha servido para presentar datos que aconsejan mantener los niveles de hierro adecuados en personas con insuficiencia cardiaca para evitar ingresos hospitalarios sucesivos, que son la ruta segura para el deterioro de la salud de estos pacientes.

Cuando el actual presidente de la Asociación Americana de Cardiología (AHA), Mitchell S.V. Elkind, ha presentado los temas más relevantes del congreso anual de esta sociedad científica a los medios de comunicación desde su plataforma virtual, los hallazgos en el campo de la insuficiencia cardiaca han sido protagonistas. Se trata, además, de estudios cuyos resultados van a cambiar el modo en el cual los cardiólogos abordan esta condición. El estudio AFFIRM-AHF, el primero que se presentó a los medios, es también el primer trabajo de investigación que demuestra que es posible reducir los ingresos en el hospital en un 26% compensando la deficiencia de hierro (ferropenia) en pacientes con insuficiencia cardiaca, incluso cuando no llegan a niveles tan bajos como para entrar en la categoría de personas con anemia de acuerdo con los umbrales establecidos de niveles considerados normales. Almudena Castro Conde, cardióloga del Hospital Universitario La Paz de Madrid, responsable de las sesiones de seguimiento del congreso para los especialistas españoles a través de la plataforma de la Sociedad Española de Cardiología, ha valorado el estudio como extremadamente relevante. También ha destacado que un cardiólogo español, Domingo Pascual, del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia) es uno de los investigadores que firman el estudio, publicado en la revista científica The Lancet coincidiendo con su presentación en el encuentro.

Un fármaco aún en desarrollo (omecatinib mecarbil), que también entra en el territorio de nuevos tratamientos para la insuficiencia cardiaca, es el eje del estudio GALACTIC-HF, destacado por los organizadores como “una forma completamente nueva” de manejar la enfermedad. GALACTIC muestra que en estos pacientes es posible lograr una reducción del 8% en el riesgo de episodios o muerte por causa cardiovascular. Este medicamento se administra por vía intravenosa.

Dos estudios en los que se analizaban pacientes diabéticos con insuficiencia cardiaca descompensada, por una parte, y diabéticos con enfermedad renal crónica, por otra, han venido a consolidar la utilidad de recurrir a una familia de medicamentos inicialmente desarrollados para tratar la diabetes, los inhibidores SGLT2, que habían ofrecido datos positivos en encuentros previos, indica Castro.

A ellos se ha referido Eldrin Foster-Lewys, de la facultad de medicina de la Universidad de Stanford, como uno de los pilares sobre los que debe asentarse el tratamiento de estos pacientes. Son los estudios SOLOIST y SCORED. Ambos trabajos están en la última fase de investigación (III) y documentaron los resultados de un medicamento de esta familia, la sotagliflozina.

Otro hallazgo con implicaciones importantes para la práctica es el HARP-MINOCA. Es un trabajo que la propia organización ha situado como clave en el encuentro, y que Almudena Castro también ha señalado. Los autores de esta investigación sugieren, a partir de los datos registrados en una muestra de 301 mujeres, que hay que tratar a las pacientes con infarto, pero sin obstrucción de las arterias coronarias con la misma estrategia que a las que sí sufren obstrucción (aterosclerosis), según explicaba Donald M. Lloyd-Jones, responsable del comité científico de la AHA, “Hay que tratar como si hubiese aterosclerosis, porque ese suele ser el caso”.

Castro explica que hasta la publicación de estos datos no estaba claro cuál era el pronóstico para estos casos. “Las pruebas de imagen demuestran que hay un daño estructural que iguala su riesgo al de los casos con obstrucción establecida. El daño estructural no se aprecia en un cateterismo normal”, indicaba.

Dentro de los estudios dedicados a estudiar estrategias preventivas se han dado a conocer nuevos datos que subrayan la importancia de vacunar a los pacientes con enfermedades cardiovasculares frente a la gripe. Ha dado motivos para el optimismo un trabajo firmado por expertos de la Universidad Weill Cornell (Nueva York), en el cual se ha visto que incluso los pacientes que tienen que tomar múltiples medicamentos (polimedicados), que suelen considerarse particularmente frágiles, llevar una dieta sana, practicar actividad física regular adaptada a su condición y alejarse del tabaco contribuye a mantener un buen estado de salud general, al margen de cuántas pastillas tenga que consumir cada día. En este estudio se incluyó a más de 20.000 sujetos.

Una particularidad del congreso anual de la AHA es la inclusión de investigaciones que podían calificarse de “curiosas” dentro del programa oficial. En otras convocatorias, por ejemplo, se ha hablado de los efectos de bailar el vals en la salud cardiovascular. Este año se ha divulgado un análisis de la Universidad de Ohio sobre la mortalidad por enfermedad cardiovascular y cáncer entre personas que comen guindillas, que es menor que en la población general. Es una teoría que avalan datos anteriores y tiene que ver con el efecto de un componente de las guindillas, la capsaicina, en los niveles de glucosa presentes en la sangre. Según datos de 570.000 personas residentes en Estados Unidos, Italia, China e Irán, la gente que tiene por costumbre consumir este alimento muestra un riesgo 26% más bajo de morir por una enfermedad cardiovascular, un 23% menor de fallecer debido a un cáncer y un 25% menor en el apartado de mortalidad por todas las causas.

La pandemia de Covid-19, como no podía ser de otro modo, ha estado también entre los temas más relevantes. En línea con la búsqueda de fórmulas de atención alejadas del modelo tradicional de “hospitalocentrismo”, se han estudiado modelos de atención en remoto, como programas de rehabilitación cardiaca. Se trata de programas de ejercicio y contenido educativo que tuvieron que adaptarse por la pandemia. Cuando se ha analizado su eficacia en diversos centros de Japón y Canadá, se ha visto que los pacientes obtienen beneficios sustanciales de los mismos.

Por otra parte, la investigación en el campo de la cardiología ha venido a desterrar otro mito poco saludable: el de que darse caprichos poco saludables no engorda si se concentran los alimentos más calóricos en las primeras horas del día. Es una de las muchas estrategias “de moda” y sin aval médico para perder peso. Expertos de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore pusieron a prueba esta teoría con un grupo de adultos con sobrepeso. Nisa M. Maruthur, catedrática y directora del equipo de investigadores, explicó que la mayoría de estudios anteriores sobre la cuestión de las horas de las comidas no controlaban el número de calorías, cosa que su equipo sí hizo. Comparando la evolución del peso de los sujetos durante 12 semanas, un grupo concentró las comidas en las primeras horas del día -el 80% de las calorías del día las consumieron antes de la una de la tarde-, mientras que los demás tenían un horario de alimentación libre. La cantidad de calorías diarias era igual para ambos grupos. Todos lograron bajar de peso y mejorar su salud cardiovascular, que se observó con medidas como la presión arterial. El horario no influyó en la pérdida de peso.