Los expertos ofrecen un mapa para medir resultados en salud

Es necesario que la tendencia de conocer el medicamento vaya tomando fuerza para que se conozca de la mejor forma posible la utilidad en vida real de la innovación

Hace varios años que expertos de distintas disciplinas se congregaron en una plataforma que quiere contribuir a la sostenibilidad de la sanidad española usando la evaluación para que las decisiones que se adoptan estén fundamentadas en la evidencia. El grupo de trabajo se llama AMPHOS. Ya ha generado siete informes que dibujan un auténtico mapa para recoger información sobre resultados en salud y llevar a la práctica las estrategias e intervenciones más eficaces en la atención sanitaria. Andrés García Palomo, el jefe del servicio de Oncología en el Complejo Asistencial Universitario de León, coordinador del Grupo de Resultados en Salud de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y miembro del Consejo Asesor de AMPHOS considera que es necesario que la tendencia de medir resultados vaya tomando fuerza. A su modo de ver, la medición de resultados en salud es una práctica que debe instaurarse en las organizaciones sanitarias, tanto por iniciativa de las bases “hacia arriba” como por acciones desde los estratos superiores “hacia abajo”. En ese aspecto, la plataforma acierta al conjugar am,bs aspectos, apostando por la bidireccionalidad como el mejor camino para promover este cambio, que es un cambio cultural.

Considera que los esfuerzos evaluadores y la medición de resultados deben aplicarse a los actos asistenciales completos. “Por poner un ejemplo: El coste del cáncer de mama no es el de la quimioterapia únicamente, sino también el de todos los procedimientos concatenados que han llevado al diagnóstico y a la indicación de tratamiento”, explica.

García Palomo añade que en el proceso cáncer de mama no solo está implicada la Atención Especializada sino la Atención Primaria. Él incluye en el proceso las intervenciones para la detección precoz de la enfermedad. “Cuando medimos los resultados, esta medición debe procurar hacerse de forma global, como todo un proceso asistencial encarnado por procedimientos concatenados. Medir resultados implica no solo medir la inversión en cada procedimiento sino también ser consciente de su organización operativa, de su estructura y del contexto en el que se toman las decisiones”, apunta.

Aunque en el campo de la oncología la medición de resultados no es una práctica generalizada, este especialista considera que la intensidad económica de la innovación en este campo obliga a adoptar un comportamiento ético en la medición de resultados. A este respecto, declara: “Debemos conocer en qué estamos gastando los recursos y si la inversión compensa los beneficios que se obtienen. Este es el concepto del valor de las acciones diagnósticas y terapéuticas, y de la pérdida de oportunidad de invertir en acciones que no ofrecen beneficio al paciente”. “El dinero o las inversiones deben seguir a los resultados, no se puede concebir de otra manera”, asegura.

Cuando la inversión se desplaza a los contextos con mayores posibilidades de ser eficientes, se crea un feedback positivo: los contextos buscarán ser más eficientes para atraer inversión. Es el motivo por el cual este oncólogo razona que medir resultados genera una cascada de mejora en el desempeño que redunda directamente en la cantidad y calidad de vida de los pacientes, en la calidad asistencial y en la sostenibilidad del sistema público. Los responsables de la gestión ya son conscientes de esa necesidad, pero es posible que hasta ahora no supiesen cómo abordarla: “AMPHOS es su hoja de ruta”.

En el sexto informe elaborado por estos expertos se incluyen los pasos necesarios para la evaluación: definir el liderazgo del proyecto; seleccionar la enfermedad en la cual se van a medir los procesos; crear un grupo de trabajo en el cual tengan cabida todos los implicados en el seguimiento del paciente -aquí debe haber sitio para los pacientes-; trazar el viaje del paciente desde el diagnóstico, hasta el tratamiento y el seguimiento de la patología; seleccionar el tipo de indicadores que van a utilizarse en la evaluación y los cuestionarios que serán empleados para recabar la información proporcionada por los propios pacientes, entre otros.