La luz de la farmacia ilumina con fuerza
incluso en los tiempos más oscuros

La pandemia del coronavirus Covid-19 ha hecho que estemos viviendo una crisis sanitaria sin precedentes y difícilmente imaginable. Y es precisamente en este contexto donde las más de 22.000 farmacias de España están demostrando su vocación de servicio público como eslabón fundamental del sistema sociosanitario. Una vez más se ha puesto de manifiesto que los farmacéuticos, como profesionales sanitarios, tienen capacidad de entrega total para hacer frente a una situación de riesgo y tratar de evitar consecuencias todavía peores. A pesar de las largas horas de trabajo sin descanso, la tensión y el estrés ante la incertidumbre, el riesgo de contagio e incluso algunas bajas en los equipos, no ha mermado en ningún momento la dedicación sin límites de los más de 70.000 farmacéuticos para paliar las consecuencias de una pandemia que ha desbordado los servicios sanitarios.

La vocación de servicio público del farmacéutico, como primer eslabón entre el paciente y el sistema sanitario, está quedando más patente que nunca, tanto en las ciudades como en los entornos rurales. Priorizando la salud colectiva a la suya propia, los boticarios siguen detrás del mostrador, ya no únicamente asesorando sobre las medidas de prevención que hay que aplicar, sino haciendo lo máximo posible para que todos los pacientes, tanto los afectados por el Covid-19 como del resto de patologías, puedan tener su medicación a tiempo y en las mejores condiciones posibles. Pero podemos aportar mucho más. Las administraciones han de ser capaces de aprovechar la red capilar de farmacias de España junto a las capacidades logísticas y tecnológicas de la distribución farmacéutica. Precisamente las diferentes sociedades científicas y entidades colegiales que representan a los farmacéuticos ya han recordado que los farmacéuticos comunitarios pueden desempeñar un papel fundamental en la mejora de la accesibilidad de los tratamientos de la población durante la pandemia del Covid-19.

Quiero recordar que España cuenta a día de hoy con un sector farmacéutico de referencia a nivel mundial donde la alta profesionalización, la distribución y una red de farmacias excepcional, hacen que probablemente tengamos la mejor cadena de suministro de medicamentos del mundo. De hecho, en plena crisis sanitaria, nuestra cooperativa no ha bajado ni un segundo la guardia y continúa operando plenamente para que las oficinas de farmacia puedan seguir ofreciendo el servicio que los ciudadanos necesitan, especialmente en momentos tan delicados. Durante estos días se han reforzado las 1.500 rutas existentes con otras 75 más, lo que ha permitido que el 95% de las farmacias de Cofares esté recibiendo pedidos al menos dos veces al día. También hemos ampliado la entrega a dos veces al día en la distribución a la red hospitalaria de toda España con el fin de poder cubrir sus necesidades ante la situación generada a raíz de la pandemia -incluyendo el nuevo hospital de campaña en Ifema-.

Mantener este nivel ha sido posible gracias a la magnífica labor de los empleados encargados de supervisar y garantizar todos los pedidos. En concreto, hay que reconocer el trabajo de más de 1.500 personas y de una red solidaria de 250 empleados de otras áreas de la empresa que se han ofrecido como voluntarios para que la misión de Cofares pudiera desarrollarse como hasta ahora. Mi mayor agradecimiento a todos ellos por su contribución y buena predisposición en todo momento.

Por supuesto, y dado que la salud de nuestros empleados es también una prioridad, se están aplicando en la cooperativa todas las indicaciones de protección marcadas desde las autoridades sanitarias. Se ha implementado el teletrabajo en todos aquellos puestos en los que es posible, ofreciendo cobertura tecnológica a quienes no disponían de los medios para realizar actividades de trabajo remoto. Para el resto, se han facilitado los materiales de protección necesarios para que puedan desarrollar su labor, de primera necesidad, con la mayor seguridad posible.

La importante labor de la farmacia dentro del círculo sociosanitario ha quedado evidenciada en plena emergencia sanitaria. Desde el primer momento, farmacia y distribución nos hemos puesto al servicio de las autoridades sanitarias y, de hecho, las administraciones se han apoyado en las boticas para realizar campañas informativas con las recomendaciones básicas para evitar la propagación del virus. No estamos dudando en hacer todo lo que sea necesario, incluyendo fórmulas completamente seguras, para hacer llegar los fármacos que precisan los pacientes habituales que, por falta de movilidad o por ser perfil de riesgo, lo tienen especialmente complicado para salir de su hogar. Y es que la prioridad en estos momentos es limitar al máximo el número de visitas a centros de salud y hospitales, para evitar el contagio, y garantizar algo fundamental dentro del sector salud: la seguridad del paciente. Y para ello, el medicamento debe permanecer en el canal farmacia.

La distribución y dispensación de fármacos y otros productos sanitarios debe realizarse de forma segura, legal y respetando toda la cadena del medicamento. Desde Cofares, estamos también poniendo a su disposición nuestros recursos y tecnología que permite una completa trazabilidad del medicamento, controlar su temperatura y las condiciones óptimas de conservación, a través de contenedores isotermos. Dentro del ecosistema sanitario, la distribución es el agente que legalmente tiene reconocida la misión de custodiar y proteger el medicamento para que éste llegue con todas las garantías al paciente a través de su farmacia de referencia. Las buenas prácticas de la distribución redundan en el paciente, que puede tener la absoluta tranquilidad de tener entre sus manos un producto que cumple los más altos estándares de seguridad. El medicamento tiene que estar en manos de profesionales, incluso en esta época de crisis.

La farmacia, por su parte, ofrece su profundo conocimiento sobre el medicamento, su uso y dispensación, así como en el seguimiento terapéutico del paciente. Porque la farmacia comunitaria, junto con la distribución, está más que preparada para garantizar la continuidad de los tratamientos y su adherencia.