Las pensiones coparán el 74% del aumento en gasto público hasta 2050

En un escenario sin cambios en política fiscal, el gasto público se dispararía hasta un 191% a mitad de siglo, con un peso de tres cuartas partes del aumento a costa de las prestaciones por pensiones, según confirma la AIReF

El gasto estructural a largo plazo de las pensiones coparía el 74% del aumento del gasto público hasta 2050. Actualmente, la deuda de las Administraciones Públicas españolas se coloca en el 122,1% del PIB según los datos del Banco de España del tercer trimestre, y en el ecuador de siglo sumaría 70 puntos, de los que un 52 puntos -prácticamente tres cuartos del incremento de deuda pública- sería gasto estructural de pensiones. Son datos extraídos de las simulaciones en diferentes escenarios que realiza la AIReF para mitad de siglo, confirmados por sus propios técnicos. En la vista a largo plazo, la auditora pública dibuja un horizonte negativo y prevé un crecimiento de la deuda pública hasta una ratio estratosférica del 191% sobre el PIB español en un escenario central sin cambios en política fiscal.

La AIReF matiza en el aumento de la deuda pública por el factor del envejecimiento de la población española. Según el último observatorio de deuda, la ratio de deuda sobre PIB retomará una senda ascendente bajo la hipótesis de un escenario sin cambio de políticas, un crecimiento medio nominal del 3,3% y un déficit estructural primario constante de dos puntos y medio de PIB a partir de 2024.

El futuro demográfico visualizado en los diferentes escenarios de organizaciones como el INE, Eurostat o la propia AIReF no hacen más que reafirmar que el peso de la generación del baby boom va a desequilibrar la balanza del gasto público al menos hasta mitad de siglo. Para 2050, se espera que la ratio entre quienes cobrarán las pensiones (los mayores de 65 años) y quienes tendrán edad de trabajar (entre 16 y 64) será entre un 58% y 61%, dependiendo principalmente del aumento de la esperanza de vida.

La sostenibilidad del sistema de pensiones está en el debate socioeconómico y tiene que ver con la famosa hucha de pensiones. El Sistema de la Seguridad Social va camino de cerrar su particular década negra: desde 2011 acumula diez años con déficit en su saldo no financiero. Para 2021, Escrivá presupuestó un déficit del 1,3% y, finalmente, prevé que el Sistema solo cree un agujero de 13.700 millones de euros, un 1,1% del PIB español.
En 2007, el fondo de reserva de la Seguridad Social presentaba superávit; ahora, tanto el Banco de España como la AIReF cifran el déficit estructural en unos 4,5 puntos de PIB, unos 54.000 millones actuales. La hucha apenas contaba con 2.000 millones antes de la pandemia, un dato contrapuesto con los 66.800 acumulados en 2011.

El peso de las cotizaciones sociales y las pensiones contributivas sobre el PIB convergió a comienzos de la pasada década: la Seguridad Social pasó a gastar más en prestaciones a pensionistas de lo que ingresaba por cotizaciones sociales de los trabajadores. El deterioro del Sistema, según la actualización que hizo Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones, teniendo en cuenta los efectos de la pandemia, se debe a un leve aumento de las cotizaciones (+0,4% hasta el 10% sobre el PIB en 2019) mientras las pensiones contributivas se duplicaron: pasaron de un 6,9% en 2007 a rondar el 12% en 2021, según las últimas nóminas de pensiones publicadas por el ministerio de Escrivá.

Matizando sobre el déficit estructural del Sistema, el Banco de España puso porcentajes al problema. La evolución de la tasa de empleo durante los años de la crisis iniciada en 2008 y la recuperación posterior fue responsable de apenas un 13% del empeoramiento del saldo de la Seguridad Social; por su parte, el aumento de la tasa de dependencia y el incremento de la ratio entre la pensión media y el salario medio explicarían un 44% y un 51% del deterioro del balance, respectivamente, mientras que la caída de la participación de la masa salarial en la renta nacional habría contribuido a mejorar el saldo del sistema en un 8%.

Siguiendo un escenario central, lo que el futuro puede deparar a la sostenibilidad del Sistema pasa, en parte, por el mercado laboral. Si bien el deterioro de las cuentas obedecía a un menor peso del empleo en España, de Cos expone que una mejora de la tasa de ocupación del 20%, hasta el 80% en 2050, reduciría el aumento del gasto en pensiones debido a la dinámica demográfica a entre un 1,5% y un 5,3% de PIB. Junto al mercado laboral, una mejora de la productividad reduciría la presión entre la pensión y el salario medio en España, ya que el aumento de la productividad es el factor a medio plazo por el que se rigen el aumento de los salarios en la actividad económica.

Mientras tanto, tal y como recogió este periódico, el Instituto Santalucía prevé un déficit acumulado de hasta 86.000 millones entre 2040 y 2067. El ‘plan Escrivá’, con la activación del mecanismo de equidad intergeneracional aprobado en la primera parte de la reforma de pensiones será insuficiente para sufragar el exceso de gasto previsto por la jubilación de la cohorte del baby boom.

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ya anticipó hace unas semanas que las cuantías mínimas de las pensiones se incrementarían por encima de la inflación y así ha sido: se han elevado hasta un 3%, al igual que las pensiones no contributivas y el Ingreso Mínimo Vital (IMV).

Así, para 2022 estas pensiones mínimas suben más que las pensiones contributivas, que por primera vez y debido a la ‘reforma Escrivá’ se han incrementado con el nuevo método de revalorización de las pensiones que tiene en cuenta el Índice de Precios al Consumo (IPC) medio del año anterior y que ha conllevado el aumento en un 2,5% de estas prestaciones.

La Seguridad Social recoge en su página web, a modo informativo, cómo quedan estas nuevas cuantías de las pensiones mínimas después de la subida de 2022, con vigencia para todo el año. Son las siguientes: pensiones de viuedad, jubilación, incapacidad permanente, orfandad o pensiones en favor de familiares, en diferentes cuantías-