Pensiones, inversión alternativa y economía real

El fondo de pensiones de empleados de Atlanta, Atlanta General Employees Pension Fund, obtuvo una rentabilidad del 31,1%, por entender mejor este dato y si lo extendemos a datos de rentabilidades anualizadas a 3, 5 y 10 años, su rentabilidad es del 12,9% y 12,6% respectivamente, y a diez años del 10,3%. Por no ver esta información de un modo aislado y buscamos otros ejemplos de fondos de pensiones internacionales, el fondo de pensiones de profesores de Texas tiene una rentabilidad anualizada a 10 años del 9%, el fondo de pensiones de los bomberos de Atlanta del 9,5%, el fondo de pensiones de los empleados públicos de la ciudad de San Francisco del 10,4% y así podríamos seguir enumerando hasta encontrarnos con rentabilidades del 7,6% en los últimos de la lista.

En España, la rentabilidad media anualizada de los planes y fondos de pensiones está en el 4,57%, a agosto de 2021. Si anualizamos a diez años estos datos comparados, por cada 1.000 euros invertidos en España tendríamos 1.563 euros comparando con la inversión de un fondo de pensiones americano de 2.367 euros, es decir 804 euros más por cada 1.000 euros invertidos en diez años.

Si tenemos que buscar y encontrar el porqué de estas diferencias de rentabilidad nos tendríamos que ir a buscarlas a los modelos de asignación de activos y fuentes de rentabilidad. Así encontramos que la mayor diferencia se encuentra a las políticas de inversión en activos de inversión alternativa, tales como private equity, real estate, infraestructuras, deuda privada y hedge funds, principalmente.

Una de las características que crea la diferencia de rentabilidad en los diferentes estilos de asignación de activos en un análisis comparativo entre los fondos de pensiones internacionales y los españoles está en el siguiente hecho, la participación en la economía real vía clases de activos de inversión alternativa proporciona, por un lado entre una moderada y fuerte aportación de valor como consecuencia de su implicación en los ciclos de crecimiento económico, una mayor estabilidad en ingresos y, como consecuencia, una mejor adecuación al pasivo de los fondos de pensiones, y finalmente una reducción del riesgo y la volatilidad por el nivel de descorrelación frente a la renta variable y bonos.

En un análisis más detallado del efecto de la inversión alternativa en los fondos de pensiones internacionales observamos que dentro de sus políticas de inversión asignan activos con perfiles income de generación de ingresos y rentas, principalmente a través de subclases de private credit, deuda sobre la subclase de infraestructuras y finalmente en activos de deuda en senior en real estate debt. Igualmente observamos asignaciones de activos growth, inversiones en activos de crecimiento, también a través de private equity, venture capital, renta variable en infraestructuras y activos de inmobiliarios, así como en deuda corporativa de empresas en reestructuración, distressed corporate debt.

Adicionalmente a las razones de las políticas de asignación de activos, encontramos otras diferenciaciones sobre los modelos de inversión que hacen de los fondos de pensiones internacionales modelos de gestión con estructuras mucho más versátiles, creando un impacto marginal positivo muy importante y diferenciador en la generación de alpha, o la aportación de rentabilidad extra por la gestión después de ajustar el riesgo y la volatilidad. Estas características son, por un lado, la delegación fiduciaria a gestores muy especializados según la clase de activo y sus subclases y contar con equipos internos especializados en cada una de las clases de activos de inversión alternativa.

Más allá de la parte conceptual en el porqué de las diferencias en rentabilidad y riesgo observadas en la comparativa de los fondos de pensiones españoles y de los fondos de pensiones internacionales que invierten en inversión alternativa, encontramos “pros” y “contras” a la hora del análisis de los porqués de la diferencia. Destacamos entre las contras cuestiones como las restricciones del propio marco regulador español, la falta de experiencia, especialización y deficiencia en la formación dentro de los comités de inversión de los fondos de pensiones españoles, y como consecuencia de esto también las dificultades para realizar las correspondientes due diligence de los productos y de los gestores fiduciarios correspondientes.

Entre los pros de la inclusión de la inversión alternativa en los fondos de pensiones encontraríamos tres fundamentales que resumirían su aportación de valor y reiteradamente mencionados en mis artículos, que son, primero: la fuerte y sólida vinculación de la inversión alternativa a la economía real y productiva, segundo: el diferencial positivo de rentabilidad, reducción del riesgo y mejora en la diversificación al incluir la inversión alternativa en la asignación de activos, y finalmente tercero: la mejora de la adecuación y correlación de los compromisos de pasivo de los fondos de pensiones, lo que reduce sensiblemente la vinculación al riesgo sistémico de los mercados, donde los fondos excesivamente ponderados en renta variable y renta fija están mucho más expuestos.

Tarde o temprano, y con las expectativas de que sea antes que después nos llegarán los cambios, cambios en el marco regulatorio, cambios en la propia idiosincrasia de los modelos de gestión en los fondos de pensiones y de sus políticas de inversión, y sobre todo cambios en la visión de cómo el acercamiento y alineamiento de los fondos de pensiones a la economía real y productiva, lo que esperemos sea ese clic que haga que la propia sociedad española valore la importancia y el sentido de aportar vía inversión a la economía real, al empleo y, como consecuencia, a la economía productiva.