‘Tiro de gracia’ a los ahorradores españoles con plan de pensiones individual

El Gobierno llevara a cabo una nueva fase del desplazamiento de incentivos fiscales de los planes de pensiones del sistema individual al sistema colectivo. Concretamente se reducirá de 2.000 euros a 1.500 euros el límite de aportaciones con exención de IRPF y se elevará de 8.000 euros a 8.500 euros el máximo deducible en el caso de los planes de empresa.

La nueva vuelta de tuerca a la fiscalidad del ahorro que ahora incluye el Gobierno en los Presupuestos Generales de cara al próximo año se solapa con la ya aplicada en las Cuentas de este 2021, cuando se elevó a esos 8.000 euros la aportación sujeta a desgravación en los planes colectivos y se redujo un 75% el tope en los planes de ahorro privados.

Ambas medidas sucesivas suponen un golpe para el segmento de ahorro privado para la jubilación entendido como el plan propio e individual, del que sin ir más lejos la industria estima que utilizan 1’2 millones de trabajadores autónomos en España. De entrada, en la primera mitad del año ya se ha producido un desplome sin precedentes del nivel de aportaciones a planes de pensiones, mayor al 80%, y se espera que mantenga la tendencia a la baja en lo que resta de año. Aunque las campañas de fin de ejercicio podrían moderar la caída de aportaciones.

No obstante, en este plano se podría decir aquello de “quien avisa no es traidor”. El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ya aseguró en su llegada al Ejecutivo que recogería el guante de las recomendaciones del Pacto de Toledo que piden a los responsables del Gobierno proponer sistemas de ahorro complementario para la jubilación sujetos a esquemas de empresa para ensanchar lo máximo posible la base de ahorro final para el retiro laboral de nuestro país.

Ahora, con el informe de AIReF sobre la eficiencia de los incentivos fiscales en España, que deja en mal lugar la desgravación de IRPF en la declaración de la renta por aportaciones a planes de previsión social complementaria -asegurando que son más beneficiosos para las rentas altas y suponen un incentivo regresivo-, el Gobierno parece decidido a revolucionar el ahorro privado de forma definitiva con el impulso de los planes de pensiones de empresa, aunque ello suponga dejar por el camino tierra quemada, como ocurrirá con el segmento de planes individuales, que podría sufrir próximamente el tiro de gracia en términos de reducción de su atractivo fiscal, con una nueva fase de desplazamiento de incentivos que siga reduciendo la desgravación a planes del sistema individual.

Desde la industria, más allá, advierten de que las medidas adoptadas podrían suponer un grave perjuicio para los ahorradores con planes individuales y piden no ir en detrimento del sistema individual para potenciar los planes de empresa.