Cómo saber qué productos de ahorro se adaptan mejor a nuestro perfil

“La aversión al riesgo es uno de los conceptos presentes a la hora de ahorrar para complementar las jubilación. Encontrar un equilibrio entre rentabilidad, estabilidad y riesgo es el objetivo primordial del ahorrador a largo plazo”, señala el subdirector general de vida de Seguros Bilbao, José Manuel Morais.

Una de las acepciones del término ahorrar es “guardar dinero como previsión para necesidades futuras”. Es decir, el ahorro garantiza una cierta estabilidad financiera en el largo plazo. El abanico de productos de ahorro que existe en el mercado es muy amplio y, en la actualidad, se ofrecen opciones diseñadas para a todo tipo de perfiles. Así, en función de la edad, la capacidad de ahorro, las ventajas fiscales, el nivel de riesgo que el cliente puede asumir y la rentabilidad que éste desee, existen distintos instrumentos que permiten planificar el ahorro de cara a la jubilación.

Dentro de la extensa oferta de soluciones disponibles en el mercado, es importante destacar las numerosas diferencias entre productos, especialmente, en las características que hacen referencia al nivel de riesgo y a las ventajas fiscales. Por ello, a continuación, se detallan los principales vehículos dirigidos a rentabilizar el ahorro:

Planes de pensiones individuales: se trata de una de las modalidades de ahorro que goza de mayor popularidad en España, ya que se han caracterizado tradicionalmente por aportar tranquilidad, cumplir con los objetivos personales a largo plazo y lograr rentabilidad. No obstante, hay que tener en cuenta las diversas tipologías en función del nivel de riesgo: o invierte en activos de renta fija (deuda pública o privada), por lo que es el plan más conservador y el más adecuado para personas cuya jubilación es más inminente; o combina inversiones en renta fija y renta variable, no pudiendo ser esta última superior al 30% del total -se trata de la opción más escogida para los perfiles que buscan un riesgo medio-; con un nivel más elevado de riesgo, este plan invierte al menos el 75% del patrimonio en renta variable, lo que se traduce en una mayor rentabilidad. Por este motivo, está dirigido a personas cuyo horizonte de jubilación es aún lejano.

Asimismo, los planes de pensiones individuales permiten realizar, durante la etapa en activo, aportaciones que ofrecen ventajas fiscales. En concreto, pueden ser desgravadas en el IRPF al reducir la base imponible, logrando un ahorro fiscal para el partícipe. Además, en el momento del rescate del plan, se puede recibir la prestación del patrimonio acumulado en forma de renta o de capital.

Plan de previsión asegurado (PPA): a diferencia de los planes de pensiones individuales, los PPA son una forma de ahorro flexible ligado a un tipo de interés que hace variar su rentabilidad. El tipo de interés se revisa cada tres meses, mientras que la rentabilidad nunca podrá ser negativa en el momento de realizar el rescate. Este factor es clave para un perfil de ahorrador más conservador. Las ventajas fiscales son idénticos a los planes individuales.

Seguros de ahorro: están diseñados para reservar dinero a largo plazo, ya sea para garantizar un respaldo económico tras el retiro laboral o para adquirir un bien. Su principal diferencia respecto a otros productos estriba en que es un instrumento de ahorro combinado con un seguro de vida. Permite realizar aportaciones periódicas, modificarlas o pausarlas, pero además son productos que ofrecen liquidez en todo momento, dado que el capital se puede recuperar parcial o totalmente. Como valor adicional, el seguro cubre el supuesto de fallecimiento. Asimismo, el capital acumulado en un seguro de ahorro se puede recuperar de una vez o como pagos periódicos en forma de renta vitalicia y, además, no tiene límite de aportaciones.

Unit linked: permiten diversificar la inversión en fondos diversos, de manera que los partícipes pueden optimizar la rentabilidad de su capital a través del fondo o combinación de fondos que mejor se adapte a su perfil de riesgo (corto, medio o largo plazo). Otro aspecto positivo es que sus aportaciones no están limitadas y su liquidez es inmediata.

Plan Individual de Ahorro Sistemático (PIAS): La flexibilidad es el pilar del seguro de ahorro PIAS, puesto que permite elegir el importe, hasta un máximo de 8.000 euros anuales, y la frecuencia de las aportaciones. A diferencia de los planes de pensiones, una vez transcurrida la primera anualidad, se podrá disponer de forma parcial o total del capital, sin comisiones ni penalización. Además, al realizar la disposición como renta vitalicia no se tributará por IRPF.

Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV): Las EPSV son una modalidad de ahorro específica del País Vasco y están destinadas a complementar el servicio público de pensiones. Se puede contribuir al plan con un máximo anual de hasta 5.000 euros en concepto de aportaciones personales y 8.000 euros en concepto de contribuciones empresariales, siempre respetando el límite conjunto de 12.000 euros.