Educar a los hijos en el ahorro periódico y constante

Llevo más de 20 años haciendo información económica y financiera. Llevo dos décadas predicando sobre las bondades del ahorro y la necesidad de fomentar la cultura financiera y la formación, sobre todo a los más jóvenes, para que tomen conciencia de lo importante que es el ahorro inteligente: ahorro a largo plazo, con objetivos, diversificado y constante.

Hasta aquí todo bien, ¿verdad? Pero conoce usted el famoso refrán que dice en cada del herrero, cuchillo de palo. He de confesar que ahorro. Ahorro a través de fondos de inversión: por su gestión profesional, porque te da acceso a cualquier activo y región, por su seguridad, diversificación, liquidez y seguridad. Ahorro también a través de planes de pensiones y aquí he de confesar que esperaba a final de año para ver a cuánto me ascendía el ahorro fiscal ¡tremendo error! ¡La idea es ahorrar no pensando en la factura fiscal y si en el objetivo y plazo de ese ahorro!

¿Sabe usted qué otro error he cometido a lo largo de todos estos años? Ahorrar por impulsos y ahorrar cuando tenía una bolsa de dinero extra. Nada de ahorro periódico. ¡Gran error! Mira que llevo años diciendo que uno debe ahorrar desde el minuto cero ¡cuando ingresa su primer sueldo y nada más tener la nómina en la cuenta corriente, al tiempo que uno paga el recibo del móvil, de la luz o del agua! Y nada..., hasta ahora, ahorro por impulsos.

Pero algo ha cambiado. ¿Y sabe qué es lo que me ha hecho cambiar y realizar aportaciones mensuales a mi hucha para la jubilación? Mis hijos.

Justo hace dos meses decidí abrirles un fondo de inversión. Lo he hecho con dos motivos: para hacerles una hucha destinada a sus estudios universitarios y para que vean qué importante es tener esa hucha, esa previsión para el futuro. Una hucha que va creciendo porque he optado por hacer aportaciones mensuales pensando en que ellos se motivarán cuando vean cada vez que entran en la cuenta que ese dinero ha crecido. Y ¡tachán! Al ver que funciona, que el dinero crece, que la magia del interés compuesto funciona y que realizar una aportación mensual no duele ni significa sacrificio o renuncia a ningún capricho ¡voilá! Me dije, ¡y porqué no haces tú lo mismo que ya practicas con tus hijos! Ahorro periódico, ahorro constante, ahorro enfocado al largo plazo. Así que ¡dicho y hecho! Además de predicar hay que ponerse manos a la obra y ¡practicar ese sano y rentable ejercicio que es el ahorro inteligente!