Las claves de la jubilación del ‘baby boom’ tras la reforma de Escrivá

El ministro de Seguridad Social afronta el reto de hacer frente al retiro del grueso piramidal que suponen los nacidos en entre finales de los 50’s y finales de los 70’s. Con el objetivo de moderar el gasto en pensiones y ajustarlas, el factor de equidad intergeneracional supone una de las grandes claves

La generación de los baby boomers hace referencia a aquella en la que se experimentó un aumento demográfico entre la década de los 50 y los 70, y que en España se retrasó para comenzar a finales de los 50. Las personas más longevas de este grupo empiezan a agotar sus vidas laborales y al tratarse del sector poblacional más numeroso del país, las reformas de José Luis Escrivá les pueden afectar especialmente.

El ministro de Migraciones, Seguridad Social e Inclusión apuntó antes de la firma de los primeros acuerdos en materia de pensiones con los agentes sociales que estos baby boomers, que en España se mueven entre los años 1958 y 1977, tendrán que hacer un pequeño esfuerzo al tratarse del tramo “más ancho” de la población y que además ha vivido los mejores años de la economía española, lo que se ha trasladado a sus nóminas, más altas que en los nuevos perfiles profesionales que acceden al mercado laboral y que también se verá traslado a la cuantía de la pensión de jubilación.

Las opciones que propuso Escrivá fueron un pequeño recorte en el importe de las pensiones de este grupo o bien que retrasasen su jubilación. Los dos puntos, que ya han sido rechazados por la CEOE, deben ser concretados de forma más detallada en unos meses.

La fecha clave es noviembre, tal y como informó la propia Seguridad Social. Es el tope para detallar el nuevo mecanismo de equidad intergeneracional en el que se enmarca esta medida y que tiene como objetivo moderar el gasto en pensiones a partir de su entrada en vigor en 2027. Los expertos aseguran que las jubilaciones de la generación del baby boom pueden llegar a suponer un incremento del déficit de la Seguridad Social de hasta el 6% del PIB (Producto Interior Bruto).

Factor de sostenibilidad

En aras de hacer más sostenible el sistema de pensiones, la reforma de Escrivá se ha centrado en ir atrasando la edad de jubilación, que de acuerdo con los datos de la Seguridad Social fue de 64,6 años en 2020. Este método se considera como uno de los más útiles para aminorar el gasto en pensiones y, por supuesto afectará a la generación del baby boom.

De hecho, si tomamos como referencia los años 1958 y 1977, algunos miembros de esta generación (los nacidos en 1958, 1959, 1960 y 1961) ya han podido prejubilarse con algunas de las opciones de la jubilación anticipada, sin contar la de las profesiones que por su naturaleza tienen edades de jubilación incluso menores. Con todo, estos futuros pensionistas, al margen de las medidas de Escrivá van a ir viendo cómo los requisitos para jubilarse en cuanto a la edad obligatoria van a ir aumentando de forma paulatina hasta 2027.

La reforma de las pensiones de 2013 trazó un marco en el que, de forma progresiva, se llegase a una edad ordinaria de jubilación de 67 años. Una vez entrados en 2027, entraría en vigor ese mecanismo de equidad intergeneracional y, se aplicarían, con unas reglas de juego nuevas, o bien ese recorte en las pensiones del que habla Escrivá o un mayor retraso en la edad de jubilación. Ya por aquel entonces se estarán introduciendo, de forma paulatina, los cambios en la jubilación anticipada y los mayores incentivos a la jubilación demorada, así como los cambios en las jubilaciones forzosas, todos ellos ingredientes añadidos a la receta de retraso en la edad y reducción de gasto de las pensiones comprometida en la hoja de ruta con Bruselas.

Todas estas reformas afectarán a los baby boomers, que serán los protagonistas de las dos próximas décadas en materias de pensiones: sus miembros se jubilarán hasta pasado 2040. Cruzado ese momento, los desafíos del sistema de pensiones probablemente ya sean otros.