La jubilación en España carece de seguridad financiera

Nuestro país retrocede en el Índice Global de Jubilación que elabora Natixis y nos sitúa como uno de los sistemas de pensiones con menor bienestar de los países desarrollados

España cae una posición hasta el puesto 32 con respecto al año pasado entre las principales economías que componen el Índice Global de Jubilación (GRI, por sus siglas en inglés) 2020 publicado por Natixis. La octava edición de este ranking ofrece una instantánea del bienestar y la seguridad financiera de los jubilados en 44 países. Si en los últimos años el frágil equilibrio de las presiones sociales, demográficas, económicas y de salud pública han hecho mella entre los retirados y pensionistas, la pandemia del coronavirus ha inclinado la balanza aún más en su contra.

El GRI de Natixis examina 18 factores que influyen en el bienestar de los jubilados en cuatro categorías que incluyen la situación financiera, el bienestar material, la salud y la calidad de vida. Este índice calcula el desempeño relativo de cada país en cada uno de estos criterios, lo que da como resultado una puntuación compuesta que proporciona una herramienta comparativa para evaluar la seguridad de la jubilación a nivel mundial.

En el caso particular de España, nuestro país vuelve a contar en la última edición con la misma puntuación de 2018 (un 60%). Pero, si hace dos años ostentaba el trigésimo puesto del indicador, ahora se sitúa en el 32. Entre los factores que lastran a los jubilados españoles con respecto a los de otros países se incluyen un empeoramiento de su situación financiera y bienestar material, que caen con respecto al año pasado. Solo mejoran las otras dos categorías restantes, salud y calidad de vida.

Entre los grandes países de Europa, España solo adelanta a Grecia, que se sitúa en el puesto 41. Italia (30) y Francia (25) empeoran ligeramente mientras Portugal (26) sube cinco puestos desde 2018. Irlanda (4) mejora su desempeño de manera constante, especialmente gracias al indicador de gasto sanitario y el incremento en la esperanza de vida. Alemania sube del puesto 13 el año pasado al décimo este año debido a una mejora en la calidad de vida, salud y finanzas.

“Equilibrar las necesidades de los jubilados actuales y futuros con otras demandas de políticas públicas ha sido durante mucho tiempo uno de los problemas más intratables para los países de todo el mundo y la pandemia mundial y sus consecuencias económicas solo han agravado el desafío”, reconoce en un comunicado, Jean Raby, consejero delegado de Natixis.

Los tres países del mundo que lideran el GRI de este año no han cambiado desde 2019, con Islandia en primer lugar, Suiza en el segundo y Noruega en el tercero. De hecho, la estabilidad en la cima es la norma: nueve de los diez primeros países de este año han estado entre los diez primeros en los dos últimos años.

Cinco amenazas para la jubilación

Natixis identifica cinco problemas específicos que la firma cree que presentan las mayores amenazas para la seguridad de la jubilación en el futuro.

Los impactos a largo plazo de la recesión en el ahorro: las medidas resultantes de la pandemia que se tomen para cubrir la escasez de ingresos pueden reducir los ahorros necesarios para la seguridad de la jubilación futura. La caída de las tasas de interés pone en desventaja a los jubilados: las tasas más bajas pueden requerir que tanto las personas como las instituciones tengan que ser más creativas sobre cómo prepararse para satisfacer las necesidades y compromisos de jubilación a largo plazo. El estímulo fiscal aumenta la deuda pública: para controlar el gasto en el futuro, los gobiernos podrían verse obligados a aumentar los impuestos, incluso a los jubilados, y reducir los fondos para los programas de atención médica para jubilados y las pensiones públicas. Desastres relacionados con el clima que amenazan a los jubilados: La contaminación del aire también está empeorando, lo que plantea mayores riesgos de seguridad y salud para los jubilados vulnerables, incluidas las enfermedades pulmonares y cardíacas crónicas. La desigualdad empeora los resultados económicos: estas brechas afectan tanto a los salarios como al acceso a planes de jubilación.