La economía sénior generará en 2025 uno de cada tres puestos de trabajo

En las últimas tres décadas se ha duplicado el número de personas mayores de 65 años en nuestro país. Se espera que para 2050 convivan en España con casi 13 millones de ciudadanos de la tercera edad, y que haya 4 millones de octogenarios, lo que supondrá el 9% de la población total.

Desde hace tiempo, una de los mayores cambios es el envejecimiento de la población en todo el mundo. Por envejecimiento de la población se entiende el aumento del peso relativo de personas mayores de 65 años frente al resto de la población del país. Y es en las sociedades desarrolladas, especialmente en Europa, Japón y Australia donde más se deja sentir ese efecto. Las dos principales causas son el aumento de la esperanza de vida y la caída de la natalidad.

En la Unión Europea, de acuerdo con las previsiones de la Comisión sobre la evolución de la población, se viene apreciando un aumento en los grupos de edad más avanzada. Esta evolución provocará que este grupo de ciudadanos que representaba un 10% en 1950 para el 2050 llegue prácticamente hasta el 33% de la población, es decir, avanzamos hacia una pirámide de población invertida en la que la presencia de lo tercera edad será representativa.

Si la situación en Europa es preocupante, aún más lo es en España. La población mayor de 65 años se sitúa en nuestro país alrededor del 17% de la total, más de 7 millones de personas, de las cuales un 25% es octogenaria. De acuerdo con las previsiones del Instituto Nacional de Estadística (INE), en menos de 30 años se ha duplicado el número de personas mayores de 65 años y en el año 2050 estarán por encima del 30% de la población con casi 13 millones, siendo los octogenarios, unos 4 millones de personas, es decir un 9% de la población total.

El aumento del peso de personas con más de 65 años plantea el nacimiento de la denominada silver economy. La misma puede definirse como el conjunto de cambios económicos y sociales relacionados con las necesidades específicas de este grupo de población. La Comisión Europea en un informe al respecto nos da algunas cifras del enorme negocio que surge, así la silver economy europea sería la tercera economía del mundo detrás de Estados Unidos y China y su contribución al PIB en el 2025 será de 6,4 billones de euros, un 32% del PIB de la Unión Europea. Un efecto que se dejará sentir en el mercado laboral, puesto que para 2025 se prevé que un tercio de los trabajadores europeos lo hagan en la silvereconomy, lo que supone que 88 millones de puestos de trabajo -el 38% de los empleos- procederán de la actividad generada por este sector.

Ahora bien esta tendencia también tiene consecuencias que preocupan a las autoridades, pues muchos países estarán sometidos a presiones fiscales, sociales y políticas debido a las necesidades de asistencia sanitaria, pensiones y protecciones sociales de este grupo de población en aumento; algo que en nuestro país se acentúa aún más. ¿Cómo se financiará el gasto en pensiones, sanidad y dependencia con una pirámide de población invertida?

Las pensiones en España lejos de lo que piensan muchos no son escasas ni rácanas. Son bajas, pero es consecuencia de salarios bajos. La tasa de sustitución, diferencia entre el salario en activo y el importe de la pensión, es el 75%, de las más generosas que existen.

De acuerdo con la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa) los pensionistas que se jubilen perderían una media de 350 euros mensuales de poder adquisitivo a lo largo de su retiro. Cuantificada esa pérdida, un trabajador que se jubilase a los 67 años necesitaría haber ahorrado 63.400 euros de media para poder mantener su poder adquisitivo. Además, esa cifra es matizable pues las mujeres, con mayor esperanza de vida y menores pensiones, deben hacer un esfuerzo mayor al necesitar 71.318 euros frente a los 55.427 de los hombres.

La necesidad de constituir este colchón financiero para abordar la jubilación sin erosionar el nivel de vida, choca con la composición patrimonial de las familias. De acuerdo con el INE, el 85% de la riqueza financiera de las familias está en el sector inmobiliario. Entre los mayores de 65 años, unos nueve millones, tienen más de 600.000 millones de euros invertidos en su propia vivienda, tan solo el 15 por ciento de su patrimonio está depositado en activos financieros o de seguros. Precisamente esta concentración en la vivienda habitual hace que muchos de nuestros jubilados lleguen a fin de mes con dificultades económicas.

En nuestro país existe un gran abanico de productos de cara a la jubilación: Plan de Previsión Asegurado, Seguro Individual de Ahorro a Largo Plazo (SIALP-CIALP), Plan Individual de Ahorro Sistemático (PIAS), seguro de capital garantizado o con participación en beneficios, unit linked donde el tomador asume el riesgo de la inversión, plan de pensiones individual y asociados. Se cuenta, además, con la posibilidad de exención de pago por plusvalías generadas hasta los 240.000 euros para personas de más de 65 años que reinviertan la cantidad generada en rentas vitalicias antes de dos meses de su realización. Estas plusvalías pueden venir de: vehículos de inversión, activos financieros e inmobiliarios.

El 5 de octubre se celebró el día de la Educación Financiera y un tema estrella fue el ahorro para la jubilación. Es necesaria una concienciación del problema existente y también difundir el conocimiento de aspectos como horizonte temporal, liquidez, riesgo y rentabilidad real financiero fiscal, es decir la que tiene presente la fiscalidad y la inflación. Muchos de nuestros políticos niegan el problema cuando lo que deberían hacer es concienciar a la población y aumentar los atractivos fiscales para los productos dirigidos a la previsión social lejos de bajarlos, como actualmente se quiere hacer.

Marketing específico para el colectivo

En este punto, caber recordar que según las proyecciones del CSIC, en 2050 las personas mayores de 65 años representarán el 35% de la población. Y ante estas cifras, es necesario contemplar el marketing y la experiencia de cliente desde una nueva perspectiva. Por lo que la industria debe estar preparada para orientar productos y servicios específicos hacia ese colectivo y hacia el subsegmento de los familiares que cuidan de ellos.

Juan Carlos Alcaide, consultor especialista en marketing de servicios y consejero en la Asociación de Marketing de España, explica que el 31,5% de la economía en 2025 dependerá de atención del marketing para mayores. Y es que España cada vez está más envejecida. El 19,07% tiene más de 65 años. Asimismo, entre las comunidades autónomas más envejecidas destacan Asturias, Castilla y León, Galicia y País Vasco.

Por otro lado, Alcaide ha señalado que la silver economy es fundamentalmente femenina porque las mujeres viven más que los hombres. Además, tienden a dedicarse en mayor medida a los cuidados de los mayores en los hogares.

“La silver es la economía del futuro, según la Unión Europea el 31,5% de la economía va a depender del marketing para personas mayores, es decir 6,4 billones de euros en 2025. Para 2060 habrá un 60% más de mayores, eso significa más cuidados, mejores actividades de ocio para ellos y, por tanto, más puestos de trabajo” destaca también al respecto Juan Carlos Alcaide.

Por ese motivo, el experto señala que todos los sectores son susceptibles de ser reinventados para la silver economy, desde moda, alimentos, viajes, todo debe estar enfocados para los silver. “Hay que hacer un marketing para mayores. No es correcto comercializar viajes mediante una segmentación etaria, pero es eficaz decir precio especial para mayores de 60 años, porque nadie rechaza un descuento. Es un grave error pensar que la digitalización no es para mayores, hay que trabajar el ecommerce para ellos. Debemos erradicar del vocabulario de marketing las palabras viejo o sénior, todo debe ser más sutil”, concluye Alcaide.