Así aleja la burocracia a la
renta mínima y beneficiarios

El papeleo y el repunte del coronavirus, que impide el funcionamiento pleno de la Administración, complican el acceso a la prestación de personas en riesgo de exclusión

Ya han pasado algo más de cuatro meses desde la aplicación de una de las medidas estrella del Gobierno de coalición encabezado por Pedro Sánchez, el Ingreso Mínimo Vital (IMV). En este lapso de tiempo, la falta de concreción en algunos procesos de reconocimiento por parte del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, liderado por José Luis Escrivá, sumado a la excesiva burocracia a la que el ciudadano debe acudir si quiere optar a esta ayuda, hacen que el acceso a ella sea una auténtica odisea. El IMV debía ayudar a todas aquellas personas en una situación de urgencia económica, pero aún hay personas que llevan desde el primer día en estudio y siguen esperando una respuesta del INSS.

Debido a esta problemática, desde elEconomista, hemos intentado conocer el proceso desde dentro y a través de todas sus vías, para poder comprender de primera mano cuán difícil es tramitar el IMV.

La cantidad de procesos a seguir para realizar un trámite que debía ser lo más sencillo posible, salta a la vista dentro de los portales web del INSS. En tres páginas distintas, todas ellas de la Seguridad Social y puestas en marcha para dar soporte sobre cómo solicitar el IMV, se repite la información, cuando lo más sencillo sería habilitar un único portal con todos los requisitos necesarios para poder acceder a la prestación.

Por otro lado, el servicio telefónico habilitado para obtener los datos necesarios para poder presentar la solicitud del IMV, es una extensión más de las páginas web del INSS, siempre y cuando no estén las líneas colapsadas, ya que en ese caso la situación puede prolongarse durante horas. Esto es lo más frecuente cuando uno llama, uno espera a que haya algún operador libre que lo pueda atender mientras recibe información sobre el proceso, a los tres minutos piden que ante la avalancha de llamadas que hay en ese momento lo intente otro día, es decir, es tal el colapso que sufre que, al poco tiempo ya informan de que en un periodo cercano no podrán atender la llamada.

En caso de querer acercarnos a alguna oficina de INSS muchas de ellas se encuentran aún cerradas debido a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, lo que deja a aquellos sin teléfono móvil o acceso a internet sin posibilidad de pedir esta prestación hasta que esta situación termine, algo que a día de hoy está muy lejos de suceder, fuentes de la Seguridad Social confirmaron a elEconomista que desconocen la fecha de reapertura de las distintas oficinas del INSS.

Una vez hayamos comprendido que documentación necesitamos presentar para acceder a la ayuda, dependiendo de la situación en la que viva cada uno será necesaria una documentación u otra: volvemos a toparnos con la burocracia para poder conseguir todo lo necesario para poder presentar el caso al INSS. La copia del registro en el padrón municipal, la del registro civil en el caso de matrimonio, o el libro de familia para aquellos casos en los que haya menores a cargo; son algunos de los escritos necesarios aparte del documento de solicitud del IMV, que es obligatorio para todos los casos, y que tienen un tiempo de espera de entre cinco y15 días laborables hasta que la administración pertinente haga entrega de esos datos.

Una vez hayamos presentado toda la documentación nos encontramos con el mayor problema actualmente con respecto al IMV, el estudio de los casos y la posterior cita previa. Hay una minoría que ya ha podido acceder a la prestación, en el caso de Galicia, por ejemplo, tan solo el 10% de los habitantes de la comunidad con derecho a la renta mínima están percibiendo la ayuda actualmente. La seña y señal de este Ejecutivo contra el Covid-19 (ERTE e IMV) se ha visto contagiada por la pandemia debido a los problemas en los cobros de ambas prestaciones.

En cuanto al estudio de cada caso, todavía hay gente que está a la espera de una respuesta del INSS para obtener una cita previa desde que entrase en vigor la prestación a mediados de junio, las respuestas de la administración entran con cuentagotas, y todo para acceder a una cita previa que se encuentra parada debido a los cierres de las oficinas de la Seguridad Social, según fuentes de la propia administración, que tampoco sabe cuándo se empezará a recuperar la normalidad.

La peor parte de todo este laberinto burocrático se la llevan las familias y personas que, ya fuese a raíz de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus o se encontrasen en una situación económica frágil previa al comienzo de la pandemia, contaban con una ayuda desde junio que todavía esperan más de cuatro meses después. Este último més, el ministerio de Seguridad Social, que dirige Escrivá, amplió el plazo hasta el 31 de diciembre para pedir la prestación u obtener una respuesta del INSS y poder cobrar la ayuda pendiente desde el 1 de junio. Esta noticia no es algo que tranquilice, no obstnate, a las personas que dependen de ese dinero desde hace tanto tiempo y esperan aún recibir la prestación.