Desplome de la rentabilidad en planes de ahorro

Las cifras de inicio de año no deberían preocupar ya que, a largo plazo, los índices de rentabilidad han sido positivos en los últimos 10 y 15 años

El miedo en el ahorrador, provocado por la crisis y los fantasmas del 2008 con la caída de las bolsas, ha ocasionado que los planes de pensiones privados hayan visto reducido su patrimonio hasta un 8,8% durante el primer trimestre de este ciclo económico, situándose en los 106.231 millones de euros, lo que supone una pérdida de 10.187 millones con respecto al cierre de 2019, según datos de Inverco.

El modelo relacionado con los planes de pensiones individuales, de empleo y asociado registraron prestaciones netas de 100,2 millones de euros entre enero y marzo, un 66% menos que el primer trimestre del año anterior.

Durante este primer trimestre el volumen de las aportaciones brutas ascendió a los 1.058,8 millones de euros, lo que supone un 20% más que en el mismo trimestre del año pasado; mientras que las prestaciones brutas cayeron en un 2%, llegando a los 1.159,1 millones.

Según las estimaciones de Inverco, de los 9,5 millones de cuentas de partícipes a finales de marzo, unos 8 millones de personas contaban con estos vehículos de ahorro, suponiendo que algunos partícipes hayan adquirido más de un plan.

En función de los sistemas financieros de ahorro establecidos, los modelos individuales contaban con cerca de 7,5 millones de partícipes y un patrimonio de 72.335 millones de euros, lo que supone una caída interanual del 3,6%. Por su parte, los planes de empleo tenían 1,97 millones de cuentas y un volumen de 33.130 millones de euros, un 4,7% menos al cierre del primer trimestre del año 2020. El sistema asociado, con cerca de 55.600 cuentas contaba con un patrimonio registrado de 767 millones de euros, lo que traducido a porcentajes supone una caída del 11% de su volumen respecto a marzo del pasado año 2019.

Crece en peso la tesorería

La ponderación de los activos de renta variable en cartera de los fondos de pensiones ha sufrido una caída de 4,2 puntos porcentuales, debido a las correcciones de los mercados, en especial la renta variable internacional. Mientras, la tesorería sale reforzada con un aumento de 7,1 puntos porcentuales de media, a cierre de marzo, frente al 5,7% que presentaban los planes de pensiones a finales del año pasado.

Fuerte erosión de la rentabilidad

Nos encontramos en un contexto de alta volatibilidad debido a la pandemia, los planes de pensiones del país ofrecieron unas rentabilidades muy negativas durante el primer trimestre de 2020, con un desplome del 5,4%

Por categorías, la rentabilidad media anual ofrecida en los tres primeros meses ha sido especialmente negativa en los vehículos de renta variable (-14,1%), los de renta variable mixta (-8,84%) y los de renta fija mixta (-5,06%). Los planes de pensiones registran rentabilidades medias, netas de gastos y comisiones, negativas tanto en el plazo de tres años, -1,48%, como en el de los últimos cinco años, cuando han perdido un 0,83%.

Sin embargo, no hay que dejar de ser positivos, si ponemos la vista en el horizonte, ya que los planes de pensiones siguen registrando una rentabilidad positiva del 2,09% anual en los últimos 10 y 15 años.

Evitar sustos durante la crisis

Como ya informaba la anterior edición de la revista elEconomista Pensiones, la inestabilidad que trae consigo el Covid-19 provoca que, desde las grandes empresas de inversión, se recomiende al ahorrador nuevas formas de aportar dinero generando rendimientos para la jubilación.

Cabe recordar en este punto que la inversión en gestión pasiva hace que los ahorros destinados a estos planes de pensiones estén vinculados a un cierto tipo de producto o mercado sin necesidad de variar nuestra estrategia de inversión a largo plazo -como ocurre con la gestión activa de fondos-, lo que se conoce como tener un plan indexado. La clave en este tipo de productos es elegir bien esa indexación y diversificarla entre diferentes índices bursátiles o sectores productivos. La diversificación de activos a escala global hace que nuestro patrimonio se encuentre en distintos lugares y sectores económicos generando rentabilidad; esto se traduce en menores riesgos para los ahorradores en sus planes de pensiones.

La importancia de no dejarse guiar por las emociones, en lo que respecta al capital, es muy importante y es algo a recordar en estos tiempos, en los que los fantasmas del 2008 golpean con fuerza los mercados.