Sánchez retrasa el ‘hachazo’ a las rentas altas por el Covid-19

La aparición del coronavirus cambia los planes del presidente del Gobierno de subir las cotizaciones a los asalariados con más ingresos

El Gobierno de Pedro Sánchez no aumentará la cotización a la Seguridad Social de las rentas más elevadas, por el momento. Finalmente, el decreto en el que trabajaba el Ejecutivo para incrementar la cuota de aportación de aquellos trabajadores con salarios superiores a los 48.800 euros anuales descansará en los cajones del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, al menos hasta que pasen los momentos más duros de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y que amenaza con descarrilar la economía del país si la situación de excepcionalidad se prolonga.

En principio, tal y como habían confirmado a elEconomista fuentes de Moncloa, el texto estaba previsto que viese la luz este mismo martes en el Consejo de Ministros como una de las medidas clave para incrementar los ingresos de la Seguridad Social, que recogía el incremento de la base máxima de cotización cercano al 2%, después de que el propio ministro José Luis Escrivá descartase en una entrevista que la subida se fuese casi al 3% argumentando que la misma se produciría en línea con el incremento salarial experimentado por la rentas de ese tramo en el último ejercicio. Además, también se establecía en dicho decreto un aumento de la base mínima de cotización para los autónomos en línea con la evolución de la inflación -que ya había sido acordada con la anterior ministra de Trabajo Magdalena Valerio-, situada en el entorno del 1,3% para este año.

Ambas medidas, vienen a completar la reordenación de las bases de cotización llevada a cabo por el Ejecutivo para este año, tras el incremento de la base mínima de los asalariados en un 5% este mismo ejercicio desde la entrada en vigor del nuevo salario mínimo interprofesional (SMI) de 950 euros. Y sin embargo, el acicate de ingresos para el organismo encargado de pagar las pensiones en nuestro país parece que deberá esperar a que pase el temporal económico desatado por el coronavirus.

“No es el momento”, aseguran las fuentes consultadas por elEconomista, que confirman la carencia de sentido en estos momentos de un decreto que de ver la luz supondría un aumento de la retención de la nómina de más de un millón de trabajadores. Más aún, cuando lejos de esta medida, el Gobierno se encuentra estudiando vías para facilitar la bonificación de las cuotas de los autónomos que tengan que cesar su actividad por causas vinculadas a la crisis sanitaria y el cobro del 100% del desempleo para los trabajadores afectados que pierdan su empleo.

En este sentido, parece lógico que el Gobierno haya decidido posponer este incremento de la base máxi- ma de cotización que ahora está por ver cuando se retoma. Un incremento que se sumaría al ya reali- zado a finales de 2018 -del 7%- y que supondría que desde la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa en mayo de 2018 este gravamen para las rentas más altas se habrá incrementado un 11,5% en solo dos años pasando de una máximo a partir del cual los rendimientos del trabajo están exentos de tributar de 3.751,2 euros mensuales en 2018 al entorno de los 4.184 euros una vez se apruebe la medida.

Sigue subiendo la cotización

Más allá, a pesar de estas cifras, que de confirmar- se la subida supondría un hachazo para las rentas de este tramo, debería ser aprobado por Real Decre- to en el Consejo de Ministros, y a expensas de que se vislumbre una salida a la actual situación de emer- gencia, según fuentes conocedoras del curso de dicha propuesta aseguran a este diario que este incremento, eventualmente, también se podría espe- rar a su puesta en marcha hasta la aprobación de unos Presupuestos Generales.

Cabe recordar en este punto que la reforma magna de la ley de Seguridad Social, que el ministro Escrivá espera tener encima de la mesa para finales de este año una vez que las recomendaciones del Pacto de Toledo sean elevadas al Gabinete ministerial y llevará entonces a cabo una negociación y conver- sación con los actores sociales, por lo que una medi- da de este calado podría recaer en una lectura más sosegada de cara a la aprobación de las Cuentas.

No se trata de una novedad ya que el incremento de las aportaciones a la Seguridad Social de los tra- bajadores con las nóminas más elevadas forma parte de las manifiestas intenciones del Ejecutivo de coalición de PSOE y Unidas Podemos como una de las vías para incrementar los ingresos de la Segu- ridad Social, organismo encargado de pagar las pen- siones en España. En este sentido, teniendo en cuen- ta que una de las intenciones del Gobierno es cerrar el déficit del sistema, enquistado en los 18.000 millo- nes de euros anuales, en la presente legislatura el reflote de la Tesorería es una de las prioridades.

Para esta tarea de revertir la delicada situación finan- ciera de la Seguridad Social, el Gobierno de Pedro Sánchez también ha acometido en los últimos dos años un incremento de las bases mínimas de cotización mediante la subida del sala- rio mínimo interprofesional (SMI) un 29% hasta situar- lo este mismo año en los 950 euros mensuales. Ambos incrementos, de máximos y mínimos, así como la anunciada intención de llevar a cabo actua- ciones en este sentido para el colectivo de los tra- bajadores por cuenta propia, como informó elEco- nomista, la subida de la base mínima para los autó- nomos se situará en el entorno del 1,3%- suponen no en vano una subida de los costes laborales para los empresarios que también verán aumentar su cuota a la Seguridad Social.

Además, habida cuenta de la trayectoria que ya jalo- na la actividad del Ejecutivo en términos de revalo- rización de las pensiones, con subidas del 1,7% en 2018, 1,6% en 2019 y 0,9% en 2020, que anticipan incrementos exponenciales del gasto en esta parti- da para las próximas décadas, a lo que se sumará la presión demográfica por la jubilación del baby boom en nuestro país y la menor participación en el mercado de trabajo.