Los mercados se derrumban,
¿qué hago con mis inversiones?

Quién nos iba a decir, cuando nos llegaron las primeras noticias procedentes de China sobre el coronavirus, que hoy nos íbamos a encontrar en estado de alarma nacional. 47 millones de personas aisladas, encerradas en sus domicilios salvo para ir a trabajar (quienes no pueden hacerlo desde casa o aquellos cuya actividad es vital para el sostenimiento de la sociedad en la situación actual), a comprar al supermercado o a la farmacia. De hecho, si nos lo hubieran dicho, no nos lo habríamos creído.

Sin embargo, hoy nos enfrentamos a unas circunstancias inéditas y realmente increíbles que han paralizado toda actividad en nuestro país y en todo el mundo. Y las bolsas han acusado el golpe como nunca antes lo habían hecho. El pasado 12 de marzo el IBEX 35 cerró la sesión con la mayor caída de su historia, de un 14,06%, y el Dow Jones de Wall Street registró las mayores pérdidas desde el año 1987.

Ante semejante situación, no resulta fácil mantenerse impasible. Lo más sencillo es entrar en pánico y, si tenemos acciones o algún tipo de inversión en fondos, lo primero que puede venirnos a la cabeza es: “Lo vendo todo ahora mismo antes de perder más dinero”. Sin embargo, siempre se ha dicho que no es bueno tomar decisiones en caliente, y en este caso tampoco. De hecho, lo que debemos hacer es mantener la mente fría y no dejar que las noticias que no llegan nos nublen la vista; dejar al margen el factor emocional que nos habla de tragedia y mirar al frente, hacia el largo plazo, sin movernos de donde estamos.

Decía el empresario e inversor estadounidense Peter Lynch que los inversores han perdido mucho más dinero por tratar de evitar las crisis que por las crisis en sí mismas. Estas son recurrentes, el fluir de la economía y de los mercados lleva implícito fases de subida y fases de caída, y aunque ahora estamos teniendo niveles de caídas históricos, esta crisis también pasará. Y luego vendrá otra que también será histórica (como en el 29, en los años 70, en el 87, en 2000, en 2008...). Por eso, como inversores tenemos que aprender a convivir con las caídas y no podemos estar pendientes de cada circunstancia en el corto plazo, sino poner el foco en el largo plazo para evitar cometer errores.

Por ejemplo, si atendemos al índice de referencia S&P500, comprobamos que desde 2009 se han registrado 26 caídas importantes, superiores al 5%; de ellas, ocho por encima del 10%, y una, la de septiembre a diciembre de 2018, incluso del 20%. Sin embargo, a pesar de ello la década 2009-2019 ha sido una de las mejores del S&P500 que se recuerdan desde el punto de vista de rentabilidad.

Por tanto, estas crisis no deben ser un motivo para cambiar una cartera de inversión; el único motivo sería que cambiaran nuestras circunstancias personales y necesitáramos desinvertir para disponer de esa liquidez. En caso contrario, ojos cerrados, mente fría y objetivo a largo plazo.

Ahora que esto ha quedado lo suficientemente claro, desde Fintup queremos ofrecer una serie de recomendaciones para todos aquellos pequeños y medianos inversores que tienen un porcentaje importante de su cartera invertido en renta variable. Y la primera de ellas es que si su inversión es a largo plazo y su cartera está bien diversificada no deben preocuparse demasiado. Como decíamos, lo importante es mantener el rumbo y no tomar decisiones precipitadas en el peor momento.

En segundo lugar, en estos momentos, cuando todo el mundo está asustado y hay grandes rebajas en los mercados, es cuando más interesante se pone la inversión a largo plazo. Por tanto, si tienes activadas las aportaciones periódicas a tu plan de inversión sigue con esa dinámica, pues no sólo estás amortiguando las posibles caídas futuras, sino que si estas se alargan en el tiempo te vas a beneficiar de estar comprando a precios más bajos que antes.

De hecho, si actualmente no estás llevando una rutina de aportaciones mensuales sería un buen momento para comenzar, siempre pensando en un importe que no vayas a necesitar en los próximos años y no complique el día a día de tu economía doméstica.

En el caso de aquellos inversores que, más allá de las aportaciones automatizadas, tengan un extra de liquidez, están en el mejor momento para aumentar su inversión. Cuando hay pánico en las bolsas es cuando se presentan las mejores oportunidades y el mercado nos ofrece grandes descuentos. Eso sí, tienen que asumir desde el primer momento que su inversión en renta variable podría caer un 50% este año. Sólo si te ves capaz de soportarlo (y no vas a necesitar ese dinero en los próximos años) deberías tomar la decisión.

Si la cantidad que te propones invertir es importante para ti, nuestra recomendación sería dividirla en tres partes y aportar una ahora, otra antes del verano y otra a finales de año. Si la cantidad es pequeña puedes invertirla hoy mismo, pues es imposible saber cuál será el mejor momento.

Por último, debes tener en cuenta que las caídas pueden ser mayores y se pueden prolongar en el tiempo (por ejemplo, en el año 2000 los mercados cayeron durante tres años seguidos). Si este contexto te pone muy nervioso, tu asesor financiero debería revisar tu perfil de riesgo y ajustarlo a la baja para que te sientas mejor y no te dejes llevar por las emociones negativas, tomando decisiones equivocadas.