La pandemia recorta en un 2% de PIB el gasto en pensiones

La nómina de prestaciones contributivas y no contributivas sufre el primer retroceso de la historia de casi 27.000 millones de euros en solo 30 días

La pandemia del Covid-19 ha dejado numerosos desequilibrios en las cuentas presupuestarias de los países más afectados por la crisis sanitaria, que se han visto obligados a frenar su actividad económica de manera más brusca y durante un mayor periodo de tiempo. Y además se han visto obligados a extender un mayor volumen de ayudas para sus empresas y trabajadores para sostener el mercado de trabajo. Pero el principal impacto de la pandemia es humano, con más de 40.000 vidas perdidas en nuestro país, la inmensa mayoría parte de nuestros jubilados y pensionistas que son el colectivo de edad con mayor riesgo. Ello ha impactado en las cifras que arroja la Seguridad Social sobre el pago de pensiones, que refleja el macabro paso de la crisis sanitaria. Hoy, en nuestro país hay 48.716 pensionistas menos que en el último día del mes de febrero.

Inexorablemente esta pérdida de vidas humanas en este tramo de edad supone un desajuste en los gastos que afronta el Estado, principalmente en lo relativo a la partida de pensiones. Una partida que registró en mayo su primer retroceso en la serie histórica: nunca antes se habrá reducido el gasto en pensiones de un mes para otro. Y según los datos publicados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones esta es precisamente la fotografía que arroja la nómina de pensiones que en mayo experimentó un retroceso en el gasto de 26.360 millones de euros, lo que equivale a más de 2 puntos porcentuales del PIB de nuestro país.

En función de los diferentes tipos de pensión la mayores caídas de gasto se observan en la nómina de los jubilados, que en mayo fue un 0,2% inferior a la del mes de abril, es decir, de 15.088 millones de euros. Le sigue el colectivos de los beneficiarios de una prestación por viudedad cuya partida se ha reducido en 7.200 millones de euros, lo que supone un retroceso del 0,4% en comparación con las cifras de hace un mes. Le sigue la partida destinada a las prestaciones por incapacidad permanente que ha sufrido un retroceso de 3.628 millones de euros en el último mes, es decir, un 0,4%. Y en menor medida se aprecia una afectación al gasto destinado a las pensiones de orfandad (422 millones de euros menos y un 0,3% inferior) y en las de favor familiar (43 millones de euros menos y un 0,1% inferior). En términos proporcionales, la caída del gasto se concentra sobre todo por los menores desembolsos realizados en jubilaciones y viudedad.

Unas cifras que reflejan el horror de la pandemia y que suscriben los datos de pensiones y pensionistas registradas en el circuito de la Seguridad Social. En este sentido, entre los meses de febrero y mayo en España ha pasado de haber 8.904.789 pensionistas a que se registren 8.856.073, lo que supone la pérdida de casi 50.000 de nuestros pensionistas en estos tres meses, un 0,5% menos.

Cierre de oficinas del INSS

Desde el Gobierno se ha puesto el foco en este hecho, que no ha pasado desapercibido, y se ha advertido que uno de los problemas está siendo tanto la solicitud como la aprobación y concesión de las prestaciones debido al cierre de numerosas oficinas del INSS que en muchos casos continúan estando cerradas aún en los últimos días de la desescalada. Se trataría de este modo, en parte, de un decalaje en la gestión administrativa de las pensiones, tanto por parte de los nuevos jubilados que han pospuesto la solicitud de la paga ante la situación de confinamiento y por otro lado como consecuencia de la reducción de personal del INSS por la misma causa.

“A raíz del decreto del estado de alerta, las oficinas de la Seguridad Social dejaron de prestar atención presencial. Los ciudadanos deben presentar las solicitudes de prestaciones y realizar el resto de trámites con el organismo exclusivamente por vía telemática o telefónica. Esto ha motivado que una parte de los ciudadanos opten por retrasar las gestiones con el organismo. No obstante, la Seguridad Social ha habilitado en su página web un formulario para que quienes no disponen de certificado digital puedan realizar estos trámites”, aseguraba el Gobierno.

En este sentido, según los datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social, el número de altas de pensión registradas en abril (31.232 pensiones) de este año descendió en un 32,2% respecto al mismo mes del año pasado (46.051) y un 13,9% si se compara con el mes anterior (36.274). En esta estadísticas se observa, acentuándose la tendencia del mes anterior, un descenso en el número de pensiones y de pensionistas. En parte, esto se debe al menor número de altas en el Sistema debido al cierre de oficinas y a la situación de confinamiento.

En lo que va de año, se ha registrado una reducción del 33,8% en el número de expedientes iniciados en comparación con el mismo periodo del año pasado (según los datos facilitados por el Instituto Nacional de la Seguridad Social). Por ejemplo, en marzo y abril se han iniciado 32.512 expedientes por jubilación, frente a los 49.798 de un año antes.

Pero también hay que tener en cuenta cómo ha influido la pandemia de Covid-19 en términos de mortandad sobre el conjunto de la población y, en mayor medida, sobre el colectivo de las personas de mayor edad. Si se considera el acumulado anual desde enero hasta el inicio de mayo de 2020 han causado alta 157.896 nuevas pensiones (lo que supone un descenso del 22,1% respecto al mismo periodo del año anterior), y han causado baja 205.638 pensiones (un 17,5% más que el año anterior).

Desborde del déficit

Más allá, el golpe para la Seguridad Social asestado por la crisis sanitaria del coronavirus muestras unas dimensiones desproporcionadas con el paso de las semanas. Tanto es así que el déficit presupuestario del organismo encargado de pagar las pensiones en nuestro país triplicará este año el registrado en el pasado ejercicio, pasando de los 17.500 millones de euros de 2019 hasta los 60.000 millones de desfase previsto para este año en el mejor de los escenarios, según las estimaciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) arrojadas en la evaluación del nuevo Plan de Estabilidad Presupuestaria 2020 publicado por el Gobierno recientemente y en el que se plasma el impacto de la pandemia.

Ello implicaría que el déficit del sistema de pensiones rondará a cierre de este año el 5% del PIB, contra el 1,4% acumulado el pasado 2019. Sin embargo, la situación se podría agravar en un escenario en el que una evolución más adversa de la epidemia provoque un recrudecimiento de las medidas de distanciamiento social en la segunda mitad del año y una menor capacidad de recuperación de la economía por mayores daños en la capacidad productiva. Aquí, el déficit de la Seguridad Social aumentaría por una mayor contribución negativa del desempeño del mercado laboral llevando el desequilibrio al 6,1% del PIB, unos 73.200 millones de euros, lo que supondría cuadriplicar el déficit del pasado año.

Este cuadro presupuestario teñido de rojo está marcado por dos factores que componen la losa de gastos que cargará el Sistema este año como causa de su aportación a la red de ayudas previstas por el Gobierno para mitigar el impacto económico de la crisis sanitaria. En primer lugar está la partida de gasto estrella del Sistema, el de las pensiones, que para este año está previsto en 135.000 millones de euros, es decir, 10,7 puntos del PIB. Una partida que ya de por sí estrangula la capacidad financiera de la Seguridad Social -con un déficit estructura enquistado en torno a los 18.000 millones de euros anuales- y a la que habrá que sumar este año otros 30.000 millones de euros de ayudas y transferencias de renta a empresas y trabajadores autónomos, lo que supone casi 3 puntos del PIB.

En este punto, desde el Instituto de Actuarios Españoles apuntan que el déficit contributivo de la Seguridad Social en 2020 dependerá de cómo afecte la crisis del coronavirus a las cotizaciones, lo que estará en función de la duración de las medidas de confinamiento y de lo rápido que se produzca la recuperación, siendo inevitable un repunte en el déficit en términos absolutos, “que será mayor todavía en términos de PIB, dado que esta variable sí que recogerá en toda su magnitud la caída de actividad”.

“Dado que la cuantía del Fondo de Reserva es testimonial, el recurso a préstamos y a transferencias del Estado para pagar gastos contributivos llegarán a valores récord. Al margen de crisis puntuales como la que se avecina durante 2020 y como ya hemos apuntado también en periodos de crecimiento económico, el sistema necesita corregir el abultado déficit contributivo estructural con medidas de reforma que deberían ser consensuadas al máximo en el Pacto de Toledo”, apuntan desde la institución.

En este punto, una de las cuestiones que saltan a la palestra es el destino que puede correr el Fondo de Reserva de las pensiones ante la actual coyuntura de excepcionalidad presupuestaria causada por la pandemia. En estos momento, en la conocida como hucha de las pensiones cuenta con un escueto remanente de 2.150 millones de euros y ante las necesidades de financiación extra que está reflejando el Sistema podría ser una fuente de financiación.