Inversión sostenible para reforzar la cartera ante el desplome de la Bolsa

La rentabilidad de los instrumentos financieros a largo plazo depende de criterios financieros y extrafinancieros como las comisiones, la asignación estratégica de activos, la diversificación, las estrategias de inversión y el tipo de gestión, activa o pasiva, de los ahorros depositados en el plan

En general, las inversiones tanto de los particulares con fines de corto plazo como para los tenedores de planes de pensiones a largo plazo han encajado un golpe sin precedentes en año que ha hecho menguar el tamaño de sus carteras súbitamente por el efecto de la pandemia y de la crisis sanitaria que va a llevar a la recesión a todas las grandes potencias del viejo occidente económico pero también en Asia, foco de la pandemia. Ahora, son numerosos los estándares que se han puesto en entredicho vistas las necesidades que han aflorado con la crisis sanitaria y el plano de las finanzas también parece afrontar cambios en el fondo y en las formas de funcionamiento cotidiano. Uno de los puntos de impulso que aparece cada vez con más frecuencia en el diseño de las inversiones con componentes de sostenibilidad.

“En España, la inversión sostenible y responsable ha ido de la mano de los planes de pensiones de empleo, que son aquellos que promueve la empresa para sus trabajadores, con casi un 70% de activos gestionados con esos criterios, según datos de la DGS y FP (2018). Los planes de pensiones de empleo son los iniciadores de la inversión socialmente responsable, ISR, desde hace más de diez años, en España y promotores de la tendencia generalizada que se ha impuesto en el mercado a nivel mundial”, explica el director general de Spainsif, -Foro Español de Inversión Sostenible- Francisco Javier Garayoa.

Abundando en la relevancia de los planes de pensiones de empleo para la ISR, “hay que destacar que, como inversores institucionales a largo plazo, han asumido los aspectos financieros que aporta la inversión con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), en cuanto a la medición de variables de riesgos y oportunidades, el binomio rentabilidad-riesgos, compatibilizándolo con los aspectos extra financieros, que es donde se incluyen los impactos sociales, medioambientales y la parte de gobernanza”, explica el experto sobre el fundamento de esta inversión.

Los motivos que han imperado para que las carteras de los planes de pensiones de empleo optaran por la inversión socialmente responsable son, sobre todo, dos: la demanda de los representantes de los partícipes y beneficiarios en las comisiones de control y juntas directivas de las entidades de previsión social complementaria del sistema de empleo -como inversiones a largo plazo, atendiendo al mandato fiduciario de los propietarios de los fondos (los trabajadores), han valorado la ISR como la opción más favorable- por un lado; y las reformas legislativas, que han propiciado el desarrollo de la inversión socialmente responsable en nuestro país.

Recomendaciones de inversión

Tanto si es un inversor particular, plan de pensiones individual, o si es institucional, plan de pensiones de empleo, le recomendaríamos una inversión socialmente responsable, para empezar.

La gestión activa incorpora el ejercicio de la propiedad activa (diálogo con las empresas y voto en juntas de accionistas), algo que la gestión pasiva, por su propia definición, no permite. No obstante, la entidad gestora debería informarte de cómo ejerce estos derechos en tu nombre.

En cuanto a la gestión pasiva o activa, se pueden combinar, no son excluyentes ni podemos decantarnos por una u otra (las gestoras de activos aportan argumentos a favor o en contra, dependiendo de su posicionamiento). Lo importante son las estrategias de inversión, tanto ISR como financieras, y la diversificación (una cartera global). En mercados conocidos quizás añada valor una gestión activa y en mercados no tan conocidos una gestión pasiva, pero el criterio final queda en manos de los operadores del mercado.

Por su parte, la rentabilidad depende de criterios financieros y extrafinancieros. Ambas cuestiones tienen efectos sobre la rentabilidad. En este sentido, dado que la inversión socialmente responsable tiene en cuenta más variables que el modelo financiero tradicional, su efecto sobre el binomio rentabilidad-riesgo parece se enriquece, como así lo confirman la mayoría de los estudios sobre la materia y los comparativos de índices de sostenibilidad versus índices generales (MSCI, Morningstar, ...).

No obstante, hay muchos otros criterios que influyen en la rentabilidad, como las comisiones, la asignación estratégica de activos, la diversificación, las estrategias de inversión y, sobre todo, la capacidad profesional del propio equipo que gestione los ahorros depositados en el plan.