Espadas en alto entre el sector y la AIReF por los incentivos al ahorro

La Autoridad Fiscal detecta 1.650 millones de euros en desgravaciones fiscales para planes de pensiones, que son principalmente contratados por las personas con rentas más elevadas mientras que en los rangos más bajos no se aprecia un beneficio de la desgravación debido a una capacidad limitada

El sector de planes de pensiones privado ha sufrido un revés sin precedentes este mes tras la publicación de la primera entrega del Spending Review que ha llevado a cabo la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) para evaluar la eficacia de las políticas de gasto público que realiza el Gobierno. Ahora concluye que los incentivos fiscales para ahorrar en planes de pensiones individuales son ineficaces en conseguir el objetivo inicial de expandir la base de ahorro financiero en nuestro país. Sino que son las rentas más altas y los salarios más elevados los que realmente se benefician de las ventajas en la declaración de la renta con las reducciones en IRPF gracias al límite de 8.000 euros exentos de cotización.

Pero la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco) ha mostrado sus discrepancias con la AIReF al considerar que las desgravaciones en el IRPF vinculadas a las aportaciones a planes de pensiones no son regresivas como concluye este informe.

La patronal de los fondos defiende que la relación que existe entre las rentas más altas y las mayores reducciones en el IRPF responden a un criterio de progresividad, de forma que se pueden reducir más impuestos cuanto mayor es el tipo marginal.

Además, considera que el tratamiento fiscal en los planes de pensiones es un salario diferido y no una exención de impuestos, ya que, en el momento de la aportación hay una reducción en la base imponible del IRPF pero que, en el momento de la jubilación, se tributa al marginal, no solo por las aportaciones, sino también por los rendimientos.

Inverco también insiste en que uno de cada cuatro titulares de planes de pensiones gana menos de 18.000 euros y que el 72% gana menos de 42.000 euros brutos anuales, siendo solo el 9,2% los que ingresan más de 72.000 euros. En total, más de ocho millones de españoles cuentan con uno de estos planes para complementar su jubilación.

Sin embargo, de los 13 beneficios fiscales estudiados por la AIReF, la reducción por aportaciones a sistemas de previsión social es el único que no cumple con su objetivo, además de ser “el más regresivo de todos”, según la Autoridad de Responsabilidad Fiscal, ya que el 67% del beneficio lo recibe el 10% de los españoles con más renta, que se traduce en un gasto para el Estado de 1.101 millones.

Por su parte, Inverco recuerda que este incentivo fiscal en España se sitúa a la cola de los países de la OCDE y que el importe real del beneficio fiscal por las aportaciones es de solo 450 millones y no los 1.630 millones incorporados al estudio de la AIReF.

La asociación de las instituciones de inversión colectiva aboga por reformular este beneficio fiscal, de forma que potencie los incentivos al segundo pilar -los planes de empleo- y recuperar más deducciones, como la del 10% en el Impuesto de Sociedades por aportaciones a planes de pensiones de sus empleados.

Baja intensidad del ahorro

La Autoridad Fiscal asegura que los incentivos a estos planes de previsión social complementaria no cumplen con el objetivo de generar ahorro a largo plazo para la jubilación con un coste para las arcas públicas de 1.643 millones de euros. “Es necesario reformular estos incentivos”, recalcaba la presidenta de AIReF, Cristina Herrero, durante la presentación de Spending Review 2019/2020 sobre beneficios fiscales. De hecho, reclamó que sea el seno del Pacto de Toledo el que decida qué actuaciones llevar a cabo con el incentivo a estos planes, ya que es parte de las recomendaciones que deberá de realizar para la reforma del sistema de pensiones. Es más, desde AIReF ni siquiera se estima la necesidad de que sean eliminados, pero sí revisados al igual que propone Inverco.

Cabe recordar que este es uno de los puntos sobre los que puso el acento el actual ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, en su presentación oficial en el Pacto de Toledo, donde allá por febrero aseguró que el objetivo de su gabinete era ir desplazando paulatinamente estos beneficios fiscales desde el sistema individual al colectivo de planes de pensiones de empresa. Ahora, este informe bien le puede valer al Ministerio como un soporte para actuar sobre esta cuestión, que no en vano, deberá abordarse en el seno del Pacto de Toledo, que tiene el mandato de elevar las recomendaciones para la reforma del sistema de pensiones.

“El beneficio supone una pérdida de recaudación de 1.643 millones de euros y de los que se benefician 2,5 millones de declarantes, lo que supone un 13% del total”, apunta el informe asegurando que se trata de un beneficio fiscal “regresivo” ya que se concentra en la parte alta de la distribución de renta de la Agencia Tributaria.

Así, el beneficio se concentra en las rentas altas debido a su mayor tenencia de activos financieros y su mayor capacidad de ahorro a largo plazo. El 37% de los beneficiarios está en el último decil de renta y acumulan el 67% del coste recaudatorio, con 1.101 millones de euros. Consecuentemente, el beneficio introduce un elemento de regresividad en el impuesto sobre la renta. Concretamente, genera una caída del tipo efectivo de 0,33 puntos porcentuales para la población general y de 0,68 puntos porcentuales para los contribuyentes en el último decil de renta. De hecho, el beneficio fiscal induce un incremento del índice de Gini del 0,38.

La mayor parte de los beneficiarios y del coste están situados en la franja de edad de 45 a 64 años. En concreto, los contribuyentes en esta franja de edad suponen un 63% del total de beneficiarios. De hecho, hasta un 21% de los contribuyentes entre 45 y 64 años se benefician de la reducción. Además, la mayor parte de los beneficiarios son los trabajadores por cuenta ajena, pero son los trabajadores por cuenta propia los que más se benefician en términos relativos. Los trabajadores por cuenta ajena absorben el 77% del coste total del beneficio que se traduce en 631 euros por beneficiario, mientras que los trabajadores por cuenta propia disfrutan de 762 euros por beneficiario.

Expansión limitada del ahorro

En este sentido, la cifra del saldo en planes de pensiones privados ascendía a principios de 2016 a 106.000 millones de euros, de los que el 70% se corresponden con planes individuales. Por su parte, las aportaciones a planes de pensiones en 2016 con derecho al beneficio fiscal ascendieron a 4.773 millones de euros de los que el 80% se corresponden a aportaciones a planes individuales.