Greta Thunberg y el sistema de pensiones en España

Es necesario que las empresas incidan en la concienciación del trabajador para preparar la jubilación

Es posible que si les pregunto quién es Greta Thunberg alguno de ustedes dude, pero si les digo que es esa niña sueca, ya de 16 años, que con cara de enfado recrimina en importantes cumbres mundiales la responsabilidad e involucración sobre un tema de tal importancia como es el cambio climático, quizá les suene algo más.

Sin querer comparar el cambio climático con la situación de las pensiones en España -seamos conscientes de la magnitud y la implicación de cada uno de ellos- sí considero que ambos aspectos suponen un “problema” -déjenme denominar así a la dudosa sostenibilidad del sistema de pensiones en nuestro país-. Y, si bien tenemos un poder de influencia muy limitado sobre las decisiones a tomar en relación con el sistema público de pensiones, como persona individual o como empresa -independientemente de que organizaciones como Ocopen o el Instituto de Actuarios Españoles entre otras hagan este trabajo-, y sobre los criterios de los países sobre las emisiones o contaminación, sí podemos tomar ciertas decisiones y actuaciones que ayuden a mejorar nuestra situación particular, llegado el momento de la jubilación, al igual que podemos tomar la decisión individual de utilizar menos plástico o utilizar un medio de transporte menos contaminante.

Este es el primer punto sobre el que quería profundizar, en actuar sobre lo que tenemos poder de actuación. Como decía Victor Küppers en una conferencia a la que tuve la suerte de asistir, centrémonos en el “qué puedo hacer yo” y no en el “es que”. O traducido al mundo de la jubilación, olvidémonos del “es que...” el sistema de pensiones debería financiarse con impuestos, o debería ajustarse y hacerse sostenible, o no voy a tener suficiente; y centrémonos en el “qué puedo hacer yo...”. Analizar mi situación actual y futura, y actuar sobre ella.

Hago un paréntesis para comentar que, en una charla que daba hace unas fechas sobre jubilación a los empleados de una compañía, uno de ellos me dijo: “Es que no hay incentivos fiscales que incentiven el ahorro”. Y puede ser cierto, pero no olvidemos que mi objetivo es el ahorro y no el tener una ventaja fiscal. Por lo tanto, ahorremos, y si además tenemos una ventaja fiscal que nos ayuda, podremos ahorrar un importe superior, pero no perdamos de vista nuestro objetivo, el “qué puedo hacer yo”.

El segundo aspecto que quería comentar, y que pudiendo parecer obvio no siempre lo tenemos en cuenta, es “empezar por el principio”. Me refiero a que trabajemos desde las compañías en ayudar a los empleados a tener un plan para su jubilación -ojo, no digo un plan de jubilación o plan de pensiones, sino un plan para la jubilación-. No es otra cosa que incidir en la concienciación y sensibilización para la jubilación, ya que, si no soy consciente de la realidad que me voy a encontrar en un momento determinado, difícilmente puedo llevar a cabo las actuaciones necesarias para afrontarla.

Son cada vez más las compañías que incorporan este objetivo dentro de su responsabilidad social corporativa y, créanme, es algo altamente valorado, ya que a todos nos gustaría que, llegado el momento de la jubilación, pudiéramos decir: a mí esto en mi empresa ya me lo había contado, algo que el Estado no está haciendo ni tiene visos de cambiar en fechas recientes.

Cabe destacar dentro de esta sensibilización y concienciación para la jubilación que, si bien los aspectos financieros son importantes, no debemos dejar a un lado el resto de los pilares fundamentales para una buena planificación: pilar físico -¿cómo es y cómo va a ser mi salud?-, social -¿cómo veo mis relaciones familiares y personales?-, e intelectual -¿cuáles son mis aficiones e inquietudes?-. Será algo personal cuál de los cuatro pilares es más importante para nosotros y a ese dedicaremos más tiempo, pero no debemos olvidar trabajar sobre todos ellos.

Por último, quiero trasladar la importancia de que, cuanto antes abramos los ojos y mostremos la realidad que nos encontraremos, más tiempo tendremos para la planificación, por lo que este ejercicio de educación para la jubilación es importante a todas las edades. Es algo que encontramos con frecuencia en compañías jóvenes, nos trasladan que no tienen un problema porque a sus empleados les queda mucho tiempo para jubilarse. Pues bien, son precisamente esas compañías las que tienen un preciado tesoro, el tiempo, para poder planificar adecuadamente la jubilación. Pregunten a sus empleados si les preocupa la jubilación, también a los jóvenes, y les garantizo que se encontrarán con muchas, por no decir todas las manos levantadas, teniendo en cuenta además que, según un artículo publicado recientemente, el 86% de los millennials no confía en las pensiones públicas para jubilarse.

No nos olvidemos de las prácticas que ya tenemos en nuestras compañías para ayudar en la planificación de la jubilación, herramientas que nos permitan hacerlo adecuadamente y en base a nuestra situación individual, implementar sistemas de ahorro de empresa y personales..., pero sin dejar a un lado el dar a conocer la realidad que nos encontraremos en la jubilación de forma clara, comprensible y útil.

Por lo tanto, no tengamos miedo a abrir los ojos y a dar información y educación a nuestros empleados en materia de jubilación, porque es, y continuará siendo, muy valorado por su parte. Dejemos a Greta que cambien el sistema público de pensiones si es necesario, pero desde nuestro “qué puedo hacer yo”, actuemos en nuestra situación personal.