Valor en precio

En marzo de 2017 a Begoña le expropiaron 4.950 metros cuadrados de alma. Agricultora de raza, se vio privada de media hectárea de terreno, de historia, de tradición familiar, a cambio de lo que la Ley de Expropiación Forzosa de 1954 denomina, no sin cierta ironía, “justiprecio”, a menudo a años luz del “Valor” que para los afectados tienen sus propiedades.

Los mercados financieros están plagados, salvando las distancias, de casuísticas similares, empresas cuya valoración difiere del precio al que cotizan sus acciones. Detectar estos casos puede ser una magnífica fuente de ingresos a largo plazo. Hablamos del estilo de inversión Value, cuyos más mediáticos exponentes a nivel planetario son Warren Buffett y su socio Munger, que dirigen desde hace décadas el conglomerado financiero Berkshire Hathaway.

Este método de inversión analiza rigurosamente los negocios, hasta ahondar en aspectos que a priori pudieran pasar desapercibidos, pero que el gestor intuye que aportarán en el futuro un valor diferencial. Se trataría de la detección de “ineficiencias” positivas para llegar a un “valor intrínseco” que sería el comparable con el precio de mercado. Cuando aquél resultara superior a éste, estaríamos ante una empresa subestimada y por lo tanto susceptible de ser añadida en cartera. Flujos de caja recurrentes, calidad y honestidad de los equipos gestores, potentes barreras de entrada en los sectores en los que ejercen... serían algunas de las características que comparten estas empresas.

A esa diferencia que aporta lo menos obvio se le denomina en el argot “margen de seguridad”, término acuñado por David Dodd y Benjamin Graham, padres del Value Investing, en el libro Security Analisys, publicado en 1934.

Begoña nunca ha oído hablar de Buffett, pero comparte con él la madurez argumental que suele proporcionar el paso del tiempo. Tras una magnífica conversación y antes de despedirnos, me recordó aquella frase de Francisco de Quevedo: “sólo el necio confunde valor y precio” y que el nonagenario inversor moldeó para convertirla en cabecera de la estrategia Value, con la simpleza de la que hacen gala los más grandes: “el precio es lo que pagas, el valor es lo que obtienes”.