Puerta abierta a la innovación y a la excelencia tecnológica
Parece que en las últimas semanas alguien se ha dejado una puerta abierta en Euskadi y por ella se están colando la innovación y la excelencia tecnológica en forma de proyectos, inversiones e iniciativas varias, que impulsarán al ecosistema industrial y empresarial vasco hacia la transición energética, climática y la digitalización.
No, no es una casualidad que al comenzar a leer la revista elEconomista.es País Vasco de marzo los diferentes reportajes hablen de una temática similar o relacionada. Pero tampoco ha sido algo premeditado por parte de esta directora que la realiza. Y no, esta publicación no es un monográfico sobre innovación, tecnología e inversiones para su fomento. Es que Euskadi y sus empresas se preparan para el futuro y tienen claras sus apuestas.
Un gran proyecto como el Automotive Intelligence Center (AIC) acaba de inaugurar su cuarta fase, un edificio de 10.000 metros cuadrados dedicados a la nueva movilidad en áreas como la digitalización, conectividad y electrificación. Y grupos vascos como Gestamp y CAF desarrollan ya ahí sus proyectos.
Compañías como ITP Aero, que ha anunciado inversiones de 34 millones para Euskadi y la mayor parte irá destinada un centro de I+D dedicado a tecnologías digitales y de fabricación avanzada, hacia una aviación más sostenible.
Otro fabricante de automoción como Teknia, con 22 plantas por todo el mundo, planifica abrir un centro tecnológico y de excelencia para el grupo en Bizkaia. O los puertos de Bilbao y Pasaia, que también destinarán unos 250 millones a optimizar su actividad, hacerla más sostenible, electrificando muelles y apostando por la generación renovable.
En esta línea también va el plan de ayudas a Pymes 2023 del Gobierno vasco, un programa de 600 millones para diferentes inversiones y el 70% destinado a I+D+i y transición energética.
Y un proyecto como B Accelerator Tower (BAT), que quiere ser el faro del emprendimiento y la innovación y atraer startups y compañías que impregnen de innovación el tejido empresarial vasco.
No, ciertamente no es casualidad; más bien causalidad y proyecto de futuro.