Oncomatryx avanza con los ensayos de su fármaco contra el cáncer

La biotecnológica vizcaína prueba su medicamento en humanos en siete hospitales españoles y uno estadounidense, mientras las grandes farmacéuticas esperan los primeros datos que demuestren la eficacia y poder adquirir la licencia del innovador producto que ataca al entorno del tumor metastásico.

Tras más de una década de investigación, la biotecnológica vasca Oncomatryx está cada vez más cerca de verificar los primeros resultados de su innovador fármaco contra el cáncer en humanos. Y es vanguardista y novedoso por dos motivos: “porque ataca a algo que hasta ahora nadie atacaba, que es el entorno del tumor metastásico, y porque es un medicamento de última generación”, explica Pedro Esnaola, consejero de Oncomatryx. Este fármaco es un anticuerpo conjugado -formado por un anticuerpo que identifica y se dirige a las células tumorales, una molécula con actividad antitumoral y un conector que las une- que lucha contra los cánceres de páncreas, pulmón y mama, entre otros.

Oncomatryx ha iniciado los ensayos clínicos en siete hospitales españoles y uno estadounidense, en una primera fase que prueba la toxicidad del producto y que durará dos años. La empresa, ubicada en el Parque Tecnológico de Bizkaia, tiene a las grandes farmacéuticas multinacionales pendientes, esperando los primeros datos que demuestren la eficacia del fármaco para hacerse con la licencia.

Invasivos y comunes

En España son diagnosticados anualmente unos 8.700 casos de cáncer de páncreas, 29.000 de pulmón y 7.000 de mama triple negativo, todos ellos, por lo general, invasivos. Precisamente, Oncomatryx está especializada en el desarrollo de fármacos contra este tipo de tumores. “Atacamos a los tumores cuando ya son invasivos, porque vamos a una diana que solamente surge en el entorno del tumor cuando hay metástasis”, comenta Esnaola.

Y esta idea de atacar al entorno la tuvo hace diez años el doctor en biología molecular, Laureano Simón, impulsor de la también biotecnológica vasca Progenika Biopharma, que compró Grifols en 2013. Simón constató que el entorno del tumor hacía de paraguas frente a los tratamientos y, por eso, había que atacar primero al entorno y después aplicar la quimioterapia, por ejemplo. Hoy está demostrado que el entorno es clave para poder atacar a estos tumores invasivos. El fármaco se está ensayando en varios hospitales, uno en Estados Unidos, el Beth Israel Hospital de la Universidad de Harvard, y siete en España: en el Onkologikoa de San Sebastián, en la Clínica Universitaria de Pamplona, en el 12 de octubre y la Clínica Anderson en Madrid, en el Instituto Catalán de Oncología (ICO) y el Vall d’Hebron en Cataluña, y en el Virgen de la Victoria de Málaga.

Estas pruebas clínicas, que se prolongarán dos años y en las que participarán unos 150 hombres y mujeres de todas las edades, corresponden a la fase 1 del ensayo, aprobado por la Agencia Española del Medicamento y la FDA, su homóloga en Estados Unidos. “Se busca la toxicidad, es decir, si admite el ser humano el fármaco. Esta fase se realiza siempre con pacientes sanos, salvo en oncología”, detalla el consejero de Oncomatryx.

Datos de eficacia

De esta manera, además de probar la toxicidad se obtienen datos de eficacia del medicamento, mientras se va escalando la dosis hasta su nivel óptimo en humanos. “Los ensayos preclínicos nos hacen ser optimistas”, afirma Esnaola. La fase 1 acabará en 2024 y Oncomatryx cuenta con 50 millones de financiación para este desarrollo y el de otras moléculas. Pero la inversión para que un fármaco llegue al mercado “es altísima. Nuestra estrategia es demostrar la eficacia y, a partir de ahí, llegar a un acuerdo de licencia con una farmacéutica”.

Según Pedro Esnaola, ellas tienen capacidad económica y expertise para completar las fases. “Y claro que tenemos farmacéuticas esperando los datos sobre este fármaco”, confirma. La licencia podría llegar al final de la fase 1, “si los resultados son buenos”, concluye.

Las siguientes fases se realizan con más pacientes y en la segunda se abordan los cohortes de expansión, un ensayo por cada tipo de cáncer, en la que se requiere financiación. “Hablamos de cinco años para llegar al mercado, el tiempo normal; pero al luchar contra tumores que no tienen cura existe la aprobación acelerada, que si se demuestra eficacia en fase 1 ó 2, la Agencia del Medicamento puede acelerar el proceso”, explica Esnaola. El 25% del accionariado de Oncomatryx es institucional; Laureano Simón es el socio mayoritario y también participan family offices nacionales e internacionales.