Inteligencia artificial y su impacto en la industria y sus procesos críticos
Nuestra compañía comenzó en 2010 a concienciar a las empresas industriales sobre la necesidad de acometer saltos disruptivos que aportasen ventajas competitivas. Para demostrar lo que preconizábamos desarrollamos tecnologías y metodologías concretas para la evolución hacia Fábricas Inteligentes. Hoy, más de diez años después, a nivel internacional se han ido materializando proyectos para la implantación de los preceptos de la Industria 4.0 (un término excesivamente “manoseado”) logrando fábricas ágiles para atender a una demanda que evolucionaba a productos y servicios más personalizados, de calidad asegurada y a precios razonables. Cubrir estas necesidades implica revolucionar o al menos evolucionar de manera drástica, las plantas, su concepción y las tecnologías que permiten operar a la cadena de valor de manera eficiente.
Durante este periodo, las tecnologías “habilitadoras” han crecido en prestaciones e implantación y, desde la automatización o la robótica hasta sistemas software avanzados, posibilitan la evolución a Fábricas de Futuro y sobre todo a Fábricas CON futuro si las cosas se hacen bien. Entre todas las tecnologías habilitadoras, hay que destacar la contribución de la Inteligencia Artificial en los procesos industriales, necesitados para mejorar su eficiencia de sistemas capaces de asegurar una operación óptima “inteligente” de los medios productivos.
El principal exponente de estas tecnologías lo podemos encontrar en los sistemas Machine Learning, dotados de utilidades que permiten crear un “gemelo” operativo de las instalaciones, que observa y analiza y optimiza su comportamiento. Las aportaciones más destacadas son la configuración óptima de variables de proceso en función de cada producto para garantizar calidad 100% (Cero Defectos), agilidad extrema, consumo energético mínimo y fiabilidad de comportamiento (cero averías) a través de la predicción de evolución del “estado de salud” de los activos. Un elemento distintivo en la manera de trabajar de estos sistemas es su orientación al aprendizaje de los técnicos y operadores de las plantas impulsando su nivel de conocimiento de manera transparente; no se trata de reemplazar la inteligencia humana, sino de potenciar el conocimiento para mejorar la competitividad de nuestra industria.