El modelo inclusivo-participativo, una opción para captar talento

El Premio Arizmendiarrieta, otorgado recientemente en Vitoria y Pamplona en sendos actos, busca distinguir a las empresas que destacan por la implementación de los valores y sistemas de gestión del Modelo inclusivo participativo de empresa. El modelo se caracteriza por basar la competitividad de las empresas en el desarrollo de las personas que forman parte de ellas y en su cooperación en pos de un objetivo común. Pretende, también, sustituir la confrontación como actitud básica, por una cooperación de los distintos agentes sociales que genere beneficios para todos y se preocupa, por otro lado, de la comunidad en la que se inserta.

Merece la pena subrayar que la experiencia cooperativa ha demostrado en la práctica que los valores del humanismo y la competitividad empresarial no son planteamientos incompatibles, sino sinérgicos. Ha mostrado que el desarrollo de las capacidades de las personas que trabajan en la empresa, el respeto a su igual dignidad humana y su participación en las decisiones, los resultados y la propiedad no sólo son elementos que contribuyen a una mayor humanización del trabajo, sino también a un mayor éxito empresarial.

Hace unos meses el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, reclamaba en su discurso ante la última Asamblea General nuevos modelos de empresa para hacer sostenible un sistema económico global que, habiendo posibilitado un importante desarrollo para cientos de millones de personas, presenta debilidades importantes e incluso pone en peligro la vida del planeta.

Nos encontramos, por otro lado, con el hecho de que centros de formación de lideres empresariales tan relevantes como la Universidad de Harvard o el Instituto Tecnológico de Massachusetts estén insistiendo en que las empresas tendrán que generar, no sólo beneficios, sino valor social si quieren ser sostenibles a largo plazo.

El modelo se presta, en fin, a mejorar la captación y retención de talento de unas generaciones jóvenes que demandan también a las empresas un propósito acorde con sus valores, por lo que es recomendable tenerlo en consideración.