El verano del ‘Carpe diem’

Hace unos días escuché en una tertulia radiofónica calificar el verano de 2022 como el verano del ‘Carpe diem’, lo que despertó mi curiosidad. Hablaban del colapso que se vive en los aeropuertos, la gran afluencia en las estaciones de trenes y autobuses, la alta movilidad particular en las carreteras y de unos establecimientos hoteleros y demás alojamientos que se aproximan al 100% de su capacidad. Una colección de señales inequívocas de que el turismo se está recuperando y de que casi nadie quiere perder la oportunidad de viajar en esta época estival... ¡Por si en 2023 no se puede hacer!

Y esta duda es totalmente lícita en un contexto económico como el actual, de pérdida brutal del poder adquisitivo, ‘gracias’ a una inflación desbocada, con unos precios desorbitados en los combustibles que al llenar el depósito te hacen casi llorar y con un carro de la compra que más que duplica su importe de hace un año y que te obliga a renunciar a determinados caprichos que antes te podías permitir.

Además, es el primer verano sin mascarillas, salvo en el transporte, farmacias y hospitales, principalmente, lo que nos hace querer disfrutar a tope el momento, más aún cuando están aumentando otra vez los contagios de una pandemia que parece que nunca tendrá fin.

¡Como si no hubiera un mañana! O ante un mañana que se prevé a todas luces complicado e incierto. Nos lo dicen por activa y por pasiva y lo vemos al pagar nuestras facturas: todos vamos a ser más pobres, porque todo está más caro y los salarios no pueden subir a nivel del IPC ya que se entraría en una espiral inflacionaria de difícil solución.

Se avecinan un otoño e invierno muy intensos. Siete de cada 10 trabajadores vascos no tienen su convenio actualizado y anuncian movilizaciones; la guerra continúa y se agudiza la amenaza del corte de suministro de gas, a lo que se une que sobrevuela el fantasma de la recesión. Por estas y más razones también creo que este verano hay que aprovechar el momento y añadiría un ‘Dum vivimus, vivamus’ (mientras vivimos, vivamos) para la vuelta del periodo estival.