Carolina Pérez Toledo, Presidenta de Cebek-Confederación Empresarial de Bizkaia: “Querer sacar más réditos desde el conflicto y no desde el acuerdo es anacrónico”

La conflictividad laboral que tiene Euskadi es un caso único en Europa, asegura Carolina Pérez Toledo, presidenta de la Confederación Empresarial de Bizkaia-Cebek. A su juicio, la práctica de los sindicatos mayoritarios (ELA y LAB), asentada en el conflicto, no corresponde a esta época en la que es tan necesario dialogar y colaborar.

“Ya lo querríamos para Euskadi, que nuestra mesa de diálogo social tuviera esa capacidad de llegar a acuerdos y, sobre todo, que se sentaran los principales agentes”, anhela la presidenta de los empresarios vizcaínos, Carolina Pérez Toledo, preguntada sobre el acuerdo para la reforma laboral.

Desde su cargo en Cebek, cuyo logro supone un hito histórico para la mujer en el acceso a los órganos de decisión empresarial, reclama un cambio en las relaciones laborales vascas. “Hay que ser más contundentes en exigir acuerdos, más aún en la situación que atravesamos, donde se ha visto que desde la colaboración se funciona mejor”. Además, Pérez Toledo cree que es el momento en un año en el que se reflexionará sobre fiscalidad, para atraer inversión y recuperar competitividad frente a otros territorios.

A tres meses de cumplir un año como presidenta de Cebek, ¿qué balance realiza?

Desde 1998 estoy asociada a Cebek, en 2017 fue elegida vicepresidenta. Ser presidenta de una organización que representa el tejido industrial empresarial de Bizkaia es un reto personal y profesional importante y también un honor. Estos meses he aprovechado para conocer la organización desde dentro, las personas y los proyectos. Además hemos elaborado el plan estratégico 2022-2025 que nos va a regir.

La primera mujer en presidir una organización patronal territorial. ¿Qué supone este hito para las directivas y empresarias?

Ha sido un gran hito porque las mujeres queremos estar en los centros de decisión. Desde la Asociación de Empresarias y Directivas (AED) siempre he defendido que haya más mujeres en el mundo empresarial, económico y en los órganos de decisión de las empresas. Es cierto que mi predecesor en Cebek, Iñaki Garcinuño, hizo un trabajo de avance y modernización para que cada vez entraran más mujeres en los órganos de decisión. Él abrió el camino por eso estoy aquí. Y desde aquí impulsar y abrir puertas a la mujer para ocupar estos puestos.

¿Por qué ha tardado tanto una mujer en llegar a ser presidenta de una organización empresarial? ¿Es así en el resto de España?

Según un estudio de AED, la presencia de las mujeres en Euskadi en el mundo empresarial es menor que en el resto del Estado. Esto es debido a ser una sociedad mucho más industrializada. Nos hemos incorporado más tarde a la industria y por eso llegar a los centros de decisión es un camino más largo. Además están las costumbres, cultura, etc.

¿Qué opina sobre la decisión de Nadia Calviño de limitar su presencia en eventos donde haya desigualdad de género?

Me parece una declaración valiente de la ministra. Ahora bien, muchas veces en su cargo si dijera que no va a estar por no haber más mujeres, igual no estaría en muchos sitios donde se deciden las cosas. Y, a veces, es mejor una que ninguna. Las mujeres que hemos llegado a determinados puestos tenemos que que abrir las puertas, porque se abren mejor desde dentro.

Le ha tocado la dirección en un momento complicado, ¿cómo lo afronta la empresa?

Es un momento difícil, pero las empresas en Bizkaia estamos más que acostumbradas a pasar momentos complicados, aunque ninguno con los precedentes como esté. Esta crisis ha implicado un cese de actividad que ha sido traumático, pero a diferencia de las anteriores estamos saliendo mucho mejor en general. Sí hay daños colaterales, pero las empresas están en mejor posición de salida gracias a que es una situación global y a que tenemos una Europa más fortalecida. Aunque varía por sectores.

¿Será este el año de la recuperación real?

Cebek estima para Bizkaia un crecimiento de en torno al 5,3% para 2022, según recoge la ‘Encuesta de Perspectivas Empresariales’. Antes se preveía la salida para la primera parte de 2022, pero todos los datos de inflación, macroeconomía, geopolítica y demás incertidumbres, indican que se retrasa para finales de 2022. No obstante, crecer por encima del 5% es importante. Las perspectivas de las empresas son buenas: un 32% considera buena la situación y un 61% regular, pero no mala. Por otra parte, la mitad de las empresas vizcaínas cree que no recuperará su actividad ordinaria hasta 2023.

¿Cuándo se prevé que se solventen los problemas de costes de materias primas y energía y la crisis de suministros?

Las empresas indican que la salida de la crisis se está ralentizando por los cuellos de botella porque hay una mayor demanda y escasez de producción y oferta. El encarecimimiento de las materias primas, la energía y los transportes tienen un efecto directo en la inflación y preocupa la disminución de los márgenes empresariales. Muchas empresas intenta mantener los precios finales a costa de la rentabilidad para contener la inflación, pero los márgenes reducidos cuesta soportarlos. Las empresas están preocupadas por la subida de costes empresariales, salariales, de producción, energéticos, etc. Pero es algo coyuntural y se moderará. Además, la inflación subyacente, que no contempla energía y alimentación está en torno al 2%.

Sobre la llegada de los fondos europeos, hay un cierto pesimismo sobre su llegada a las pymes. ¿A qué cree que es debido?

Cierto. El 77% piensa que no se va a beneficiar de estas ayudas. Este pensamiento se debe a la lentitud del inicio de la tramitación, la burocracia y la falta de transparencia. Sin embargo, como organización el mensaje es que estamos a disposición de las pymes para añadir transparencia y que les lleguen los fondos. Hay varios caminos para acceder, con las grandes empresas tractoras y los planes estratégicos o mediante planes transversales que tienen que ver con la digitalización, etc. y ahí las pymes tendrán más llegada. Quiero lanzar un mensaje positivo porque es una gran oportunidad; la pyme tiene que ponerse las pilas para conseguir ser traccionadas o bien acceder por otras vías. Hay un montón de fondos y habrá que moverse.

¿Comparte el acuerdo sobre la reforma laboral?

Somos parte de CEOE, pero es cierto que aquí tenemos unas relaciones laborales y un ecosistema y equilibrio diferente y queríamos ponerlo en valor. Sí ponemos en valor el acuerdo, porque ha costado mucho poner de acuerdo a los agentes sociales. Ya lo querríamos para Euskadi, que en nuestro ámbito de relaciones la mesa de diálogo social tuviera esa capacidad de llegar a acuerdos y, sobre todo, que se sentaran los principales agentes. Aquí los sindicatos mayoritarios no están. Nos preocupó el ámbito de decisión vasco y tras muchos análisis jurídicos internos y consultas hemos tenido claro que el acuerdo interprofesional que se firmó en 2017 entre Confebask y los cuatro sindicatos representativos mantenía el ámbito de decisión de la aplicación de los convenios firmados aquí, principalmente provinciales, frente a los estatales. Fue un hito y se quería poner en valor. Cuando se llega a un acuerdo se logra un marco común y todos ceden algo. Era imposición de Europa y había que mostrar responsabilidad y desde el ámbito empresarial se ha demostrado. La voluntad de Cebek es sentarse a hablar y es lo que espera la sociedad de sus agentes.

¿Y qué opina sobre la subida del salario mínimo a 1.000 euros?

Entiendo que hay sectores muchos muy feminizados que les viene bien. Pero en los últimos tres años se ha subido un 30% el Salario Mínimo Interprofesional y subir el coste empresarial en un momento complicado nos preocupa. En Euskadi afecta solo a un 5% de los trabajadores, pero preocupa.

La conflictividad laboral vasca es un hecho aislado en España. ¿A qué responde esa postura sindical frente al diálogo?

La conflictividad en Euskadi es un caso único en Europa, a pesar de las condiciones económicas y del importante tejido empresarial. Estos sindicatos miden sus éxitos por los conflictos generados y esto tiene que hacer pensar a la sociedad. Recuperan el lenguaje de los momentos más duros de los años 70 y 80 y plantean la lucha y el conflicto sin pasar por la negociación y el diálogo. Es anacrónico. Desde Cebek intentamos dialogar y se ha demostrado. Pero prefieren sacar réditos desde el conflicto más que en el acuerdo, porque lo interpretan como un ceder y algo que no está de moda. Yo creo que se obtienen intereses a corto plazo, pero la sociedad se va desgastando. Hay que ser más contundentes en exigir esos acuerdos, más aun en la situación que estamos atravesando, donde se ha entendido que desde la colaboración se funciona mejor. Además, esta conflictividad y confrontación que aparece en los medios de comunicación es de una empresa o un sector en concreto, se elige para reflejar esa conflictividad. Pero luego en las empresas no lo vivimos de esta manera. Los trabajadores están comprometidos con el proyecto empresarial y con su proyecto de vida y el desarrollo de Euskadi.

¿Existe una cara interna y otra externa?

Existen dos realidades paralelas en las que a veces pensamos que lo que se lee y se ve es la realidad. Pero la realidad del día a día de las empresas no está en el conflicto. Esta imagen frena inversiones, retrae la economía, pero la imagen de fuera no se corresponde con la realidad y las empresas se esfuerzan por mejorar la parte interna de comunicación. En Cebek tenemos la iniciativa Ekinbarri, la nueva cultura de las relaciones en la empresas para potenciar el compromiso y la transparencia. Crece la afiliación del sindicato mayoritario, pero no creo que muchos que se afilian persiguen el conflicto.

En el ámbito de la fiscalidad. ¿Cree que se modificará este año? ¿Cuáles son las principales peticiones de los empresarios?

El Gobierno vasco nos ha trasladado que va a hacer una reflexión sobre fiscalidad este año, un ejercicio bueno en el que no va a haber elecciones. La reflexión desde las organizaciones empresariales es que queremos que cada vez haya más inversión en Euskadi, que las personas que deciden donde se implantan las empresas quieran vivir aquí, los altos ejecutivos y directivos de empresas internacionales. Eso requiere de ciertos tratamientos fiscales. También pedimos que las empresas no perdamos competitividad frente a otros territorios y dar condiciones de competitividad que hagan que nuestras empresas perduren y hacer de un Euskadi un territorio más atractivo. Y, por supuesto, eliminar Patrimonio, un impuesto que es una doble imposición y que no existe nada parecido en toda Europa.

Euskadi ha perdido peso industrial. ¿Qué propone Cebek para recuperarlo?

Es cierto que se ha perdido peso industrial, pero ha subido el tema de los servicios conexos a la industria con lo cual tampoco se ha perdido tanto. Euskadi tiene que ser sí o sí país industrial, porque es ahí donde están los mejores salarios, la riqueza y donde se demuestra que estructural y económicamente el territorio es más potente.

¿Qué retos se fija para los próximos años?

Como recoge nuestro plan estratégico, hacer que nuestras empresas sean cada vez más competitivas y desde Cebek crear ese ambiente y les ayude en fiscal, laboral, etc. Promover la nueva cultura de las relaciones dentro de la empresa, transparencia e innovación; e impulsar el emprendimiento.

¿Le gustaría también ser la primera presidenta de Confebask? ¿Baraja esta posibilidad a futuro?

No. Tengo bastante trabajo y responsabilidad en Cebek, además de llevar mi empresa. Seguiré en Cebek haciendo mi trabajo.