Lo importante no es como empieza, sino como termina

La economía vasca terminó el pasado 2021 de una manera que no era la estimada ni la deseada. Su crecimiento se ralentizó y hubo que corregir previsiones, debido al azote de las sucesivas olas de la pandemia y sus consecuencias: subidas del coste eléctrico, falta de suministros, cuellos de botella en la industria ante una oferta y una demanda disonantes, etc.

Parece que las perspectivas económicas para el primer trimestre del recién iniciado 2022 se verán nuevamente afectadas y lastradas por la incidencia del coronavirus, y que habrá que esperar al segundo trimestre para que toda la maquinaria comience a funcionar acompasadamente y todas las piezas del puzle vuelvan a encajar.

La inflación, que se disparó a lo largo de 2021 hasta cerrar el último mes del año en el 6,5 %, el dato más alto desde mayo de 1992, debido al fuerte aumento de los precios de la electricidad, se prevé que caiga para el mes de junio, pero antes hará nuevos máximos.

Ante este escenario, Euskadi se verá obligada a pisar el acelerador para adelantar las posiciones perdidas el ejercicio anterior y consolidar su recuperación. Para afrontar esta maratón, la comunidad autónoma cuenta con unos presupuestos de más de 13.100 millones de euros, orientados al relanzamiento económico y que recogen inversiones por valor de 1.605 millones, un 50% más respecto a 2021.

Asimismo, la inminente llegada de los fondos europeos impulsará la transformación económica. Euskadi ha presentado tres iniciativas a los Pertes (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica), que se ejecutarán lleguen o no esas ayudas. Basque Mobility, que posicionará a la industria en coche eléctrico, conectividad y movilidad sostenible; Ecosistema del Dato, para facilitar el acceso a la inteligencia artificial, ciberseguridad y digitalización; y Basque Advanced Therapies, referencia en terapias avanzadas, son las grandes apuestas de futuro.

Quedan muchos días por delante. El año no ha hecho más que empezar y aunque no haya sido de la forma que se preveía, quedan muchos kilómetros por delante en esta carrera de fondo. Hay que ir poco a poco, sin prisa, pero sin pausa, sin malgastar energías para cuando se acerque el sprint final.

2022 traerá un final más feliz a la economía vasca, todo apunta a ello. Y este ejercicio sí que sí, los fondos Next Generation tendrán su aplicación práctica y real en grandes proyectos que transformarán nuestras vidas.

¡Preparados, listos, ya!