Orona y Ulma hacen tambalear los cimientos de Corporación Mondragon
Estas empresas de la división industrial han dado el paso para abandonar el grupo de cooperativas y emprender su vuelo en solitario, tal y como hicieron Irizar y Ampo años atrás. Esta decisión hace tambalear de nuevo los cimientos del cooperativismo fundado por José María Arizmendiarrieta.
A partir del día 16 de diciembre la historia del cooperativismo vasco que fundó el padre José María Arizmendiarrieta en el año 1956 ya no volverá a ser la misma, ya que una fractura horadará de nuevo sus fundamentos solidarios.
Las firmas Ulma y Orona, pilares de la división industrial de Corporación Mondragon -son el 15% de sus ventas, el 13% del empleo y el 28% de sus resultados-, votarán en sendas asambleas su permanencia o salida del grupo cooperativo. Y salvo sorpresa mayúscula de última hora, los acontecimientos y cruces de comunicados durante varias semanas hacen presagiar que “la suerte está echada”.
Así Corporación Mondragon, grupo compuesto por 95 cooperativas, que suman 80.000 empleos y más de 11.000 millones de negocio, afronta su segunda fuga de empresas en sus 66 años de historia, la primera fue la protagonizada por Irizar y Ampo en 2008.
El conflicto entre Ulma y Orona y el primer grupo empresarial del País Vasco y décimo de España estalló el pasado 15 de noviembre, tras el Congreso celebrado por la Corporación. Ahí, debía tratarse la iniciativa presentada por las firmas salientes, donde solicitaban un nuevo marco de relaciones con Mondragon, con un menor grado de adhesión.
Figura de cooperativa convenida
En concreto, proponen crear la figura de cooperativa convenida que, entre otras, se desliga del cumplimiento de las normas congresuales de Mondragon y de la obligación de participar en los mecanismos de intercooperación y solidaridad, que supone la cesión de un 10% de sus beneficios. La relación se establecerá a través de un convenio de carácter anual y prorrogable.
Los órganos directivos de la alianza cooperativa rechazaron plantear esta ponencia en la cita congresual, porque consideraron que se debía debatir con más tiempo. El presidente de Corporación Mondragon, Iñigo Ucín, afirmó que “el futuro de Orona y Ulma y el de sus personas será mejor” si continúan dentro del grupo cooperativo y que la salida de ambas firmas “no beneficia a Orona, ni a Ulma ni al resto de cooperativas”. Apeló a la unidad para ser más fuertes en un escenario mundial complejo.
Estas declaraciones encendieron a Orona y Ulma, que hasta el momento no se habían manifestado. Ambas cooperativas, que suman una facturación de 1.730 millones y una plantilla de 13.000 personas, compartieron su descontento por no ser escuchadas por Mondragon Corporación, al plantear un modelo basado en “convenios de mutuo acuerdo”. Además, han denunciado presiones a sus socios e “injerencias”, ante las asambleas extraordinarias en las que decidirán su futuro con o sin el grupo cooperativo empresarial.