Jorge González, director general ejecutivo de Ormazabal: “Lo lógico es convertir el hidrógeno que se consume en verde, antes de producir más”

Jorge González, CEO de Ormazabal, cree que el hidrógeno verde es una gran oportunidad, pero considera que primero hay que transformar el consumo actual de las industrias antes de generar más. “Este ya es un reto que llevará muchísimos años e ingentes cantidades de inversión”, afirma el directivo.

Ormazabal es un compañía especializada en equipamiento para redes eléctricas presente en 19 países. Su negocio ascendió a 525 millones en 2021, el 75% del negocio del grupo Velatia al que pertenece, y emplea a 2.500 personas. Su director general ejecutivo, Jorge González, analiza el contexto energético actual y las expectativas de la organización ante la necesidad de acelerar las energías renovables.

¿Cómo se presenta el ejercicio para Ormazabal en un contexto como el actual?

El hecho de que gran parte del mundo haya apostado por la transición energética nos favorece, en el sentido que hay que invertir más en electrificación. Si bien es cierto que todas las perturbaciones actuales complican el panorama. Como no operamos en el área del conflicto bélico ni tenemos filiales ni proveedores, el efecto será indirecto, con subida de precios de materias primas, energía, etc., pero sin riesgos de paralizar la actividad o grandes distorsiones en nuestros procesos. El reto este año no es de mercado, que crece en general en inversiones en redes eléctricas, renovables, vehículo eléctrico, etc., sino que estará relacionado con las cadenas de suministro: que las materias primas lleguen a las cadenas productivas, y que los productos puedan llegar al lugar de instalación.

La crisis energética acelerará el desarrollo de las renovables. ¿Qué alternativa hay mientras tanto?

La transición no tiene muchas alternativas, pero si aceleramos un poco podemos conseguir efectos muy rápidos. Según un análisis reciente que ha tomado la demanda energética eléctrica en España en los últimos tres meses, si el mix en vez del actual fuese el de los compromisos fijados para 2030, durante las horas centrales de esos días que pagamos los sobreprecios más importantes, el coste de la energía habría sido cero durante una parte de esas horas. El sistema de fijación de precios marginalista que tenemos es un nivel de sensibilidad muy alto y cuando los precios se disparan hacia arriba lo hacen rápidamente, pero si el mix cambia, también se ajustan rápidamente a la baja. La estrategia global y europea es correcta. Una transición basada en la generación a partir de energías renovables favoreciendo sistemas de almacenamiento garantizará y será la única alternativa en términos de coste económico, social, sostenible y de soberanía energética. Y cualquier otra cosa será un parche intermedio.

¿Qué opina sobre el ‘boom’ del hidrógeno verde?

Es verdad que es una gran oportunidad, pero hay que hacer una explicación de su rol real. En el mundo se consumen cantidades enormes de hidrógeno en procesos industriales, los que más en refino de petróleo y producción de fertilizantes, y es hidrógeno marrón, que proviene de tratamientos químicos de los hidrocarburos. Solo para convertir ese hidrógeno en verde, la energía eléctrica necesaria es equivalente a la que consume toda Europa, incluyendo Reino Unido. Es decir, es un reto que llevará muchísimos años e ingentes cantidades de inversión. Y lo lógico es primero convertir en verde el hidrógeno que ya se consume, antes de pensar en generar más hidrógeno verde para utilizar en procesos como puede ser la movilidad, donde hay otras alternativas.

¿Y apostar por la eficiencia?

Ormazabal ha acelerado todos los proyectos en este sentido para reducir el consumo energético: invertir en nuevas tecnologías de sistemas térmicos, sistemas eléctricos, de generación encubierta para autoconsumo, etc. Porque el kilovatio más barato en generar es el que no se consume.

¿Qué recursos destina Ormazabal a I+D?

Invertimos cada año un 4% del negocio y una parte importante se va a digitalización. Contamos con un laboratorio de potencia y un centro de investigación en Euskadi con 50 personas dedicadas a la pura tecnología. En total, 250 personas se ocupan de la I+D.

¿Qué balance hace de la feria ‘WindEurope’?

Ha sido una gran oportunidad para mostrar al sector nuestros avances tecnológicos y las capacidades industriales eólicas aquí ubicadas. Acelerar las renovables y reducir la dependencia energética es lo que la sociedad necesita. Todas las crisis vividas han demostrado que es vital avanzar hacia un mix descarbonizado, sin impacto ambiental, sostenible y que garantice la soberanía energética.