Cómo entregar un barco de lujo, encallado por la pandemia

La firma, con sede en Getxo (Vizcaya) y delegaciones en Santander y Cádiz, ofrece una gama de servicios para astilleros y armadores, entre los que se incluyen el diseño conceptual de barcos, perfil exterior, desarrollo del proyecto arquitectónico, diseño de interiores, planos constructivos, habilitación, gestión integral y supervisión de obra. Su catálogo de proyectos incluye cerca de 400 barcos de la más variada tipología: desde buques escuela a yates de recreo, pasando por barcos de transporte, pesqueros, dragas, ferris, cruceros, etc.

Una de las primeras consecuencias del estallido de la pandemia fue la paralización de contratos y la renuncia de proyectos en fase avanzada y a punto de finalizar, como el crucero Lord of the Highlands.

Ahora el puerto de Vigo (Pontevedra) ve zarpar hacia su destino definitivo al citado crucero, travesía que no ha sido fácil de iniciar a causa del coronavirus. Tras 16 meses de trabajo invertidos en la completa reforma del barco, Oliver Design se encontró en marzo del pasado 2020 con que el armador británico que había encargado el trabajo rechazaba hacerse cargo del buque, ante las malas perspectivas del turismo náutico en plena eclosión de la pandemia. La empresa se vio obligada a asumir la propiedad del barco como modalidad de pago por sus servicios, e iniciar gestiones para encontrar comprador entre operadores turísticos de todo el mundo. Todo ello en un momento en el que cualquier tipo de crucero turístico había quedado suspendido ante la alarma sanitaria.

Tras entablar negociaciones con armadores españoles, griegos, norteamericanos y australianos durante los últimos meses, Oliver Design ha cerrado finalmente la venta del Lord of the Highlands con un operador que dará al barco el mismo destino para el cual fue remodelado: travesías de pocos días de duración por los lagos de las Tierras Altas de Escocia y las Islas Orcadas.

Trabajo singular

El proyecto de conversión ha supuesto un trabajo singular en el ámbito naval, especialmente en el segmento de buques de pasaje, y ha representado un doble desafío: por un lado, su complejidad técnica, que ha implicado redimensionar el casco; y por otro, el cuidado acabado de interiores que exige una embarcación de recreo del alto standing. Además de las labores de diseño exterior, planeamiento arquitectónico, etc., las tareas de habilitación a bordo del Lord of the Highlands han supuesto para Oliver Design en torno a 10.500 horas de trabajo, con picos de hasta 20 operarios trabajando simultáneamente en el barco. La compañía ha liderado a un grupo de firmas especializadas en diversos campos.