La clave del éxito no está en transformarse, está en adaptarse a un contexto cambiante

Vivimos en un mundo en el que lo digital prima sobre lo analógico. El paso del tiempo ha ido afianzando el uso de las tecnologías y cada vez son más personas las que ya no sabrían vivir sin ellas.

Cuando Hispavista comenzó su andadura era el año 1996 y por aquél entonces lo que ahora se ve y usa como algo cotidiano, era verdaderamente pionero. Nosotros nacimos de un proyecto de fin de carrera creando un buscador. Este buscador, era algo que sorprendentemente comenzó a tener mucho tráfico, y cabe destacar, que era el único buscador del momento en castellano y eso fue, fundamentalmente, lo que hizo que tuviera tanto impacto.

Es curioso que hoy en día se hable tanto de transformación digital, no hemos hecho otra cosa que estar en permanente transformación, y eso que siempre hemos sido digitales, desde el primer día. Lo que hemos hecho, como todo negocio que quiere mantenerse a flote, es estar constantemente en evolución. A lo largo de estos últimos 25 años, hemos tenido que aprender a adaptarnos al mercado, a las nuevas demandas, a nuevos modelos de negocio y a la competencia. Paralelamente al buscador, fuimos creando distintos portales, y entre ellos sigue trabajos.com, que un cuarto de siglo más tarde es líder en la búsqueda de empleo de oficios profesionales. También creamos servicios de hosting gratuitos, y un portal de vídeo entre otro montón de ideas de negocio.

Este portal de vídeo, tu.tv tuvo dos versiones, una creada en 2001 que tuvimos que cerrar (pasábamos los videos de las cintas analógicas a digital a mano y lo subíamos al portal), ya que se trataba de algo costoso, y en 2005 lo lanzamos de nuevo y estuvo un tiempo compitiendo con Youtube. Cierto es, fue comprada por Google y que en la era de las tecnologías, la evolución es constante, y que arrasó todo el resto de negocios de video a nivel mundial.

Hemos ido abriendo y cerrando proyectos, probando, cometiendo errores, acertando, buscando nuevos nichos donde generar negocio, teniendo claro qué y a quién podíamos ofrecerles nuestros productos/servicios, para poder seguir adelante, intentado adaptarnos a las circunstancias del mercado y la competencia.

Si echamos la vista atrás, no queda nadie de los que empezaron con nosotros; no hemos sobrevivido porque nos hayamos transformado digitalmente, sino porque hemos ido evolucionando, adaptando nuestro negocio, buscando problemas sin resolver... El mundo de los contenidos en internet, los portales, los servicios de diferente índole tenían ciclos cortos, lo que era negocio hoy, mañana no lo era, y había que seguir buscando oportunidades.

Depende en qué negocios estés inmerso, tienes que saber que cuando estás en lo alto puedes empezar a bajar a la misma velocidad que has subido, y ese es precisamente el momento en el que tienes que ir buscando distintas opciones para seguir generando negocio. Algo que hemos tenido siempre claro, es que no es el más grande el que sobrevive, sino que sobrevive el que mejor se adapta. Eso es una ventaja que tienen las pymes, son más adaptables que los gigantes que para cuando lo consiguen en muchos casos es tarde. Un buen ejemplo somos nosotros, Hispavista después de ir adaptándose al contexto tecnológico durante más de 25 años, sigue activo y con nuevos proyectos en curso.

La digitalización está demostrando que ayuda a mejorar a las empresas. ¿Qué entendemos por mejorar? Sobre todo, posibilita el poder adaptarse mejor a lo que demanda el mercado, lo que van a demandar los clientes, a la competencia, a las nuevas formas de buscar a clientes potenciales. Entregar valor a los clientes a un precio cada vez más competitivo. A lo largo de tantos años en el entorno digital, hemos aprendido que si quieres sobrevivir en el mercado, debes adaptarte a esas nuevas circunstancias, de lo contrario, probablemente tus competidores lo hagan mejor que tú; añadirán más valor a los clientes que tú y lo único que puede pasar, es que morirás al más puro estilo Darwiniano. El que se adapta, sobrevive, y el que no, al final, acaba muriendo. Nuestro equipo tiene que ir aprendiendo y evolucionando, como todos, en sus conocimientos al son de los avances tecnológicos que en el entorno digital son muchos. Esa es la única manera de poder ofrecer los productos/servicios más punteros. Hemos aprendido y aprendemos todos los días cosas nuevas, todo eso es algo esencial para adaptarse a las circunstancias cambiantes de mercado en cada momento.

Todo el mundo habla sobre la transformación digital, y es una condición necesaria, y añadiría que lo más importante es la adaptación. Hay que entender cómo evoluciona el mercado, qué solicitan los consumidores/clientes, qué esperan, qué hacen los competidores, los cambios de mercado etc. Eso es lo que hay que vigilar especialmente, y hacer lo necesario para adaptar tu negocio a esas nuevas circunstancias. Y nuevamente aquí la tecnología aporta soluciones ventajosas para los que la tienen, hay plataformas de vigilancia; nosotros desarrollamos una que rastrea la red en busca de noticias relevantes, sobre tendencias sobre tus competidores, patentes, y un largo etc.

Es cierto, que la digitalización es una ayuda indispensable para seguir el paso del mercado, que puede ayudarte a seguir manteniéndote en una buena posición y poder seguir el paso acelerado de los cambios. Otro ejemplo puede ser la forma en que hoy día llegamos a los consumidores, que ya es mayoritariamente de forma digital, utilizando los avances del marketing programático y todo un ecosistema de tecnologías, que lo hacen más eficiente y medible que el tradicional.

La buena noticia, es que a diferencia de la teoría de Darwin en el que las especies evolucionan y se adaptan, pero sin que haya una voluntad expresa para ello, la evolución de cualquier empresa está sujeta a la voluntad y/o necesidad de evolucionar y de adaptarse a los cambios de mercado, de tecnologías, de paradigmas, etc. Queda reflexionar, consensuar e identificar las áreas del negocio donde hay que orientar los primeros esfuerzos de la transformación y seguir así de forma continua, sine die. Es como la vida misma, una adaptación perpetua a las circunstancias.