Eduardo Junkera, presidente de APD Norte: “Necesitamos rapidez en la llegada de los fondos e inteligencia para invertirlos adecuadamente”

Las empresas deben afrontar los retos que tenían antes de la Covid y, por ello, urge que los fondos europeos lleguen cuanto antes para impulsar su supervivencia y transformación. Eduardo Junkera, nuevo presidente de APD Norte, reclama a la Administración rapidez e inteligencia para invertirlos en generar riqueza a futuro.

Eduardo Junkera asume la presidencia de APD Norte en un momento difícil para el directivo y la empresa, pero cree que hay que aprovechar la ocasión para hacer una transformación cultural de empresas y personas, hacia un proyecto compartido. El también presidente de la patronal guipuzcoana Adegi apunta al desarrollo de productos de alto valor, basados en tecnología y talento, como el gran reto empresarial actual.

¿Cuál es la función principal de APD ante la situación económica actual?

Desde su nacimiento en 1960 APD no ha cambiado su misión que es, básicamente trata de que los directivos de nuestras empresas se formen lo mejor posible, estén informados sobre la actualidad y establezcan relaciones entre ellos, networking, para compartir experiencias. En este momento la misión de APD vuelve a tener gran importancia, porque el bienestar de la sociedad depende de nuestras empresas y hace falta que éstas se superen así mismas venciendo esta crisis y afrontando los retos que ya tenían antes de la pandemia.

Asume la presidencia en un momento complicado, ¿qué retos se fija en su mandato?

No me planteo retos especiales. Sí trataré de hacer de puente entre las diferentes realidades que conozco desde mi presidencia en Adegi, que estamos inmersos en la transformación cultural de las empresas y de las personas, y, de alguna forma unir las dos misiones de ambas entidades. Tengo una convicción muy firme del gran papel que juega la empresa en la sociedad y que de ella depende el bienestar, y la empresa al final la hacen las personas. Si queremos tener las empresas más competitivas tienen que tener el nivel profesional más alto posible. La crisis actual es una oportunidad para avanzar en los desafíos y la transformación necesaria.

El papel del directivo es especialmente complicado en una crisis. ¿Con qué herramientas cuenta para afrontar este momento?

En una situación coyuntural como la que vivimos, el directivo tiene que hacer uso de todas las herramientas a su alcance. Una vez que apuntala la supervivencia de su empresa, tiene que recuperar inmediatamente los retos que tenía. Nuestras empresas están globalizadas y tienen que competir no solo en precio sino en conocimiento y tecnología. El gran reto es desarrollar productos o servicios de alto valor, basados en tecnología y talento. La competitividad es fundamental, pero además debemos de ser capaces de desarrollar producto y para eso hace falta ser competentes, y luego ser competitivos para venderlos. Competente y competitividad son las dos palabras clave para cualquier directivo de cualquier empresa que quiera llegar a un futuro más allá del Covid.

¿Qué fortalezas y debilidades tiene Euskadi para afrontar la recuperación?

Una fortaleza es que tenemos un porcentaje industrial importante. La industria es la que genera productos que son susceptibles de venderse fuera de aquí y esto nos va a ayudar a superar la crisis y a que en términos globales nuestra economía no se vea tan afectada. También tenemos estabilidad política e institucional y una colaboración público-privada que da apoyo al desarrollo empresarial. Como debilidad, más del 95% de nuestras empresas son muy pequeñas, micropymes, y eso dificulta que esas empresas generen producto o que encaren procesos de desarrollo e investigación.

Más de 16.000 empresas han desaparecido y unos 22.000 empleos. ¿Cómo y cuándo recupera estas cifras una economía?

Afortunadamente en esta crisis se ha sujetado muy bien el empleo gracias a los Ertes, curiosamente esta herramienta está dentro de la tan criticada reforma laboral aún en vigor, y es fundamental que se sigan manteniendo. Tenemos liquidez suficiente con mecanismos como los ICO y préstamos gestionados por Elkargi, pero es cierto que no hemos sido capaces de articular en hostelería mecanismos como en Francia o Alemania, para apoyar a esos sectores que están sufriendo tanto. Pero el sector más afectado con gran diferencia es el aeronáutico, el primero que se paró de forma radical y el que más se va a tardar en recuperar.

Afirman que la recuperación no llegará hasta finales de 2022. ¿Comparte estas fechas para volver a los niveles prepandemia?

La salida como media va a ser como el símbolo de Nike, que es una V imperfecta y alargada en su final. También será diferente según sectores y territorios. Yo opino que 2021 no va a ser tan bueno como se pensaba antes, por la sencilla razón que 2020 no ha sido tan malo como se esperaba. La caída no ha sido tan importante y, por tanto, la recuperación será menos importante. Ha sido duro, pero nuestras empresas han soportado bastante mejor de lo que se pensaba la crisis. De ahí viene que la recaudación no ha caído tanto. A finales de 2022 volveremos a ver la recuperación prepandemia.

Desde la patronal se pide flexibilidad al trabajador para la supervivencia de las empresas. ¿Es una petición adecuada para un momento de confrontación como el actual?

A nivel laboral tenemos un sistema imperfecto que no cubre las necesidades de las empresas ni de las personas. Una empresa necesita flexibilidad para abordar la crisis y redimensionarse para adaptarse a la demanda actual. Y las personas necesitan seguridad. Este sistema, por una parte tiene trabas para que las empresas tengan la flexibilidad y, por otro, no da amparo a las personas si pierden su puesto de trabajo y obliga a la empresa a indemnizar y atentar contra su tesorería en plena crisis. Cuando lleguen tiempos mejores habrá que reflexionar y mirar a los países avanzados, los nórdicos y Alemania, y tomar referencias para mejorar nuestro sistema. No podemos prescindir de las personas y destruir el talento porque de eso se nutren las empresas, pero tampoco podemos permitir que una empresa por sobrecarga se destruya. Hay que hacer mucha pedagogía en este país, teniendo en cuenta que el binomio empresa y persona es vital y no podemos prescindir de ninguno de ellos.

¿Qué le reclamaría a la administración para mantener las empresas y empleos máximos de cara a la recuperación económica?

Yo pediría a cualquier administración dos elementos: inteligencia y rapidez. En este momento que se habla tanto de los fondos Next Generation, fondos que Europa de forma histórica ha puesto en marcha y que vienen derivados de la crisis para que las empresas aprovechen el momento y se transformen, además de que sobrevivan; por eso esos fondos tienen que llegar a las empresas cuanto antes, por eso pido rapidez. Si los fondos llegan tarde, cuando las empresas han muerto no valdrán para nada. Y pido ser inteligente en el sentido de utilizarlos adecuadamente. Para mí es importante que gran parte se dedique a mejorar la competitividad de nuestro tejido productivo, es fundamental que lo empleemos en hacer inversiones que vayan a ser generadoras de riqueza a futuro. Si no tienen esa virtud, no los emplearemos de forma inteligente. No nos olvidemos que estos fondos son deuda, no son regalos, Europa se está endeudando y las próximas generaciones lo tendrán que devolver. Y para hacerlo tendremos que tener la capacidad de generar riqueza. Y ésta será en función de que hayamos sido inteligentes invirtiendo adecuadamente. Por eso pido rapidez e inteligencia.

¿Es partidario de subir impuestos, cuando sea posible?

Yo creo que en crisis no es momento de hablar de subida de impuestos. Pero además creo que como europeos hay que trabajar para tener unas reglas fiscales comunes a nivel de Europa. Tenemos que jugar a un juego común con toda Europa porque nuestras empresas compiten en todo el mundo, y las reglas fiscales influyen también en la competitividad de las empresas.

En este momento de cambio global, ¿sería bueno aprovechar para adoptar la Nueva Cultura de Empresa que abandera Adegi?

La patronal guipuzcoana Adegi acuña el término, pero los conceptos están siendo utilizados también por Bizkaia y Álava. Creo que es el momento adecuado, independientemente de que tengamos una coyuntura difícil. Quizás en estos momentos difíciles es cuando más tienen que colaborar las personas en cualquier organización y arrimar el hombro. Y la Nueva Cultura de Empresa va de eso, un proyecto compartido entre todos. Tenemos en Adegi la alegoría de la trainera, que refleja que todos se esfuerzan y todos confían en quién dirige la barca y confían y luchan por conseguir un objetivo y todos lo comparten. Se propugna confianza, liderazgo, proyecto compartido y participación en la gestión y resultados, evidentemente todo a través de una gestión de la información transparente y sincera. Se trata de hacer empresas más humanas, donde las personas cuiden a la empresa y la empresa cuide a las personas, es una visión más humanista y esto conduce a la flexibilidad y que, quizás, algunas personas tengan que abandonar el barco. Y eso necesita un soporte que no tenemos y lo tiene que dar el sistema.

¿Cómo va el desarrollo del proyecto ‘Fabrika’, iniciado antes de la pandemia?

Fabrika es una iniciativa impulsada por Adegi, pero que trasciende al ámbito de la patronal guipuzcoana; un proyecto al servicio de todas las empresas, de Euskadi y más allá, para su transformación según los conceptos de la Nueva Cultura de Empresa, poniendo a las personas en el centro de las mismas. Fabrika es un centro de alto rendimiento que transformará las empresas a través de la transformación de sus personas. Las actividades ya han comenzado, aunque el edificio donde se ubicará esta iniciativa se terminará a finales de 2022.

Con motivo del Día Internacional de la mujer, ¿cree que hay igualdad de oportunidades en el ámbito empresarial y económico?

Es un tema del que oigo diferentes opiniones según sectores. Hay algunos muy feminizados donde hay igualdad pero ganan las mujeres y son normalmente los peor pagados y otros donde las mujeres no están presentes. En la industria, por ejemplo, la mujer aun está poco presente pero las que están, desde mi experiencia personal, no conozco ámbitos donde haya una marginación o una desigualdad. Se necesita talento y en la industria vamos hacia un modelo basado en la meritocracia. Estamos a la búsqueda y caza de mujeres en distintos ámbitos y, lamentablemente, nos cuesta porque no están presentes aún. Y no están presentes por cuestiones culturales o de prejuicios. Yo he escuchado de una mujer decir que la industria es un mundo hostil y así es difícil que se decidan por estas carreras. Pero desde mi conocimiento, las mujeres que han estado tienen muy buenas experiencias. Poco a poco van emergiendo mujeres que ocupan puestos de alta dirección y yo creo que el común denominador a todas ellas es que han tenido que hacer renuncias y los hombres lo mismo, pero en este caso se ha visto bien que lo hicieran. Las mujeres que han evolucionado en el mundo de la empresa, normalmente han renunciado a cosas que otras no están dispuestas a renunciar. Sobre la brecha salarial que existe en algunos sectores mi opinión es que a igualdad de desempeño, igualdad salarial. En nuestras empresas eso lo llevamos a rajatabla.

¿Cuáles cree que son las claves para lograr la igualdad efectiva?

Aun hay mucha gente con concepciones muy machistas, porque es lo que han adquirido a lo largo de los años. La clave principal para la igualdad efectiva es la educación, que la sociedad vaya viendo que las mujeres pueden, pero primero son las mujeres las que se lo tienen que creer. Los prejuicios sociales que tenemos en nuestro ADN son los que tienen que cambiar.