Descarbonización, economía circular, adaptación al cambio climático y ciudades saludables
La sociedad se enfrenta a grandes desafíos medioambientales: la lucha contra el cambio climático en sus dos vertientes de mitigación-descarbonización y de adaptación; el cambio de una economía lineal a una economía circular que gestione y aproveche mejor los recursos existentes reduciendo la contaminación y la generación de residuos; el conseguir lograr ciudades y territorios saludables, confortables y, en definitiva, vivibles. Para afrontar estos grandes retos tenemos un gran aliado: la tecnología.
Para lograr la descarbonización, la generación de energía renovable debe incrementarse y para ello debe hacerse más eficiente. Módulos fotovoltaicos bifaciales, módulos híbridos térmicos-fotovoltaicos, la energía fotovoltaica flotante, o soluciones para apoyar la integración de la energía fotovoltaica constituyen importantes avances tecnológicos en esta línea. Por otro lado, el mar constituye un inmenso recurso energético aún poco explotado. Son necesarias soluciones que hagan la energía eólica offshore, la energía de las olas o de las mareas competitivas en coste.
Para ello es necesario disponer de un profundo conocimiento de la dinámica de los sistemas offshore que permita desarrollar conceptos y productos innovadores para el entorno marino. Dado que el ambiente marino constituye un entorno complejo y hostil estos conceptos y productos deben de considerar todo el ciclo de vida de los sistemas offshore, extendiendo al máximo su vida útil.
Parte de nuestras soluciones tecnológicas se enfocan a la necesaria integración en redes inteligentes de la generación y el almacenamiento distribuido, del vehículo eléctrico, a la hibridación de tecnologías de generación y al desarrollo de sistemas de almacenamiento de energía.
Precisamente en este ámbito, están cobrando una creciente relevancia los nuevos vectores energéticos, como el hidrógeno. Son necesarias soluciones innovadoras que mejoren la producción de hidrógeno, su transporte y distribución; e impulsen su uso en la industria, en el transporte y en el sector residencial. Otro de los pilares es la descarbonización de los usos finales de la energía y la eficiencia energética en todas las escalas: sector residencial, terciario, industria. Múltiples desarrollos tecnológicos permiten reducir los consumos energéticos sin merma de la funcionalidad de los sistemas: desde soluciones soluciones basadas en la Inteligencia Artificial y el big data, hasta nuevos diseños y optimización de equipos y sistemas térmicos y sistemas híbridos, pasando por tecnologías para la mejora tanto de los procesos industriales como en el resto de los sectores, bombas de calor, district heating, valorización de calores residuales, entre otras.
En el sector químico, la intensificación de procesos permite unidades más compactas y modulares que da lugar a una reducción del gasto energético, de los costes y del impacto ambiental.
Para favorecer la adaptación al cambio climático, es necesario aumentar la resiliencia de los territorios, de las ciudades, de las infraestructuras críticas: energía, abastecimiento de agua o transporte, por ejemplo. Las tecnologías para el análisis de la vulnerabilidad y riesgo van a permitir plantear, tanto a la administración como a las empresas, planes efectivos de adaptación al cambio climático, en los que incorporan diferentes estrategias y medidas de adaptación. En esta línea, están cobrando una importancia creciente las soluciones basadas en la naturaleza.
Por otro lado, el concepto de economía circular conlleva varios retos: la sustitución de materias primas problemáticas (contaminantes, por ejemplo) por otras amigables medioambientalmente, en recubrimientos o mediante nuevos tratamientos de superficie; o mediante la obtención de productos biobasados que sustituyen a los derivados del petróleo, por ejemplo.
Es necesario “cerrar el ciclo” transformando los residuos en nuevas fuentes de materias primas: metales estratégicos a partir de catalizadores, de residuos electrónicos o de residuos mineros; o productos químicos de alto valor añadido de corrientes secundarias y del CO2.
Son imprescindibles tecnologías para una evaluación tecno-ambiental-económica y social de productos y procesos: cálculos de huellas ambientales, declaraciones ambientales de producto, herramientas soporte al ecodiseño, análisis de metabolismo urbano, o matrices input-output. Son igualmente necesarias soluciones operativas que impulsen la cooperación entre los agentes de una cadena de valor, la simbiosis industrial y las sinergias en un determinado territorio o región.
Debemos apostar por conseguir ciudades y territorios saludables, sostenibles y, por encima de todo, vivibles. Las nuevas tecnologías nos permiten combinar la modelización ambiental con datos de sensórica para desarrollar precisos sistemas de diagnóstico, control y de toma de decisión para la gestión del ambiente exterior. Las soluciones innovadoras para la mejora de las condiciones ambientales y el confort de los espacios habitados combinan múltiples funcionalidades.
El disponer de información meteorológica y climática fiable es aquí crítico. Por ejemplo, nuestros expertos en vigilancia y predicción operacional diseñan y mantienen sistemas de alerta temprana, y proporcionan información detallada para la adaptación al cambio climático y la calidad del aire.
La transición energética, el cambio hacia una economía circular, el lograr ciudades y territorios saludables suponen ambiciosos retos, pero al mismo tiempo abren la puerta a importantes oportunidades para aumentar la competitividad de las empresas y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. La tecnología nos está permitiendo afrontar y superar barreras técnicas, de mercado, económicas, sociales, y desarrollar soluciones para aprovechar estas oportunidades.