Despidos y la venta de ITP Aero abaten a la aeronáutica

El sector aeronáutico vasco atraviesa un difícil momento: las empresas acometen ajustes laborales para reducir costes y, además, Rolls-Royce busca dueño con urgencia para ITP Aero.

Con la práctica paralización del movimiento de tráfico de pasajeros desde el inicio de la pandemia, -salvo una pequeña recuperación en el periodo estival-, con escasa movilidad desde la segunda y ahora tercera ola, “la industria aeroespacial vasca y global está en unos ratios de producción de alrededor del 40% respecto a niveles de producción prepandemia”, expone desde Hegan, clúster de aeronáutica y espacio del País Vasco, su directora general, Ana Villate. En el año 2019, el sector vasco generó unos 2.600 millones de euros de facturación agregada en la totalidad de sus plantas alrededor del mundo, con un crecimiento del 6,4% sobre el año anterior, y dio empleo directo a 15.273 personas, lo que supuso un incremento de plantilla del 2,8%.

Pero ahora las previsiones tras el huracán Covid son poco halagüeñas. “Viendo cómo evoluciona el virus, se prevé una recuperación de cifras de tránsito de pasajeros hacia finales de 2024 y algunos fabricantes incluso ya están hablando de dos años más allá”, comenta Villate. En este contexto, la industria vasca que opera en la cadena de valor de este sector está sufriendo duras consecuencias, con las primeras reestructuraciones laborales para reducir gastos y ajustarse a la caída de la demanda. Empresas como Aernnova e ITP Aero ya anunciaron antes del verano del pasado 2020 que realizarían Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en su red mundial, pero lo cierto es que las fábricas vascas -donde ambas compañías concentran más profesionales- están sufriendo las más fuertes consecuencias.

Ajustes en Aernnova e ITP Aero

Casi de forma simultánea ambos proveedores de primer nivel (Tier 1) anunciaron sus planes de ajuste laboral. Aernnova, dedica al diseño y fabricación de aeroestructuras, como alas, estabilizadores y fuselajes tanto en metal como composites, para los principales OEMs, tiene su sede social en en Álava y una red de fábricas, centros de ingeniería y oficinas en Toledo, Sevilla, Cádiz, Orense y Zaragoza . En el mercado exterior cuenta con plantas en Estados Unidos, Reino Unido, India, México, Brasil y Rumanía. En total suma unos 4.700 trabajadores.

La compañía anunció en julio el ajuste y redimensionamiento para adaptar su producción a la caída de la demanda, superior al 40%: 950 despidos, 650 de ellos en España. Así, propuso la aplicación de un ERE para el 22% de la plantilla de la planta de Berantevilla (Álava), unos 100 empleados. Estas medidas se completarán con expedientes temporales (Ertes). En este proceso, las filiales de Aernnova en México y Reino Unido también han lanzado sendos procesos de ajuste.

Según el fabricante alavés, las pérdidas hasta septiembre se elevaban a 42 millones y había utilizado, además, 70 millones de euros de caja para acometer los pagos a sus gastos corrientes y proveedores. Aernnova ganó 39 millones en 2019, un 18,13% menos que en el año anterior, pero las ventas subieron un 4,35%, hasta los 712 millones de euros.

Negociación sin acuerdo

El pasado 18 de diciembre finalizó sin acuerdo la negociación de este ERE, que estaba fijado finalmente para 82 trabajadores en Berantevilla, y después se abrió un plazo para acogerse a medidas prejubilaciones o bajas incentivadas, algo que hicieron 27. Los trabajadores está en huelga y a la espera que la Inspección de Trabajo rechace el ERE que afecta directamente a 55 empleados, que son los despidos forzosos.

En el caso de la vizcaína ITP Aero, comunicó un ajuste de su plantilla del 15% en los cinco países en los que está presente, unos 600 trabajadores, sobre un total de 4.000. Perteneciente a Rolls-Royce, ITP Aero está presente en todo el ciclo de vida del motor de aviación, desde I+D hasta soporte en servicio, y facturó cerca de 1.000 millones en 2019.

El grupo aseguró que se utilizarían los planes de protección temporal del empleo disponibles, donde la caída de la carga fuera coyuntural. Pero el devenir de las negociaciones ha sido totalmente diferente entre su sede del Parque Tecnológico de Bizkaia, con 1.269 empleados, y las fundiciones de Barakaldo y Sestao, con unos 500. Mientras en la primera, se han acordado 121 bajas, con prejubilaciones y fin de contratos temporales, en las fundiciones la pelea continúa.

Problemática en la fundición

Con 80 despidos materializados el pasado 1 de febrero, Ángel Rodríguez, presidente del Comité de empresa de las fundiciones y delegado por CCOO, asegura que es una crisis coyuntural y no estructural y que se han despedido a personas por encima de 50 años, con más de 10-15 años en la compañía y salarios altos, y a un colectivo de mujeres en guarda legal, entre otros. “Nosotros ya habíamos perdido personal eventual, porque en enero de 2020 eramos 620 personas y se hizo un ajuste del 20%. Ahora con el expediente de extinción de contratos ya no teníamos eventuales”, explica Rodríguez.

Además, comenta el portavoz que un informe técnico elaborado por la inspección de trabajo les da la razón. “Demuestra que medidas coyunturales de flexibilidad son más económicas para la empresa, que preparar este ERE”. La demanda jurídica a nivel colectivo, 80 demandas individuales, continuará en los tribunales.

El área de fundición es estratégica para ITP Aero ya que fabrica un producto de alto valor añadido y es cliente prioritario, a la vez que ajusta el precio a otros proveedores.

Desde el Gobierno vasco han reclamado nuevas fórmulas para negociar, como la acumulación de horas, a fin de encontrar "un camino intermedio para que el desempleo no se cebe con Euskadi". La consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapi, afirma que se defienden medidas “lo menos traumáticas posibles” y la vía de la negociación y el acuerdo. “Esta mediación no ha sido posible en las empresas porque las partes no la han aceptado”.

En busca de nuevo dueño

Pero los conflictos laborales no son el único frente abierto que tiene el grupo ITP Aero. Desde que pasara a manos de Rolls-Royce en 2016, tras vender Sener su participación, el fabricante de motores aeronáuticos británico ha manifestado su interés por deshacerse de la vasca en varias ocasiones.

En la actualidad, la negociación está abierta y los ‘novios’ de ITP Aero son, principalemente, fondos de inversión. Entre los invitados a la subasta competitiva, valorada en 1.500 millones, destacan nombres como Carlyle, CVC, KKR o Towerbrook, en consorcio con Onex. También tienen probabilidades de sumarse a esta puja Platinum, el fabricante alemán MTU o Investindustrial, según publicó el elEconomista.es. La venta de ITP Aero puede alargarse en el tiempo debido a la situación que enfrenta el sector aeronáutico en la actualidad. Pero los fondos interesados ya saben que es una inversión a largo plazo: frente a los tres-cinco años que suelen permanecer de media los fondos de capital riesgo en las compañías, se fijan un horizonte de más de siete años para poder cumplir los objetivos.

Mientras tanto, ITP Aero se reestructura y Rolls-Royce aumenta sus capacidades, con la integración de plantas y producciones de Reino Unido en el grupo vasco. Sobre plazos para el cierre de la operación, desde ITP Aero apuntan que “la venta se anunciará cuando y si se produce. Y al margen del resultado final, ITP Aero es un socio clave para Rolls-Royce, y ambas empresas mantendrán su relación a largo plazo a través de sus programas aeronáuticos civiles y de defensa”.