A la espera de vientos favorables que tardarán en llegar

La industria aeronáutica mundial está al ralentí. La paralización de la movilidad global durante los meses de confinamiento y la baja actividad posterior han dejado a la maquinaria del sector bajo mínimos, una posición que tardará muchos años en abandonar.

Como consecuencia de este duro embate del coronavirus, los fabricantes de aviación y toda su cadena de valor, suministradores Tier 1 y demás proveedores, hasta el último del eslabón adolecen de una caída de la demanda descomunal y que sitúa sus productividades un 60% inferiores, en comparación con las cifras prepandemia.

En el caso del País Vasco, en 2019 el sector generó unos 2.600 millones de euros de facturación agregada en la totalidad de sus plantas alrededor del mundo, con un crecimiento del 6,4% sobre el año anterior, y dio empleo directo a 15.273 personas, lo que supuso un incremento de plantilla del 2,8%.

Ahora, las perspectivas más optimistas apuntan a una recuperación de las cifras del tránsito de pasajeros hacia finales de 2024 y algunas previsiones se van incluso a 2026. Por esta razón, las compañías están reestructurando su actividad y plantillas para adaptarse a la nueva realidad.

Desde el clúster de aeronáutica y espacio de Euskadi, Hegan y desde el Ejecutivo autonómico tratan de ayudar al sector a sobrellevar este bache con todos los recursos a su alcance, pero ambos coinciden en recordar que el capital humano es el principal valor de esta industria y que, por tanto, hay que conservar y retener en la medida de lo posible. Desde el Gobierno vasco se solicita a empresas y sindicatos el dialogar y encontrar un camino intermedio para que los despidos no sean la única salida en su abanico de opciones.

También recuerdan la importancia de mantener las inversiones y seguir desarrollando la I+D+I para no perder competitividad y estar preparados para los nuevos requerimientos para cuando llegue la recuperación. El futuro y la única vía para el sector vendrá de la mano de la digitalización y la sostenibilidad, tanto de proceso como de producto, según aseguran desde Hegan: aviones propulsados por hidrógeno, más eléctricos, más eficientes, combustibles alternativos, etc.

Todo lo anterior ya se contempla en todas las agendas y hojas de ruta de Francia, Alemania y Reino Unido. Y mientras en España, la mesa de la aeronáutica anuncia que “muy pronto” habrá un plan de choque para el sector y que también se trabaja en un plan tecnológico aeronáutico. Solamente esperemos que cuando llegue ese “muy pronto”, no sea ya demasiado tarde.