Las reestructuraciones serán claves para salvar empresas y empleos

Muchas compañías desaparecerán por la crisis y otras acometerán reestructuraciones integrales para mantener la actividad. Los procesos serán diferentes según sector y solidez financiera, pero lo urgente, según Deloitte, es preservar la estructura productiva de la economía con las herramientas disponibles

El impacto de la Covid-19 sobre la economía vasca ha obligado a las empresas a modificar estrategias y afrontar la recuperación en un entorno de incertidumbre sin saber hasta cuando se mantendrá la reducción de la demanda. Muchas compañías desaparecerán y otras tantas necesitarán un proceso de reestructuración integral para continuar con su actividad. Aunque es difícil saber cuándo será el punto álgido y qué profundidad tendrán las reestructuraciones, se estima que llegarán en el segundo semestre de este año.

“Lo que es seguro es que se incrementarán y afectarán a empresas de diferentes tamaños y sectores”, asegura Senén Touza, socio de Financial Advisory y responsable del área de Reestructuración de Deloitte España. “Los efectos de la crisis sobre los resultados y los flujos de caja de muchas compañías van a provocar la necesidad de afrontar procesos de reestructuración con distintos grados de intensidad durante 2021”, señala Touza.

Los procesos también serán diferentes según el sector y la solidez de financiera. En algunos casos serán necesarios cambios en los modelos operativos y, en otros, procesos de refinanciación o adecuación de su estructura de pasivo a la nueva situación. En este sentido, según Javier Giral, socio responsable de Financial Advisory en Zona Norte, considera que las empresas vascas, debido a sus estructuras de costes y financieras prudentes, se encuentran bien posicionadas para realizar esta adecuación de una manera “menos traumática”.

En todo caso, casi ningún sector se librará. “De una u otra manera, la gran mayoría se va a ver afectada y en España los sectores con impacto directo más significativo van a ser turismo, transporte, comercio, restauración e industria del automóvil y aeroespacial. Estos dos últimos con una presencia relevante en el PIB vasco”, matiza Giral.

Preservar la estructura productiva

Ahora la prioridad más urgente para salvaguardar la empresa y el empleo es, según los socios de Deloitte, preservar al máximo la estructura productiva de la economía. Para conseguir este objetivo hay que seguir implementando medidas que ayuden a las empresas con su liquidez y a acompasar sus costes al ritmo de recuperación de demanda e ingresos; facilitar acceso a fuentes de financiación, priorizar medidas fiscales para diferir pagos de impuestos y cotizaciones y mantener los Ertes mientras se recupera la demanda.

En el medio plazo, se deben implementar medidas más proactivas que apoyen a los sectores en su proceso de adaptación a los cambios estructurales. Esas medidas deben incluir apoyo a la digitalización y a la I+D, a la transición energética eficiente, reactivación de la industria y promoción de la exportación, añade Touza. A juicio de Giral, “debemos combinar la misión a corto plazo, protección de la caja, con la de medio, adecuación a un nuevo Business Plan, en estructura de costes y de financiación.

Los socios de Deloitte destacan el papel relevante de las líneas de financiación con garantía del ICO, que han alargado sus plazos de vencimiento. También las empresas e instituciones pueden encontrar una fuente de financiación en el Plan de Ayudas Europeas de la Unión Europea, Next Generation, traducido a nivel nacional en el PRTP, y apoyo para sus proyectos estratégicos. Por otro lado, como financiación de último recurso está el Fondo de apoyo de la SEPI, para empresas de tamaño relevante e impacto significativo en el tejido económico, que “en los próximos meses crecerá en actividad”.

Finalmente, Giral y Touza afirman que los bancos analizarán procesos de refinanciación para quien lo necesite. “Pero será especialmente importante la credibilidad y solidez de los planes de negocio y empujarán a realizar reestructuraciones, antes de aceptar cambios en la estructura de la deuda”.