Un sector JASP (joven aunque sobradamente preparado)

El sector vasco de biociencias es todavía demasiado joven, pero tiene una estrategia de desarrollo futuro prometedora y está sobradamente preparado para llevarla a cabo. Integrado por más de 150 empresas, el 90% pymes, que emplean a más de 8.000 personas, el sector representa el 1’9% del PIB en Euskadi. Su negocio rozó los 1.700 millones en 2020 y varias compañías ya han captado el interés y el capital de inversores extranjeros.

Hace 21 años, el Gobierno vasco quiso dar un impulso a la economía de Euskadi, con gran peso de la actividad industrial, haciendo una apuesta estratégica por nuevos sectores basados en el conocimiento y la innovación. De esa reflexión nació en 2002 la primera estrategia para el desarrollo de las biociencias en España: la Estrategia Biobasque 2010. La puesta en marcha del CIC Biogune-Centro de Investigación Cooperativa en Biociencias, en 2005, fue una de sus principales bazas, y cinco años después nació el Basque Biocluster.

En enero de 2017, el Basque Biocluster se transformó en el Basque Health Cluster, momento en el que la prestación asistencial, los dispositivos médicos y la salud digital entraron a formar parte de la asociación. Se dejó de mirar a la biociencia y a la biotecnología como elementos que aglutinan a los asociados, para mirar al mercado al que se dirigen estos y se identificó al sector de la salud como el primer destino de los productos de las empresas.

Diez años después, Basque Health Cluster representa un ecosistema que cuenta con empresas, universidades, centros tecnológicos, centros de investigación cooperativa, la formación profesional y centros de promoción económica.

Tras el primer embate de la pandemia, se puso en valor la importancia de contar con un sector biosanitario con capacidad productiva y la necesidad de invertir en biosalud. Basque Health Cluster tiene como objetivo convertir a Euskadi en un ecosistema de biosalud referente y, para ello, apuesta por crecer en número y tamaño de las empresas; por crear puestos de trabajo cualificados; internacionalizar las organizaciones, incrementar la colaboración público-privada; producir investigación biomédica de excelencia, y atraer inversiones extranjeras.

El sector, una de las tres prioridades RIS3 (estrategia regional de especialización inteligente) de Euskadi, tiene, además, gran importancia en el plan Euskadi Next y en los proyectos para la transformación de la economía. Cuatro proyectos estratégicos que abordan el reto de las terapias avanzadas de forma específica, y que se integran en Basque Advanced Therapies (BAT), con una inversión total de 462 millones de euros. Un sector JASP, joven y en crecimiento, pero sobradamente preparado para abordar los retos del presente y del futuro.