José Domingo de Ampuero y Osma, presidente de Viscofan: “Para frenar el declive de Euskadi el primer paso es cambiar la fiscalidad”

“Necesitamos empresarios, talento y capital, y para lograrlo hay que cambiar la fiscalidad, que es donde tenemos el mando”, asegura José Domingo de Ampuero y Osma, presidente de Viscofan. “Es lo más inmediato y sobre lo que podemos actuar gracias al Concierto Económico”, del que cree que se está haciendo un manejo “pobre”.

Aunque actualmente preside el grupo navarro Viscofan, José Domingo de Ampuero y Osma (Getxo-Bizkaia, 1949) acumula una dilatada experiencia en la dirección de grandes empresas y entidades financieras vascas como Cementos Lemona, BBVA, Iberdrola y Bodegas y Bebidas, entre otras. También es uno de los directores de la sociedad de inversiones Corporación Financiera Alba. Desde este vasto conocimiento empresarial, analiza la situación que atraviesa la economía y política de Euskadi y el porqué de su pérdida de competitividad.

A juicio de Ampuero, se camina hacia la mediocridad de forma “demasiado rápida y sin necesidad por un tema de valores”. El freno inmediato a esta situación reside en utilizar el Concierto Económico para cambiar la fiscalidad y evitar más fuga de capital.

¿Cuál es su visión global de la economía vasca? ¿Qué lectura hace del ejercicio 2021?

Euskadi parte de una situación muy privilegiada en el mundo en cuanto a nivel y calidad de vida, pero caminamos de una forma demasiado rápida hacia la mediocridad. Hoy en día las cosas van más rápido que hace años, por eso cuando coges el camino de la mediocridad el peligro es llegar al punto malo muy deprisa, más rápidamente que antes. Hace 40 años, con todos mis respetos, al compararnos con otras provincias había una gran diferencia; éramos en torno al 8% del PIB de España y ahora estamos alrededor del 6%. ¿Por qué caminamos hacia la mediocridad para mí sin necesidad? Hay varios motivos, pero sobre todo creo que es un tema de valores.

¿Por qué cree que el problema radica en una cuestión de valores?

Ya no tenemos materias primas en Euskadi. El hierro, que fue nuestra fuente de riqueza, desapareció. No tenemos una fuente de riqueza especial. Tampoco tenemos energía, algo vital en un país industrial, una industria sin energía no es nada. Menos mal que tenemos paz. Si no tenemos materias primas ni energía hay que tener trabajo, hay que trabajar y para ello hay tres factores fundamentales y necesarios: los empresarios, el talento y el capital. En este momento, la imagen del empresario es negativa en Euskadi: parece que explotan a los obreros y que solo quiere ganar dinero, y con ese concepto no animas al empresario de aquí a invertir y poner empresas y a los de fuera, menos. Sobre el talento, es necesario atraer de fuera para ejercer en la comunidad. Pero al talento le imponemos un idioma que no le interesa porque igual viene para tres o cuatro años y, para colmo, les abrasamos a impuestos. Entonces, el talento exógeno no viene. Decimos que queremos talento, pero luego todo son cortapisas. Y finalmente, el capital, que puede traer inversión vía impuestos de renta, patrimonio, etc; pero tampoco son bien vistos, porque son gente independiente. Si no queremos empresarios, no queremos talento y no queremos ricos, vamos cayendo inexorablemente.

La Estrategia Energética de Euskadi 2030 tiene entre sus objetivos incrementar la producción de renovables. ¿Considera que se solucionará así la carencia energética?

En Euskadi no tenemos energía, pero es que, además, somos antinuclear, antifracking, antifuel, antigas y antimolinos, somos el récord de anti. Todo este conjunto de valores, para mí totalmente equivocados, más las exigencias, unos sindicatos complicados, sueldos elevados y unos impuestos altos hacen que esto no funcione.

¿Cómo se puede cambiar el rumbo para salir de esta situación?

Es una situación muy grave porque es un tema de valores, pero esto puede cambiar. Pero hay que empezar a cambiarlo desde el que da el discurso. Y con discursos como el del lehendakari sobre el dumping fiscal no vamos por buen camino. Yo al lehendakari le aprecio, me parece una persona comedida, que da sosiego y creo que es el mejor que hemos tenido, pero ha estado desafortunado con ese comentario y, sin querer, esa ola de valores equivocados le ha arrastrado.

Entiendo que está a favor de la iniciativa desarrollada sobre política fiscal en la Comunidad de Madrid.

Madrid es de los sitios que tiene los impuestos más altos del mundo, nosotros ya somos el récord y Cataluña el súper récord mundial y Navarra el segundo récord mundial. No hay que compararse con el récord de los malos, sino que hay que compararse con países como Irlanda, Francia, Alemania, Estados Unidos, México, Brasil, etc. A Madrid, que más o menos ha acertado, vamos y le criticamos cuando está demostrando que funciona y por eso la gente se quiere ir a Madrid.

Pero la bajada de impuestos puede traer consigo la pérdida de bienestar y peores políticas sociales. ¿Qué opina al respecto?

Esa es otra cuestión que hay que desmontar. Si el País Vasco recuperara todas las personas que se han ido a Madrid o a otros sitios, saldría ganando. Porque cuando se va la gente no solo se lleva el Patrimonio, se lleva el impuesto de la Renta, más los hijos, que si son ricos también tienen renta, más las testamentarías, que también pagan, más los gastos de colegios, IVA, etc. Toda esa masa si la ponemos contra el impuesto de Patrimonio yo estoy convencido de que es una catástrofe económica. La gestión económica que está haciendo País Vasco con los impuestos es nefasta y el manejo del Concierto Económico es pobre. Mientras no asumamos responsabilidades, y encima teniendo el Concierto, seguiremos caminando hacia la mediocridad. Cuando se hicieron las vacaciones fiscales a la inversión, las empresas invirtieron en mejoras productivas y lo que íbamos a hacer en 10 o 15 años, lo pudimos realizar en dos años.

¿Qué medidas propone para recuperar la posición y competitividad perdida?

Hay que querer cambiar y empezar a replantearse todo desde cero. La pérdida de competitividad de Euskadi no es un tema fiscal es por un tema de valores, pero la fiscalidad es el punto por dónde empezar, porque es donde tenemos el mando. Con el Concierto Económico podemos cambiar la fiscalidad mañana. Pero que la gente quiera volver, trabajar, formarse, que se respete al empresario o al rico es un tema de educación de cinco o diez años. Por eso hablamos de la fiscalidad porque es algo inmediato, como fue la contra fiscalidad con el impuesto a las sicavs y el impuesto al Patrimonio, que en 24 horas no quedaba ni una en Euskadi. Sería la primera acción a realizar para empezar a frenar el declive, dar un signo de cambio y todo lo demás es educativo y a medio y largo plazo. Al cambiar la fiscalidad no significa que vuelva la gente que se ha ido, pero evitarás que se siga marchando. Primero pones la barrera, que no se vayan más y puedes empezar a traer personas que se jubilan, porque aquí se vive muy bien, paras la sangría, empiezas a ser amable con el empresario, con el rico, etc. Recuperar lo anterior lleva un cambio de mentalidad y diez años de trabajo. Y el arranque es lo inmediato sobre lo que puedes actuar, cambiar la fiscalidad gracias al Concierto Económico. Luego la mentalidad, haciendo declaraciones, visitando empresas, con ayudas, cambiando la mentalidad sobre el tema energético, etc.

¿Cómo se ha llegado a este punto crítico?

Es cierto que a nosotros nos ha destrozado ETA, pero el tema de las sicavs, el peaje a Castro, el retraso del AVE, etc., es culpa nuestra. Cuando la clase empresarial pensó que era el momento de invertir, de la libertad, de hacer empresas, vinieron los impuestos. ¿Por qué en vez de hablar de que no llega el AVE nos dedicamos a hablar de que China debería respetar los derechos humanos y del cambio climático, que está bien, cuando hasta hace poco todavía se estaban expropiando terrenos para el tren de alta velocidad? No echemos la culpa a Madrid, ni a Europa, ni a Castilla y León; la culpa del atraso con el AVE fundamentalmente es nuestra. Con el tema de la energía, tenemos a Francia al lado con 70 centrales nucleares. No digo que haya que poner nucleares, pero si eres antinuclear, serás promolinos, dame una alternativa. Con los peajes de las autopistas, Ábalos quitó los peajes y ahora estamos en ruina. ¿Quién mantiene las carreteras? Lo justo es que pague un peaje para mantenerlas quien la usa. Ya se cometió el error de no poner peaje de Bilbao a Castro y muchos vascos se fueron a vivir allí a pagar Renta, Patrimonio, colegios, consumo alimentario y demás. Y nosotros hemos pagado la autovía.

Pasando al sistema financiero, ¿piensa que habrá más fusiones en el mercado español cara a su consolidación?

El sistema financiero todavía no está consolidado y se ha hecho, en general, una gestión mala. El entorno es duro y pretender que BBVA o Santander valgan lo mismo que hace 15 años es imposible porque le ha tocado muy duro al sector, pero haberlo hecho tan mal, eso tampoco. Con las cajas de ahorro se produjo la gran hecatombe, pero los bancos no vieron el cambio. Estaban a sus bonus, a sus indemnizaciones e incluso, en algunos casos, cometiendo ilegalidades...Una cosa es que te coja una coyuntura contraria, pero lo que ha ocurrido no tiene nombre. Si ves que el viento te viene de cara, tendrás que tomar alguna medida, no enriquecerte y salir corriendo. Si aprecias la institución, no te la cargas. Y ahora otros 20 años para recuperar la reputación.

¿Qué le parece la gestión realizada por Kutxabank y su decisión de no salir a bolsa?

Kutxabank ha administrado bastante bien sus recursos. Pero tendrá que hacer algo para no ir hacia la mediocridad. Sus directivos tendrán que tomar decisiones, porque la ola le va a superar. Tiene una posición buena porque lo ha hecho mucho mejor, pero les da miedo perder el control. Kutxabank tiene un problema que tendrá que afrontar, pero está viva. Los que han gestionado bien y han mirado por su institución continúan vivos y siguen generando riqueza.

¿Cómo valora el establecimiento reciente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores en Bilbao?

Si ya has quitado el capital y nos hemos cargado la Bolsa de Bilbao poniendo los impuestos a las sicavs, con la consiguiente marcha de un centenar de ellas, con el impuesto de Patrimonio, que se fueron las empresas, ¿ahora para que traemos la CNMV? Que venga ahora ya no interesa, porque no queda nada.

Otra cuestión que frena la llegada de capital a Euskadi es la presión sindical. ¿Cree que se ha mejorado algo en este aspecto?

Con el conflicto de Tubacex hemos vuelto a dar una imagen penosa. Cualquier japonés que está pensando en poner una empresa o invertir en Euskadi, su plan de inversiones desaparece, 20 años borrada de las inversiones mundiales por ETA y ahora impuestos, más líos, más beligerancia. En Viscofan comparamos los salarios de todo el mundo para el mismo puesto de trabajo y la más cara es Alemania y después, Navarra. Y País Vasco no queda lejos. Tenemos los salarios más altos del mundo; se puede pagar más, sí, pero también se puede cerrar. Después vienen Estados Unidos, China y Brasil, México, Serbia, etc.

También es partidario de la globalización para no depender de suministros de países lejanos.

Viscofan tiene 20 fábricas en 14 países y no es por divertimento. Creemos que es importante estar al lado del cliente y de los suministros. Y también diversificar en monedas. Tener producción en el entorno próximo es fundamental. En China tuvimos claro cuando fuimos a producir que era para vender en China, no para producir barato y traer aquí. Tenemos allí el 30% de cuota. Un producto bueno y barato y a triunfar. Lo que está haciendo un poco Madrid, bueno y barato.