El sector de biosalud reclama el acceso a datos para investigar nuevas terapias

Acceder a la información de los pacientes es un reto indispensable del sector de biociencias para poder avanzar en la investigación y el desarrollo de fármacos, diagnósticos, etc. Para ello, es necesario estrechar la colaboración entre los sistemas de salud y las empresas, uno de los objetivos del Basque Health Cluster.

El sector de biociencias y salud en la Comunidad Autónoma Vasca está integrado por más de 150 empresas, el 90% pymes, que emplean a más de 8.000 personas y representa el 1,9% del PIB en Euskadi. Su facturación rozó los 1.700 millones en 2020, con un gasto en I+D que superó los 140 millones de euros. Hace diez años nació el Basque Health Cluster, que aglutina a más de 90 empresas y 6.350 empleos, el 75% del sector.

A pesar de su juventud y el tamaño de las empresas, los desafíos que afronta son globales y afectan a todos los países desarrollados. La colaboración público-privada es una baza a favor del ecosistema vasco, así como su atractivo incipiente por la inversión extranjera. Ambas facetas son objetivos a impulsar para crecer, según asegura María Pascual de Zulueta, directora general de Basque Health Cluster, que analiza los retos de la actividad.

“En Euskadi tenemos un elevado nivel de colaboración público-privada, que tradicionalmente se ha establecido entre los agentes de la red vasca de ciencia tecnología e innovación en los sectores más industriales. En Biosalud tenemos que persistir en esta colaboración y establecer más colaboraciones y más estrechas entre los sistemas de salud y las empresas”, afirma la directora general de Basque Health Cluster.

Precisamente, apunta como uno de los grandes desafíos del sector el acceso a los datos de los pacientes que tienen los sistemas de salud. “Datos que hoy en día se pueden obtener de forma anonimizada y segura y que son indispensables para el ejercicio tanto de la investigación como del desarrollo de nuevos fármacos, productos sanitarios, sistemas de diagnóstico, dispositivos médicos, aplicaciones sanitarias, y demás”.

‘Cuellos de botella’ regulatorios

Otro problema que afronta el sector de biosalud es la regulación. “Somos un sector muy regulado, porque la exigencia de garantías es muy elevada y entendemos que no puede ser de otra forma”. María Pascual de Zulueta explica que responder a esas exigencias regulatorias supone inversiones importantes y tiempos de desarrollo largos.

“Hacer frente a pruebas clínicas costosas, dosieres de calidad, inspecciones, auditorías, etc., encarece enormemente los productos y retarda la salida a mercado con nuevos productos. A esto se añaden las nuevas regulaciones que la EMA (Agencia Europea del Medicamento) está imponiendo, sin disponer de inspectores u organismos notificados, que puedan dar servicio a la demanda europea; este es un gran cuello de botella”, comenta María Pascual de Zulueta.

Sobre el ecosistema empresarial, en Euskadi destacan firmas vanguardistas en terapia celular y regenerativa como Biotechnology Institute o Histocell, compañías especializadas en terapia génica como Viralgen o VIVEbiotech y empresas pioneras en terapia microbiómica como Mikrobiomik. “Además tenemos un sector biotecnológico muy innovador para dar soporte a la industria farmacéutica como Innoprot, IMG Pharma, Biobide y, por supuesto, la red de ciencia tecnología e innovación”, ejemplifica la directora del Basque Health Cluster.

Varias compañías vascas también destacan en el mapa internacional de las biociencias, gracias a proyectos como Viralgen, adquirida por Bayer o Progenika, propiedad de Grifols. “Además han triunfado internacionalmente Biotechnology institute o TE-microLIQUID y contamos con empresas tradicionales farmacéuticas como Faes Farma, con productos muy innovadores e internacionalizadas, que ayudan a visibilizar nuestro sector. Todavía somos un sector pequeño, pero empieza a vislumbrarse la potencia de nuestras firmas”, asegura la directiva.

Cuatro proyectos estratégicos

La biosalud tendrá un gran peso en la transformación de la economía. El plan Euskadi Next cuenta con cuatro proyectos estratégicos que abordan el reto de las terapias avanzadas de forma específica, y que se integran en Basque Advanced Therapies (BAT). “Estas terapias precisan de una nueva industria con una cadena de valor diferente a la farmacéutica convencional y de una fuerte colaboración público-privada”, explica Pascual de Zulueta.

Los proyectos integrados en BAT son: la aceleración del desarrollo e implementación de las terapias avanzadas, que busca la ampliación de las infraestructuras del laboratorio de genética y biomedicina para dar respuesta a los nuevos desarrollos en terapias personalizadas; Osasunberri, un proyecto integral que busca soluciones de diagnóstico y terapias para la gestión del Covid-19 y futuras pandemias; El Nodo farmacéutico, que contempla entre sus cuatro líneas las terapias personalizadas dentro de la genética y de la genómica funcional, y Gipuzkoa Advanced New Therapies Territory, para el desarrollo de terapias avanzadas, entre las que se encuentran la terapia génica, celular o tisular, con orientación industrial, detalla la director del clúster.

BAT está impulsada por el departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, y moviliza el conjunto de la cadena de valor del sistema de salud, con cuatro grupos empresariales y 18 pymes, seis centros de investigación y tecnológicos, seis entidades sanitarias asistenciales, tres institutos de investigación sanitaria y dos asociaciones sectoriales. Además, destaca la colaboración con otras CCAA como la Navarra y con las diputaciones forales. La inversión total de BAT está valorada en 462 millones de euros.