Pesadilla antes de Navidad: la consolidación financiera

Tim Burton, un genio en eso de escenificar los mayores miedos de los niños hablaba en su película Pesadilla antes de Navidad, de cómo la época más especial para los más pequeños se veía truncada por un hecho que lo cambiaba todo y la convertía en la más triste y angustiosa del año. Si preguntamos a un director financiero, adulto y aterrizado de la fantasía y sueños de un pequeño, te responderá que según se acerca diciembre, su pesadilla tiene un nombre propio: la consolidación financiera. A pesar de que aún queda más de medio año para esa fecha, muchos de ellos están cerrando o acaban de cerrar este proceso, y seguro que otros tantos, ya empezarán a temer el que viene.

El principal desafío de la consolidación financiera (técnica de contabilidad para elaborar unas cuentas anuales únicas de un grupo de empresas y poder tener así una visión económico-financiera del conjunto) implica el manejo de distintas fuentes de los datos. Dicha información se puede encontrar en uno o en varios ERP o incluso en hojas de excel (sí, sigue habiendo románticos que aún lo usan e incluso alguna cotizada). Con la particularidad añadida que cada empresa tiene su plan de cuentas, normas de contabilización de su país, su moneda local, procedimiento, con la información dispersa, motivo por el que estos procesos requieren de mucha coordinación que genera una tremenda carga administrativa y bastante desesperación, al recaer la responsabilidad en solo unos pocos.

La tecnología siempre ha venido a salvar los muebles en este tipo de situaciones. El FMP (Financial Reporting Management) es, cómo todos los anglicismos de los últimos años (ERP, CRM, BI...) una solución para evitar estos quebraderos de cabeza: dotarse de tecnología que evite carga de trabajo manual masiva y facilite la tarea de poner en un único lugar toda la información histórica que, a su vez, sirve de base para la planificación financiera y el futuro del grupo. En resumen, el FMP permite recopilar la información de todas las empresas, tengan el sistema de información que sea y/o la moneda con la que operen; automatiza tareas en rutinas como los saldos y las operaciones intergrupo; permite generar informes que son los entregables finales que los responsables financieros necesitan presentar cada año. Por tanto, los financieros pueden poner fin o seguir contando los días que les quedan para su particular pesadilla.