Industria naval: 900 millones en pedidos frente a la crisis

El sector marítimo vasco encara la recuperación con carga de trabajo para los próximos tres años. A la vez, camina hacia la incorporación de la Industria 4.0 en sus procesos productivos.

La pandemia provocada por el coronavirus golpeó con dureza, como al resto de actividades, a los astilleros europeos, con una caída del 62% en nuevos pedidos y de un 77% en términos de valor con respecto al año anterior. Además, Asia lanzó ofertas de bajo precio que hirieron aún más al sector.

A pesar de que la industria naval vasca se vio afectada al igual que el resto de sectores y economías, consiguió mantener la actividad -se estima una caída de alrededor del 2% en 2020 en términos de facturación-, e incluso logró cerrar contratos durante el pasado ejercicio. Así, los astilleros vascos se adjudicaron seis nuevos pedidos, el 33% del sector estatal, con horizonte de trabajo hasta 2023.

Esta buena tendencia ha continuado en este 2021 para los constructores navales vascos, con nuevas captaciones de contratos que posibilitan que el sector encare la crisis y la recuperación con una cartera cercana a los 900 millones de euros. Esta cifra de pedidos les proporciona carga de trabajo para los próximos tres años.

Tres astilleros y cinco factorías

Euskadi tiene tres astilleros actualmente que poseen cinco factorías: Zamakona, con implantaciones en Pasajes (Gipuzkoa), Santurce (Bizkaia) y Canarias; Murueta, con ubicaciones en las localidades vizcaínas de Erandio y Gernika; y Balenciaga, instalada en el pueblo guipuzcoano de Zumaia.

Estos astilleros cuentan en cartera con 17 buques, 15 para armadores internacionales y dos son pedidos nacionales, que suman unos 900 millones de euros para los próximos tres años.

A finales del pasado marzo, Zamakona se adjudicó dos nuevos contratos, tres barcos, por más de 130 millones de euros: un remolcador de altura de salvamento marítimo para la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (Sasemar) y dos atuneros congeladores para un armador internacional. Las nuevas embarcaciones representan carga de trabajo para los próximos dos años y medio, unas 900.000 horas de trabajo, y las entregas están previstas para el ejercicio 2023. Según informó el astillero, se impuso a tres astilleros de Vigo en la puja.

Para el Foro Marítimo Vasco (FMV), organización que agrupa a un total de 230 empresas del sector marítimo, que facturan unos 2.855 millones y dan empleo a más de 13.700 personas, el 2,1% del PIB de la economía de Euskadi, es una noticia que denota la salud del sector cara a la recuperación.

Además de la cartera en curso, la industria marítima vasca cuenta con una serie de fortalezas, entre ellas, explica Javier de La Calle, director general del Foro Marítimo Vasco, el alto valor añadido de sus buques. “El éxito del astillero vasco es que fabrica a demanda del armador, es muy versátil en función de las necesidades y dispone de una gran capacidad tecnológica. Es capaz de hacer un remolcador, un barco de hidrógeno, a gas, etc. y así cubre las expectativas del cliente más exigente del mercado internacional”.

Trabajos ‘a medida’

En Europa predominan los modelos estándares
-continúa de Lacalle- “y nosotros trabajamos a medida, lo que hace que el armador confíe cara a futuras contrataciones. Por ejemplo, Balenciaga ya ha hecho 28 barcos para el mismo armador noruego y Murueta hizo 15 para un cliente irlandés”. El director general del FMV asegura que “ojalá se construyesen buques más seriados, porque se aplicarían procesos de fabricación de gemelo digital, robotización, etc.; aún así, en ello estamos”.

Pero a pesar de la carga de trabajo y de la capacidad tecnológica, el sector naval se enfrenta a riesgos e incertidumbres. “Lo peor quizás esté por llegar”, plantea Javier López de Lacalle. La falta de movilidad actual, provocada por la lenta vacunación en España y Euskadi, está afectando ya a la competitividad del sector, frente a los competidores internacionales que están mucho más avanzados en la inmunización.

“Competidores, como Reino Unido, ya están vacunados y pueden asistir a ferias y reuniones para cerrar acuerdos. Mientras nosotros, a la cola de Europa en vacunación, podemos perder los clientes para siempre”, denuncia el director del FMV. De esta manera, las compañías vascas no pueden mostrar sus capacidades y tecnologías, que habitualmente exhiben en ferias, misiones y viajes comerciales. “Los que antes vacunen, antes van a tener la tarjeta de vacunación y van a poder viajar y visitar clientes y ferias. Porque el que antes llegue al mercado y antes detecte la necesidad, se adjudicará el suministro”.

Encarecimiento de los buques

Asimismo, la todavía escasa movilidad está encareciendo las embarcaciones. “Los astilleros no han notado pérdida de trabajo, pero sí se les están encareciendo los barcos por las restricciones de los viajes de técnicos en el commissioning, la terminación de los barcos y la puesta a punto”, detalla López de Lacalle. La situación actual hace que el técnico no pueda viajar en cualquier momento y cuando lo hace, sus gastos se multiplican por tres. Además, si no se puede entregar en la fecha prevista el barco, hay penalizaciones por demora y la rentabilidad se reduce.

Para cuando este escenario pandémico se solucione, el sector naval vasco cuenta con un nuevo plan estratégico 2021-2024, “con el lema no es suficiente con resistir para la recuperación, hay que activar la demanda y mejorar la competitividad”, comparte el director general del FMV.

Según explica, esos objetivos se conseguirán con la innovación tecnológica y no tecnológica, y la implantación de los parámetros de la Industria 4.0 en el sector. Un plan rector elaborado por Sisteplant, de la mano de SPRI y Gobierno vasco, ha detectado 80 actuaciones a realizar, entre ellas, la robotización, el apoyo a la digitalización de la industria, la automatización de procesos y de la gestión, etc.

¿Un futuro para La Naval?

Por otra parte, una cuestión que espera resolución tiene que ver con la centenaria La Naval de Sestao y que podría sumar un astillero al sector vasco. Tras más de dos años en proceso de liquidación, sus terrenos han sido adjudicados al grupo belga VGP por 36 millones, una propiedad de 300.000 metros cuadrados que acogerá un parque logístico. Esta adjudicación ha despertado críticas por parte del sector y de algunas de las compañías que habían presentado ofertas, ya que supondrá acabar con la actividad naval en la zona.

Pero quizás no esté toda la esperanza perdida. El Foro Marítimo Vasco tiene constancia de que uno de los grupos que ha participado en la puja, y que quedó en segundo lugar, ha iniciado gestiones de acercamiento a la empresa belga. “El objetivo es plantearles el desarrollo de actividades conjuntas que permitan cohabitar la actividad de construcción naval, en todos sus ámbitos, con actividades logísticas y de construcción de pabellones para uso de empresas”, explica Javier López de Lacalle.

En esta línea, desde el FMV aseguran que en ningún momento ha cuestionado la decisión del juez y de la subasta y consideran al grupo belga como el legítimo propietario. “Lo único que hemos manifestado es que es inadmisible la desaparición de la actividad naval en las instalaciones habilitadas en Euskadi para ello, con grada de construcción, calado, grúas, lámina de agua y muelles”.

Por ello, defienden el plan industrial del segundo grupo en la subasta que contempla el relanzamiento de la actividad naval en Sestao. “Esta iniciativa está liderada por un astillero líder mundial que tiene un plan a 2025, que generará 300 empleos directos y que viene con una cartera de cuatro barcos”, detalla Javier López de Lacalle.

El grupo ha intentado contactar con VGP, para la posible venta o alquiler de las instalaciones de construcción naval, unos 100.000 metros cuadrados, lo que permitiría cohabitar la actividad con la logística y pabellones industriales. “Si este proyecto no se realiza en esos terrenos, Euskadi perderá esa inversión porque no hay otras instalaciones con esas características para la actividad naval”, lamenta el director del FMV.