Ahora más que nunca, una actividad esencial para la economía y sociedad vascas

En apenas unos meses hemos visto como nuestras existencias daban un vuelco tan drástico como dramático. Y es que la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia del covid-19 ha cambiado la vida de personas, empresas y organizaciones. El ámbito de la alimentación y su cadena de valor, integrada por productores, transformadores industriales, logística, distribución y puntos de venta, no ha sido una excepción. A pesar de las enormes tensiones y dificultades a las que se ha visto sometida durante este tiempo tan excepcional, la alimentación ha demostrado una capacidad de respuesta y servicio, que la ha confirmado como una actividad esencial, vital para una sociedad y una economía que, ahora más que nunca, precisan contar con la fortaleza y cohesión de un sector que aporta el 10,7% del PIB vasco y cerca de 125.000 puestos de trabajo, el 15% del empleo total.

A lo largo de estos últimos meses se ha evidenciado la importancia de la cadena de valor de la alimentación, al tiempo que se ha hecho patente el compromiso solidario de sus empresas y agentes con la sociedad, el consumidor y el mercado. Todo el sector se ha volcado durante esta pandemia para garantizar la seguridad del abastecimiento, por encima de márgenes y rentabilidades, y a pesar de unos costes que se han incrementado sustancialmente. El miedo al desabastecimiento obligó a un gran esfuerzo de personas y empresas, y supuso una dificultad añadida, que puso aún más en valor la labor de miles de profesionales que han dado la cara desde la primera línea de atención al público.

Y en ese contexto tan excepcional, el papel del Clúster de Alimentación de Euskadi ha sido también puesto en valor. Somos una asociación que agrupa en estos momentos a 113 empresas y entidades socias, que tiene como objetivo mejorar la competitividad del sector. Buscamos, además, promover la generación de valor añadido y la orientación al mercado, facilitando el encuentro y la cooperación empresarial. Nuestra misión se sintetiza en tres grandes objetivos recogidos en nuestra Estrategia REC: ser el Referente del sector en Euskadi y aglutinador de toda la cadena de valor (R); lograr la Excelencia como organización (E); y desarrollar una propuesta de valor que promueva la Competitividad de las empresas (C). Y para ello hacemos hincapié en cuatro ámbitos: el desarrollo de mercados, el conocimiento del consumidor, la innovación, tecnológica y no tecnológica, y la atracción de talento.

Por eso, desde el principio de la pandemia, fuimos conscientes de que somos el referente del sector, un rol que, en circunstancias tan especiales, y más que nunca, adquiría todo su sentido. Por eso, quisimos que las empresas supieran que estábamos a su lado, para apoyarlas en lo que fuera necesario. Por eso también, le hicimos saber al Gobierno Vasco que contara con nosotros, que utilizara nuestra interlocución con los agentes de la cadena. A partir de ahí, nuestra actividad ha sido intensa, colaborando donde se nos ha requerido; ya sea concienciando a la ciudadanía sobre un consumo responsable; reforzando las informaciones sobre la garantía del abastecimiento; fomentando el producto y el consumo local; reconociendo a los trabajadores y empresas del sector con campañas de comunicación como Aupa!; o coordinándonos con el Gobierno Vasco para proveer de mascarillas, guantes y geles hidroalcohólicos a las empresas para que pudieran continuar con su labor.

Estos tiempos son una prueba de fuego para todos nosotros, una auténtica hora de la verdad, y el Clúster ha superado con creces ese reto. Ahora estamos más engrasados, consolidados y cohesionados que nunca. Nuestro lugar está al lado de las empresas. Es el momento de arrimar el hombro y de ser solidarios, de cooperar y fomentar las relaciones entre los agentes. Es también momento de reconocer el valor del conjunto de la cadena, y, sobre todo, de sus personas. Y la mejor manera de expresar ese reconocimiento es fomentando el producto y el consumo local; apoyar al sector primario, a la industria alimentaria, al comercio y la hostelería. ¡Una actitud que nosotros resumimos con la expresión “Aupa”!

No cabe duda de que el porvenir se presenta incierto. Un alto porcentaje de las empresas del sector de la alimentación espera cerrar el ejercicio 2020 con pérdidas; fundamentalmente las vinculadas al canal Horeca -hostelería, restauración y catering-, pero también otras industrias productoras y transformadoras. El futuro viene marcado por la imperiosa necesidad de retomar cierta normalidad. Para ello, será fundamental conocer el comportamiento del consumo en los próximos meses y, sobre todo, volcarnos en el mercado. Tenemos buenos productos, sabemos transformarlos y disponemos de una buena logística. Nos falta vendernos mejor, potenciar el marketing. Debemos ser capaces de conocer bien al cliente para saber qué es lo que demanda y, a partir de ahí, innovar para cubrir esa necesidad. También en el campo de las ventas online se nos abre una ventana de oportunidad, que no podemos ni debemos desperdiciar.

Durante el año 2019, un ejercicio muy intenso para el Clúster, además de nuestro nuevo Plan Estratégico 2020-2023, pusimos en marcha algunos de los proyectos que marcarán el futuro de nuestra asociación. Iniciativas como el diseño de soluciones 4.0 dirigidas a conocer al consumidor, o las llevadas a cabo en el terreno de la innovación. A ellas habría que sumar nuestro Observatorio Estratégico, una herramienta fundamental que nos va a permitir adelantarnos a las necesidades futuras.

Disponemos de una industria de la alimentación y bebidas -una parte de la cadena de valor del sector- que factura cerca de 5.000 millones de euros, y que, en el último año computado, ha crecido en ventas un 5,5% y en volumen de inversiones, un 16%; y además exporta por un valor que ronda los 1.000 millones de euros, con un crecimiento en el último año del 3%. Todo ello nos debe llevar a mirar hacia delante con esperanza. Y aunque no podemos obviar la crudeza de la realidad presente, y que vamos hacia un nuevo tiempo enormemente incierto, también debemos ser conscientes de que nos enfrentamos a un reto tan exigente como ilusionante.