Laboral Kutxa diseña soluciones urgentes como servicio esencial

Gracias a la inversión tecnológica de los últimos años, la entidad ha dado un salto cualitativo y cuantitativo en su gestión interna y en la relación ‘online’ con el cliente.

Las entidades financieras conviven diariamente con el riesgo, lo miden, lo evaluan, lo mitigan... Sin embargo, la crisis por el Covid-19 ha supuesto una contingencia repentina e inesperada para todos. En diciembre de 2019, el BCE ni siquiera lo contemplaba en su mapa de riesgos y The Global Risk Report 2020 lo calificaba como un riesgo poco probable, a pesar de su altísimo impacto potencial.

“Es prematuro adelantar cuál será el alcance real de la crisis; aún faltan datos y restan muchas incógnitas por despejar. Apenas ha comenzado el mes de mayo y seguimos sumergidos en esta apnea forzosa, sin saber bien cuáles serán las secuelas cuando al fin logremos sacar la cabeza a la superficie”, explican desde Laboral Kutxa. Algunos organismos han comenzado a avanzar sus predicciones y, sin excepción, son tremendamente pesimistas. Como muestra, el informe Monitor Fiscal del FMI adelanta un déficit público para España del 9,5%, el más alto de la Unión Europea y el mayor desde 2012.

Las comparaciones con la reciente crisis financiera son ineludibles. Las causas y naturaleza de ambas son bien distintas, pero el haber sufrido la debacle de 2008 facilita cierta perspectiva para afrontar el escenario actual y, el sector bancario presenta una diferente situación de partida. Tras cinco años de Unión Bancaria, las entidades cuentan con una mayor capitalización, que posibilita una capacidad superior para absorber pérdidas. Además, en este último lustro el sector bancario ha mejorado sus niveles de rentabilidad y eficiencia.”Con todo, el impacto de la crisis del Covid-19 a corto plazo es significativamente mayor que los shocks contemplados en los test de estrés”, apunta Laboral Kutxa.

Tras confirmarse la pandemia, las medidas económicas no se hicieron esperar y gobiernos e instituciones contaron con la colaboración de las entidades financieras para habilitar herramientas de liquidez para empresas y familias. A su vez, con el objetivo de garantizar el flujo de crédito, los organismos correspondientes, como el BIS, BCE, EBA o Banco de España, han aplicado criterios de flexibilidad a los requisitos de solvencia, liquidez y clasificación de operaciones, ya que existe un incremento significativo de riesgo impago por parte de muchos acreditados, y ello podría limitar, en gran medida, la obtención de financiación. Entre las medidas adoptadas, también se ha limitado el pago de dividendos, la retribución variable y la recompra de acciones con la finalidad de retribuir al accionista, con el fin de garantizar que las entidades cuenten con los recursos suficientes para cumplir con su función canalizadora de la liquidez al sector productivo.

Extremar la eficiencia

Laboral Kutxa, por su parte, cuenta con la ventaja de una excelente situación previa, con unos niveles de solvencia superiores al 20%, una rentabilidad ROE cercana al 8% y unos muy holgados niveles de liquidez. “Con todo, la severidad de la crisis nos augura un periodo muy exigente, donde será necesario extremar la eficiencia e impulsar las dinámicas comerciales para satisfacer las necesidades de nuestros clientes”, explican desde la entidad cooperativa.

En el plano operativo, Laboral Kutxa pertenece a un sector económico que ha sido considerado esencial. Así, con la prioridad incondicional de proteger la salud de todas las personas, se ha garantizado la cercanía con los clientes de una forma diferente a la habitual, en un momento en el que, más que nunca, requieren de servicios y asesoramiento (proporcionando líneas de financiación, facilitando medios de pago sin contacto, asegurando la disponibilidad de efectivo, dotando de soluciones no presenciales...).

En poco tiempo, la entidad ha adecuado sus sistemas a una realidad inédita. A falta de referencias y precedentes válidos, ha primado el diseño de soluciones urgentes para lograr una razonable normalización de la actividad, asegurando desde el primer momento la continuidad de negocio mediante el teletrabajo, duplas en oficinas y medidas de protección y seguridad.

“Siempre hay que tratar de extraer algún aspecto positivo de cualquier situación, por complicada que sea. En este caso, cabe señalar el cambio cultural que se ha producido en menos de dos meses”, apuntan desde Laboral Kutxa. Gracias al importante esfuerzo previo en inversión tecnológica llevado a cabo por la organización en los últimos años (arquitectura, procesos y equipos), ha sido posible un salto cualitativo y cuantitativo en la gestión interna y en la relación online con el clientes. Estimulados por la necesidad de confinamiento, la digitalización ha llegado a segmentos que históricamente se habían mantenido al margen, como el de las personas de mayor de edad.

Pero a pesar de todos los avances tecnológicos, esta crisis ha dejado al descubierto que sin personas no hay empresa ni economía. En la era de la digitalización y la inteligencia artificial, se ha demostrado que cuando faltan las personas el mundo se para. “En Laboral Kutxa siempre hemos creído que las personas trabajando unidas son la mejor herramienta de progreso. No somos responsables de esta crisis, desde luego que no, pero sí queremos ser parte de la solución, y nuestra actitud va a marcar la diferencia. No hay otra forma”, concluyen desde la entidad de crédito.